Cuatro años después, ¿se conoce el verdadero origen del coronavirus?

Hay un par de hipótesis factibles sin que ninguna se acabe de confirmar del todo. El covid no es un virus nuevo de laboratorio que se haya hecho montando piezas. Tiene un origen natural. Pero está la vía del murciélago a través de la transmisión directa con un humano. O hay otra vertiente, y es que el virus, procedente de un murciélago, estuviese ya en estudio en un laboratorio chino y se escapase por alguna fuga.

De los animales pueden venir un montón de problemas. Las zoonosis provocan un 60% de las patologías en humanos.

Sí, la pandemia por covid es una zoonosis y el VIH también lo es. O enfermedades como el dengue o el virus de la gripe aviar. Esto quiere decir que tenemos un encuentro intenso y complejo con los animales y eso se traduce en enfermedades. Y el cambio climático no ayuda porque muchos de los vectores que transmiten estas enfermedades también nos visitan. Mosquitos que antes no había, garrapatas que no eran tan frecuentes...

El covid nos ha dado la oportunidad de estar mejor preparados para futuras crisis, dice usted.—

La experiencia vivida, sobre todo en los dos primeros años, nos ha dejado un poso de conocimiento y de capacidad de estar preparados ante futuros desafíos. Nos ha enseñado cómo hemos de prepararnos ante futuras enfermedades emergentes. Revela nuestros puntos negros, la falta de materiales, el mal control en espacios sociosanitarios como las residencias.... Hemos aprendido lo importantes que son las mascarillas, lo importante que son tener redes de monitorización. Como sociedad debemos estar preparados porque los problemas no son de salud única, es salud global.

¿A qué se refiere?

A que todo está conectado, la salud humana con la salud animal y la salud ambiental. Por ejemplo la gripe aviar es una pandemia para las aves. Es difícil que se transmita a humanos, pero hay casos. Y cuando se transmite es de alta letalidad. Si sigue cambiando y se hace más afín al ser humano puede ser un gran problema.

¿Por dónde pueden venir los futuros desafíos en salud?

A medio plazo también veo un problema importante con la resistencia a los antibióticos. Ya existe la evidencia de que hay antibióticos que no funcionan porque hay un conjunto de bacterias que son altamente resistentes. Las proyecciones hablan de que en el año 2050 habrá diez millones de personas que puedan morir por infecciones que no se pueden abordar por medicación antibiótica. Y también ocurre con los hongos.

La OMS habla de una futura hipotética pandemia y la llama ‘Enfermedad X’. Suena apocalíptico.

Si analizas los últimos 30 o 40 años ¿cuántas enfermedades emergentes ha habido? Muchísimas ¿Cuántas nuevas enfermedades infecciosas? Un montón. ¿Cuántas han venido de animales? Te sorprenderías. Porque el número va en aumento. Por eso parece difícil pensar que en los próximos 30 o 40 no vaya a ocurrir nada. Cuando la OMS habla de la Enfermedad X es porque se prevé que sea una enfermedad nueva, desconocida, como ha sido ahora el SARS-Cov-2. Ese virus no se conocía, se tuvo que aislar ya cuando había casos clínicos. A eso le llaman X. Pero yo también pondría en ese grupo de sospechosos a la gripe aviar que infecta a las aves de corral o silvestres y por desgracia también se está viendo que se extiende a mamíferos.

El cambio climático puede causar numerosas enfermedades.

Sí, la emergencia climática, la contaminación del aire o la contaminación del medio ambiente por químicos por diferentes compuestos. Esto es algo que, en cierto modo, lo estamos acelerando nosotros como especie. Y también se está traduciendo en morbilidad. Ya sabemos que en el mundo hay de seis a siete millones de personas que se mueren por problemas debido al aire que respiran. Este es otro problema de mala salud medioambiental que se traslada al ser humano y debe de ser una lección importante. Nosotros no estamos aquí como propietarios del planeta, estamos aquí como inquilinos y debemos de tener cuidado porque lo compartimos con otras especies. Son nuestros pasos por la Tierra los que van a determinar la llegada de futuras enfermedades.

¿Por eso asegura que no podemos tratar la salud como si fuera un compartimento estanco?

Es que ahora todo está muy segmentado. Se intenta curar tal o cual enfermedad, pero da igual lo que ocurra luego. Pero fíjate que si la salud fuera un planeta, sería el quinto más contaminante desde el punto de vista del calentamiento global. Lo que está claro es que si nosotros llenamos nuestros ríos o nuestros océanos con pequeñas cantidades, por ejemplo de antibiótico, pues puede ocurrir que las bacterias que estén en contacto no se mueran, pero sí en cambio generen resistencias. Nuestras acciones, sobre todo nuestra contaminación, se está traduciendo en mayor morbilidad y mortalidad. Por eso, la única manera de abordar esto es pensando que todo está interconectado. Debemos intentar ser más sensibles con el medio ambiente siempre y cuando obviamente prioricemos la terapéutica.

La globalización nos obliga a pagar muchos peajes.

La globalización y el propio desarrollo de las sociedades nos han traído muchos beneficios, pero también ha conllevado grandes problemas. No hay que olvidar que esta pandemia nos ha venido de un sitio recóndito, Wuhan, que nadie conocía antes del año 2019. Porque hoy los virus, las infecciones y las enfermedades se transmiten globalmente de forma muy rápida.