El importe de los impuestos ambientales en la CAV ascendió en 2022 a 1.284 millones de euros, 78 millones menos que en el año anterior (-5,7%), lo que corresponde al 1,5% del PIB, según la Cuenta de Impuestos Ambientales elaborada por Eustat.

Esta cuenta forma parte del Sistema de Cuentas Ambientales y se elabora siguiendo la metodología de Eurostat. Su marco lo constituyen todos aquellos impuestos cuya base imponible sea una unidad física (o similar) de algún material que tiene un impacto negativo, comprobado y específico sobre el medio ambiente y que se identifique como impuesto en el Sistema Europeo de Cuentas-SEC2010, según ha explicado Eustat.

En relación al total de impuestos de Euskadi, los impuestos ambientales supusieron el 6,7% en 2022, un punto menos que en 2021. Los impuestos ambientales, atendiendo al criterio de naturaleza ambiental, se agrupan en tres categorías: impuestos sobre la energía, impuestos sobre el transporte e impuestos sobre la contaminación y los recursos.

En cuanto a la naturaleza de los impuestos ambientales, en primer lugar, destacan los impuestos sobre la energía por ser los que registran un mayor importe, alcanzando los 1.105 millones en 2022, lo que representa el 86,0% del total de los impuestos ambientales.

Estos fueron también los que mayor descenso experimentaron, un 7,4% respecto al año 2021, consecuencia directa de la evolución del impuesto especial de Hidrocarburos que, con 925 millones, supuso el 83,8% de los impuestos sobre la energía, y registró un descenso del 7,7%, esto es 77 millones menos que en 2021.

Dentro de este grupo, al impuesto especial sobre Hidrocarburos le siguen en importancia los Derechos de Emisión de Gases de Efecto Invernadero, con 140 millones, aunque aumentaron un 57,0% respecto a 2021 debido al notable incremento de los precios medios de los derechos de emisión (46,8%), no compensan el efecto negativo de otros impuestos del grupo.

El Recargo Plan Ahorro y Eficiencia Energética, con 12 millones (-7,4%), y el Recurso CORES, con 14 millones (-1,4%), son también parte de este grupo de impuestos.

En el mismo grupo, la suma del impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica y el impuesto especial sobre la Electricidad alcanzan los 13 millones, 62 millones menos, lo que supone un descenso del 82,3% respecto a 2021. Este descenso tuvo su origen en el conjunto de medidas urgentes aplicadas para mitigar el impacto de la escalada de precios en los mercados minoristas de electricidad.

Por otro lado, según ha apuntado Eustat, desde 2021 no se han registrado ingresos procedentes del Canon por Utilización de las Aguas Continentales para la Producción de Energía Eléctrica, por suspensión del Decreto que lo regulaba.

Además, los impuestos sobre el transporte aportaron 164 millones de euros en 2022, un 4,1% superior al año anterior, lo que representó el 12,8% del total de los impuestos de naturaleza ambiental. Destaca en esta categoría el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica que, con 138 millones de euros en 2022, supuso el 84,5% de este grupo de impuestos.

Por último, los impuestos sobre la contaminación y los recursos aportaron el 1,2% del total de los impuestos de naturaleza ambiental, con 16 millones de euros, 4 millones más, y aumentaron un 39,5% respecto al año anterior.

El aumento en este grupo de impuestos se debe, principalmente, al impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero, que incrementaron un 81,0%, 3 millones más que el año previo.

Atendiendo a la clasificación por tipo de impuesto, es en los impuestos sobre los Productos, excluidos el IVA y los impuestos sobre las Importaciones, donde más impuestos de carácter ambiental se concentran, un 46,0%. En el año 2022, la cifra se situó en 1.001 millones, representado un 77,9% del total de los impuestos ambientales, 5,1 puntos menos que en 2021.

Por su parte, los otros impuestos corrientes con finalidad ambiental representaron el 41,6%, 1,4 puntos menos que en 2021, alcanzando los 139 millones de euros.

Finalmente, en los otros impuestos sobre la producción, el 18,5%, 6 puntos más que en 2021, correspondieron a impuestos ambientales, con 145 millones de euros, lo que supuso un incremento del 54,3% respecto a 2021.   

ANÁLISIS COMPARATIVO EUROPEO DE LA PRESIÓN FISCAL AMBIENTAL

La fiscalidad verde, medida como porcentaje de los impuestos ambientales sobre el PIB, se cifró en Euskadi en el 1,5% en 2022, por debajo de países como Dinamarca (2,4%), Francia (2,1%) o Alemania (1,6%), pero superior a Irlanda (0,9%) y Luxemburgo (1,2%) y similar a países como España y Lituania.

La media de la UE-27 se situó en el 2,0%. En el extremo alto de la tabla, con tasas por encima del 3%, se encuentran países como Grecia, Croacia o Bulgaria. Se observa un descenso generalizado de los impuestos ambientales como porcentaje del PIB en gran parte de los países miembros de la UE-27 en 2022 con respecto a 2021, con excepciones como Bulgaria, Rumanía y Grecia.   

RAMAS DE ACTIVIDAD Y HOGARES

Los hogares aportaron el 46,8% del total de los impuestos ambientales. Por tipo de impuestos, aportaron el 78,1% de los correspondientes al Transporte y el 42,7% de los impuestos sobre la Energía.

En cuanto a las ramas de actividad, les correspondió el 53,2% del total de los impuestos ambientales y, atendiendo al tipo, destaca la aportación del 57,3% del total de los impuestos sobre la Energía y el 21,9% de los Impuestos sobre el Transporte. A su vez, la rama correspondiente al conjunto del Comercio, Hostelería y Transporte aportó el 35,9% del total, seguida por la Industria manufacturera con un 15,4%.   

TERRITORIOS

La distribución de los impuestos ambientales por territorio histórico refleja que, en 2022, Bizkaia acumuló el 56,1% del total, Gipuzkoa el 29,8% y Araba, el 14,1% restante. Además, si bien el descenso de los impuestos ambientales en 2022 para Euskadi fue del 5,7%, se observa que Gipuzkoa destaca con una bajada del 12,3% respecto a 2021, seguido de Álava, con un 10,6% menos y Bizkaia con un 0,3% menos.

En lo referente a los impuestos ambientales en relación con sus respectivos PIB, en Bizkaia supusieron en 2022 un 1,6%, mientras que, tanto en Álava como en Gipuzkoa, representaron un 1,4% en 2022, respectivamente.