Un patio interior con poco movimiento de tráfico en el que es habitual que haya menores jugando. Así es la plaza Errotatxo en la que un niño de tres años perdió la vida este sábado tras ser atropellado por un vehículo que maniobraba a baja velocidad, un suceso que ha conmocionado al barrio donostiarra de El Antiguo.

Situado entre la Avenida de Zumalakarregi y la calle Matia, para poder llegar a este patio interior los vehículos deben hacerlo a través de una rampa subterránea cuyo acceso se encuentra situado en la Avenida de Zumalakarregi. Una vez se atraviesa este pequeño túnel, por cuya superficie es posible caminar, se llega a un pequeño patio que da a varios locales, entre los que se encuentra un garaje privado.

En este patio es habitual que un número pequeño de coches suelan estacionar, justo enfrente de la terraza del bar Errotatxo, que cuenta con varias mesas al aire libre. Se trata, por lo tanto, de una zona que, en fines de semana de buen tiempo como el de este sábado, suele estar abarrotada de gente y en la que tampoco es extraño ver a numerosos menores jugando en la zona.

El patio, además, cuenta con entradas a un par de locales, entre ellos la sede del Antiguoko, por lo que se trata de una habitual zona de tránsito. De hecho, tras el túnel de acceso para los vehículos hay un paso de cebra, así como escaleras y una rampa peatonal desde la parte superior de la calle.

Por todo ello, los vehículos deben de circular a baja velocidad, tal y como, al parecer, lo hacía el vehículo que atropelló al menor. La Guardia Municipal ha abierto una investigación para determinar las causas de lo ocurrido, ya que, tal y como señalaron fuentes municipales, el suceso tuvo lugar cuando el coche realizaba una maniobra para encarar la rampa de entrada y salida del patio.

Zona con locales de hostelería

El trágico suceso tuvo lugar pasadas las 20.00 horas de la tarde, cuando los numerosos locales de hostelería de la zona se encontraba repletos de gente. Esto llevó a que se vivieron auténticos instantes de conmoción y dolor tras el atropello. Muchos menores y adultos que vieron lo ocurrido no pudieron contener las lágrimas mientras los servicios de emergencia trataban de reanimar al niño.

La zona estuvo precintada por la Guardia Municipal y la Ertzaintza durante varias horas, por lo que el paso no pudo ser reabierto hasta última hora del día.