La sociedad vasca va perdiéndole miedo al futuro, aunque es consciente de los cambios que se avecinan. Cambios que para la mayoría no serán a mejor, sino más bien a peor, o para quedarse igual, y que cuestionan la seguridad laboral sobre todo de la clase baja, la que más miedo tiene de que la Inteligencia Artificial destruya empleo y le haga salir mal parado. El 66% de las personas de clase baja tiene ese temor, según un sondeo del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco, que refleja que el 56% de los ciudadanos considera que la utilización de robots y sistemas automatizados de trabajo podría propiciar un aumento del paro.

Nos tenemos por trabajadores (88%), tolerantes (80%) e igualitarios (74%). Mucho más que hace ocho años y todavía mucho más que hace 20, pero también nos consideramos más individualistas. Así lo cree el 59% de la población y creemos que lo seremos aún más en el futuro. Especialmente los creen así el 66% de los jóvenes de 18 a 29 años.

Estos y otros datos se recogen en el estudio ‘La sociedad vasca ante el futuro’, realizado por el Gabinete de Prospección Sociológica de Euskadi, después de haber llevado a cabo 1.000 entrevistas telefónicas a personas de 18 años o más en los tres territorios de la CAV entre el 26 y el 29 de febrero.

En general, los vascos hemos ganado confianza respecto al futuro en los últimos ocho años, pero confiamos más en las posibilidades de Euskadi que en las del mundo en general. Ahí no las tenemos todas con nosotros y domina el pesimismo. 

Somos más optimistas los guipuzcoanos, en casi todo. Tenemos bastantes más confianza que vizcaínos y alaveses (los menos optimistas) en que conciliaremos mejor nuestra vida laboral y familiar, en que los servicios públicos mantendrán su calidad o mejorarán, pero vemos más negro que nuestros vecinos el futuro de las pensiones

Eso sí, parece que estamos resignados a que el mercado de la vivienda, ya imposible, empeore aún más. El 73% cree que será así y que dentro de cinco años nuestras posibilidades serán menores en este sentido. En 2016 un 48% lo veía así.

Las dificultades habitacionales son la segunda preocupación de la población vasca, cuando se le pregunta cuáles serán los dos principales retos a afrontar en los próximos diez años. Sólo por detrás de la situación económica y el mercado laboral.

Pero más allá de eso, la vivienda es la principal preocupación de los jóvenes. Y, como dato curioso, también la de la clase alta. Una de cada tres personas con alto poder adquisitivo señala este como uno de los retos principales del país.

Bebés y mascotas

Además, una inmensa mayoría de los vascos, especialmente en Gipuzkoa, también considera que todavía estamos por tocar fondo en cuanto a natalidad. Dos de cada tres personas cree que las familias tendrán menos hijos todavía que hoy dentro de cinco años.

El dato es aterrador: a pesar de que tenemos la tasa de natalidad más baja de los últimos 80 años, y de que el Gobierno Vasco ha puesto el foco ya en esta problema y ha activado un plan a medio y largo plazo para facilitar la emancipación de los jóvenes, sólo un 7% cree que el número de hijos por familia habrá aumentado en los próximos cinco años y un 64% de la población cree que habrá bajado aún más.

Por el contrario, el 72% de los encuestados cree que el número de mascotas aumentará. Menos niños y más animales para complementar nuestro bienestar emocional.

Veamos el vaso medio lleno. Siete de cada diez ciudadanos vascos afronta con optimismo el futuro de Euskadi. Un 72%, en concreto. En 2016 los que confiaban en futuro mucho mejor o bastante mejor eran el 67%. Actualmente, de hecho, sólo un 24% teme un futuro peor. 

Los guipuzcoanos somos los más optimistas. Un 15%, de hecho, es “muy optimista” de cara al futuro. En total, casi ocho de cada diez encuestados en el territorio (78%) cree que hay motivos para la esperanza, mientras que en Bizkaia el porcentaje es del 71% y en Araba del 68%. Los hombres algo más optimistas, un 74% frente a un 70% de mujeres. 

Tenemos bastante confianza que hace ocho años en que sabremos adaptarnos a los cambios futuros y sacarles provecho. Sin embargo, la mayoría (54%) piensa que los que los niños y niñas de hoy en día tendrán una vida con menos oportunidades y por tanto más difícil que la nuestra. En eso también mejoramos, porque en 2016 eran el 61% los que pensaban eso.

No vemos con ojos iguales al resto del mundo. En concreto, un 51% de la población vasca es pesimista con respecto al futuro del mundo y sólo un 45% optimista. 

La mayoría de los vascos (51%) es pesimista respecto al futuro del mundo en general, y los guipuzcoanos son la excepción

Donde más pesimismo hay es en Bizkaia, un 55% ve el futuro del mundo en clave negativa, mientras que en Gipuzkoa las tornas se invierten y son más los positivos que los negativos. Un 51% ve con buenos ojos el futuro del mundo en general, aunque no son más que el 8% los que se muestran “muy optimistas”. 

En esto no hay diferencias apenas entre hombres y mujeres, aunque sí por edades, ya que los jóvenes entre 18 y 29 son mayoritariamente optimistas en los tres territorios. Casi dos de cada tres jóvenes lo son (63%). 

Este porcentaje de optimistas ante el mundo va bajando con la edad y son los mayores de 65 años los más negativos. Sólo el 34% ve con buenos ojos lo que está por venir.

Sirva como dato, que la población inmigrante, que va en aumento en Euskadi, es bastante más optimista que la población autóctona en relación al futuro del mundo. Un 62% lo son, frente al 42% de los nacidos en Euskadi y en otros puntos del Estado. 

Cambios: ¿a mejor o a peor?

Un 73% de los vascos cree que habrá que habrá muchos o bastantes cambios en el futuro, pero son muy pocos los que tienen grandes expectativas en ellos. Sólo un 2% cree que serán muy positivos, y un 33% positivos. Son más los que creen que serán cambios a peor: un 38%, piensa eso, mientras que una de cada cinco personas consideran que serán indiferentes. O que tendrán una cara buena y otra mala. 

Los que más creen que los cambios serán positivos son nuevamente los que han nacido en el extranjero: un 45% frente al 36% de los nacidos en Euskadi y el 31% de los nacidos en otro punto del Estado español. Seguramente su perspectiva tiene otro punto de partida para los inmigrantes.

El temor a que los robots y la inteligencia artificial dará lugar a un aumento del paro se dispara entre la cale baja. Un 66% lo cree así, frente a un 63% de la clase media y un 45% de la clase alta.

Carpe Diem y sacrificio

La mayoría de las personas encuestadas sigue pensando que hay que sacrificarse en el presente para conseguir vivir mejor en el futuro. Aún la gente sigue pensando mayoritariamente que sí, pero el porcentaje desciende del 60% al 57% en ocho años. Y curiosamente, son los jóvenes de 18 a 29 los que más creen que hay que sacrificarse ahora. Un 66% lo piensa. En las siguientes franjas, baja al 59%.

También son los jóvenes los que menos comparten la afirmación de que hay que vivir el presente vivir el presente porque el futuro es incierto. Pero el Carpe Diem gana terreno, ya que un 56% de los vascos comparte esta afirmación. Era un 30% en 2016 y hoy sólo una de cada diez personas rechaza esta afirmación. 

Un 56% cree que la incorporación de robots y sistemas automatizados en el trabajo dará lugar a un aumento del paro, un 12% que creará más y un 23% que no influirá demasiado.

Cambio de hábitos

Nos imaginamos, especialmente los jóvenes (un 88%), un mundo con un uso cotidiano de la Inteligencia Artificial. Así lo cree que el 77% de los vascos en un horizonte de tan sólo cinco años, mientras que en el mismo espacio de tiempo un 75% de la población cree que todavía compraremos más que hoy online y que se reducirá el uso del dinero en metálico. 

Por otra parte, un 43% cree que subirá el consumo de alimentos ecológicos y comercio justo, pero no tenemos tan clara la tendencia a desprenderse del vehículo particular. Empate: Un 28% de los encuestados creen que el coche privado irá a más, y otro tanto cree que bajará. El resto, no ven cambios. 

En cifras

Religión: un 61% cree que seremos menos religiosos; un 26% cree que igual y un 3% dice que más. 

Inmigrantes: El 81% cree que dentro aumentará el número de personas inmigrantes. 

Igualdad: El 75% cree que la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad subirá. 

Euskera: El 12% cree que el uso de nuestra lengua disminuirá y un 49% que habrá aumentado.

Servicios públicos: un 35% de la población cree que subirá la calidad de los servicios públicos en los próximos cinco años, un 40% que se mantendrá y un 21% que bajará. 

Seguridad ciudadana: El 46% cree que la inseguridad ciudadana subirá. En 1996 un 2% pensaba así y un 30% en 2016.

Los retos principales

Economía y mercado laboral: 35%

Vivienda: 24%

Mantenimiento de servicios públicos: 19%

Cambio climático: 11%

Integración de los y las inmigrantes: 9%

Seguridad ciudadana y delincuencia: 7%

Cuidados y conciliación familiar: 6%

Envejecimiento de la población: 6%

Cuestiones relacionadas con la juventud: 4%  

Educación y formación: 4%

Problemas políticos y autodeterminación: 4%

Cohesión social: 3%

Uso del euskera: 3%  

Tecnología e Inteligencia Artificial: 2%

Igualdad entre hombres y mujeres: 2%

Pensiones: 2%

Sector primario: 1%