El informe de la OMS sobre el potencial cancerígeno de algunos tipos de carne impactó hace ya más de ocho años entre la opinión pública mundial, un dossier hecho a base de revisiones de estudios que se avanzó como preludio a otro mayor que nunca llegó; un evento que tuvo sus pros y contras.

Fue el 26 de octubre de 2015 cuando un grupo de trabajo de 22 expertos de 10 países convocados por el Programa de Monografías de la IARC, agencia que depende de la OMS, consideró que había “evidencia suficiente” de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal. Además, clasificó el consumo de carne roja como “probablemente carcinógeno” para los humanos, basado en “evidencia limitada” de que este tipo de alimento puede causar cáncer colorrectal, pero también de páncreas y de próstata.

Los titulares en los medios asociando carne con cáncer impactaron entre muchos consumidores ante un sector, el cárnico, que se vio desbordado para afrontar una crisis de comunicación de esta envergadura que terminó impactando en el consumo de este alimento.

Con motivo de la celebración ayer del Día contra el Cáncer, lo recordó el coordinador de la plataforma Carne y Salud José Manuel Álvarez, quien es consciente de que, al menos, esta crisis sirvió para que el sector ganadero-cárnico se “diese cuenta” de que más allá de “hacer bien las cosas” había que saber comunicar el papel de la carne en la alimentación.

Son “enseñanzas” que se han quedado ahí y que supusieron el germen para la creación de la plataforma Carne y Salud, que nació con el propósito de dar a conocer las cualidades nutricionales de las carnes y los elaborados; afirmar su valor como parte “importante” de una alimentación variada y equilibrada; y aumentar el conocimiento y la información que de ellas poseen los consumidores.

También de ella nació la red municipal ganadero-cárnica, una plataforma que es un foro de encuentro entre el sector privado y los municipios que reconozcan la “importante” labor de la cadena para afrontar los retos económicos.

El secretario general de la patronal cárnica Fecic, Ignasi Pons, se expresa en una línea muy parecida asegurando que fue una crisis para aprender, pero que impactó y que todavía hoy no se ha terminado de cerrar. Tanto desde la plataforma Carne y Salud como desde la patronal Fecic inciden en que el informe llevó a un menor consumo tras su publicación.

Desde ese año, la compra de carne ha caído casi un 15%, si bien en valor ha subido un 8%, lo que da idea del encarecimiento del producto. El sector entiende que ese descenso del consumo actual en comparación con 2015 no habría que vincularlo ya al efecto de aquel dossier si no a múltiples factores como la inflación, las tendencias en alimentación y aspectos socio-demográficos.