Maider Sierra es psicóloga de la Asociación contra el Cáncer (AECC) en Gipuzkoa y lleva quince años guiando terapias de deshabituación tabáquica. Pide “más compromiso por parte de los Gobiernos, porque está en juego la salud de nuestros jóvenes y esperemos que sean valientes, se haga una buena ley, y se aplique”.
¿Puede decirse que se reactiva la guerra contra el tabaco?
–Esto no es una guerra contra el tabaco. Para nosotros es una ley para proteger a los niños y adolescentes. Para cuidar su salud. Al final, hablamos de una sustancia que crea una gran dependencia y hoy, por desgracia, sigue siendo legal y está muy a mano.
¿Queda mucho por hacer aún?
–La ley de 2011 quiso proteger a los jóvenes y adolescentes del tabaco convencional, pero la industria del tabaco se ha empleado a fondo en este tema y ha abierto nuevas vías.
¿Cuál es la principal laguna de la ley actual?
–La ley, en general, la dificultad que tiene, y lo que está en el aire, es quién tiene que hacer cumplirla. Los ayuntamientos y el Gobierno se pasan la pelota mutuamente. Y la ley se ha quedado estancada. Hoy en día, vemos que productos que se han desarrollado en los últimos años como los vapers, se están utilizando mucho entre muy jóvenes:_entre niños y niñas de 9 y 10 años.
¿Tan jóvenes?
–Cuando vamos a colegios a dar charlas, entre alumnos que tienen 11 y 12 años, muchos reconocen que ya lo han probado. Tienen la sensación de que es inocuo, que no les hace daño y dicen que el sabor es rico. Las cosas que se prohibieron hace años para el tabaco, como los sabores, se han pasado al vaper. Y se supone, esperemos, que la nueva ley que se haga entrará a regular también los vapers. Ya vamos por vapers de cuarta generación. El vapeo está siendo un modo para adentrar a los jóvenes en el tabaco. Están creando nuevos clientes.
¿Cuál es el principal objetivo de cara al futuro?
–Que se generen más espacios sin humos. En Europa hay una iniciativa de crear la primera generación sin humos para 2030. Y el objetivo fijado es que sólo el 5% las personas que cumplen 18 ese año haya probado el tabaco o sus derivados. Y en 2040, de los que cumplen 18, que nadie haya probado nunca el tabaco.
Dice la última encuesta de adicciones que el 14,4% de vascos de 15 a 21 años fuma a diario y que un 20,8% lo ha hecho en los últimos 30 días. ¿Qué le sugiere esto?
–Pues que hay trabajo para bajar del 14% al 5%. Y sólo quedan seis años. Entre los jóvenes, fumar sigue teniendo tirón. Pero además, cuando hablamos de fumar con adolescentes, hablamos de cannabis, de cachimbas, de muchos modos de fumar, y eso tiene tirón. En el postureo, igual que hace 30, 20 o 10 años, el humo sigue teniendo su tirón. Subir una foto a Instagram, por ejemplo. Para los jóvenes, la salud no es una prioridad. Nunca lo ha sido. Lo ven muy lejos. Y por eso buscamos otros argumentos: dependencia, libertad, porque con el argumento de la salud, la llevamos clara.
¿Las redes son un problema?
–Un vacío legal que tenemos es el de la publicidad. Está prohibida la publicidad de tabaco en la televisión, pero no en las plataformas. Es muy habitual ver personas que son referentes de los jóvenes vapeando en la red. En Instagram, por ejemplo. Y la industria tabaquera recurre a ellos. Y eso es porque la ley, como todas, va siempre por detrás de la realidad.
¿Qué le sugiere que la edad media de iniciación al tabaco en Euskadi sea hoy la más baja desde 1996?
–Hace falta una ley, y se tiene que cumplir. Con el tabaco, hay normas que no rigen. Hay ámbitos en los que no se respeta la ley.
Cierto. De noche se fuma en los bares. Pero al menos de día no.
–Lo que hay que concienciar a la gente es que la ley no cambia en función de las horas. Pero en Hernani, en la temporada de sidra, por ejemplo, se fuma en los bares sea la hora que sea y nadie hace cumplir la ley. Cuando les preguntamos a los jóvenes en los colegios dónde está prohibido fumar, una respuesta típica es: En la ikastola, pero que algunos fuman. Y en los bares, pero sólo de día. Cuando les dices de noche tampoco se puede, te responden: ¡Venga ya! Estas son conversaciones reales. Es lo que ven y muchos lo tienen interiorizado.