Naroa Anabirtate es bioquímica de formación y en esta área de la ciencia obtuvo el doctorado en la UPV/EHU con un trabajo de investigación sobre el alzhéimer. Pero, en esta ocasión y de la mano del Center for Basque Studies de Reno, ha publicado su trabajo Things that are (said) and things that are not: A brief look at the ideological context of the Basque lenguage, un volumen que se integra “en una investigación más amplia” sobre “la importancia de los contextos ideológicos en la evolución del euskera”.

El trabajo original fue realizado en euskara, aunque CBS Press lo ha publicado en inglés, idioma de Michael Billig, investigador cuya obra ha sido uno de los ejes sobre los que se ha basado Anabitarte a la hora de desarrollar un estudio que “enfatiza mucho en la importancia del contexto social e ideológico para comprender los procesos lingüísticos”.

Aunque lo que ha pretendido la autora es hacer “una foto” en la que muestra los elementos que intervienen e interactúan en el proceso de evolución del euskera, la investigación le ha llevado años de un trabajo no tan alejado como podría parecer de su tarea de estudio en las capacidades cognitivas en neurociencias.

Precisamente, estos estudios le llevaron a plantear la prioridad de “analizar el contexto social para entender varias cosas psicológicas”, integrando el euskara en este análisis.

¿Por qué? Por considerar que también en el caso de euskara “los planos sociales necesitan un análisis propio”, considerando que “las uniones individuales no causan directamente una consecuencia social”. Es decir, la relación entre el grupo y el individuo afecta a los comportamientos de éste respecto al euskera porque, insistió Anabitarte, una persona no se relaciona con el idioma sin condicionantes que van más allá del ámbito individual.

El aprendizaje del idioma

Un ejemplo para comprender la tesis que defiende la autora. Las y los niños en su aprendizaje de un idioma tienen distintas influencias y “reciben ideas sobre el lenguaje, de manera explícita e implícita”. Observan, entre otras cosas, “las jerarquías entre los idiomas, lo que está correctamente dicho y lo que no”, e incluso, lo que hay que decir o no ya que, subrayó Anabitarte, la adquisición del lenguaje “no se limita solo a la gramática y la sintaxis, está vinculada a procesos más amplios, ideologías, etc.”. Estas influencias marcan, en consecuencia, “la motivación psicológica y el uso de la lengua por parte de la niña o niño”.

Otro ejemplo hace referencia a los nombres propios en euskara. Pone Anabitarte en comparación la prohibición de poner nombres vascos entre 1936 y 1939 con la solicitud, reciente, a Euskaltzaindia de que definiera “si los nombres vascos eran femeninos o masculinos”. “Esta solicitud va en contra de la propia esencia del euskera, que no tiene marca de género en sus nombres”. “Fue un debate enfocado desde el género, pero yo he analizado cómo detrás de eso hay una actitud implícita para ver un idioma o cultura por encima de otro. Esa es una forma implícita de marcar la jerarquía intercultural”, abundó.

"La adquisición del lenguaje no se limita sólo a la gramática y la sintaxis, está vinculada a procesos más amplios, ideologías, etc."

Naroa Anabitarte - Autora del estudio

Y es que, defiende Anabitarte en su estudio, la evolución del euskera “se encuentra dentro de las ideologías existentes en la sociedad y es un proceso dinámico y cambiante”.

Otro eje del estudio, más allá de la forma en la que el contexto social e ideológico influye en el uso del euskara, es “la importancia de lo que se calla”. Para ilustrar su tesis, la autora ha realizado un trabajo comparativo entre los campeonatos de bertsos de la década de los 80 con los más actuales, de lo que entonces se trataba, de los temas que se sugerían y los que se ponen ahora sobre las tablas. 

Anabitarte estuvo acompañada en la presentación de su estudio por Xabier Irujo, director del Center for Basque Studies de Reno, que destacó el carácter “innovador” de un trabajo que se centra “en la perspectiva de la investigación del discurso en torno al euskara”, y por Larraitz Ariznabarreta, coordinadora de la editorial CBS Press, que se congratuló por el hecho de haber podido sacar a la luz un trabajo del interés del de Anabitarte, un “eslabón” importante en una cadena de estudios sustanciales para entender la evolución y uso del euskara.