Los responsables son mosquitos que hasta la fecha no se habían visto por estas latitudes. Mosquitos que albergan un virus, no especialmente virulento; no al menos para los animales que ya están acostumbrados a él, pero sí desconocido para nuestra cabaña ganadera y especialmente dañino para las vacas que están sufriendo la nueva Enfermedad Hemorrágica Epizóotica (EHE).  

Los animales manifiestan dolor al tragar, entre otros síntomas, y pueden llegar a estar sin comer y beber lo que les dura la enfermedad, hasta dos semanas. Así se manifiesta la nueva pesadilla que castiga al sector ganadero guipuzcoano. Uno mosquito del género culicoides que ha llegado, se siente a gusto con los calores de este inicio de otoño en Gipuzkoa y sus niveles de humedad y que al picar al ganado, le transmite una enfermedad para la que nuestros animales no tienen defensas. 

La única medicina que funciona es estar “muy encima del ganado, pendiente todo el rato”, para detectar si las molestias y dolores le impiden alimentarse. No funcionan otros medicamentos, ni hay vacunas, como sí las hay ya para el virus de la lengua azul, una enfermedad “muy parecida” a ésta, pero que ya llegó hace un tiempo a nuestro territorio y dispone de suero inmunizante.  

Los ganaderos tienen que estar muy encima de los animales para que no dejen de comer y beber durante la convalecencia

En bovinos, los síntomas pueden llegar a ser también fiebre, anorexia, disfagia, emaciación, estomatitis ulcerosa, cojera, dificultad respiratoria y eritema de la ubre. Y la única ayuda para aliviarlos son unos pocos antiinflamatorios, además de insecticidas para ahuyentar a los mosquitos. No hay más. Paciencia y cuidados casi intensivos que se traducen en elevados costes y un trabajo extra. 

La enfermedad sigue expandiéndose por el territorio, sin visos de frenarse “mientras no llegue el frío”. Los veterinarios y técnicos forales consideran que en los valles del Urola y el río Deba, las primeras zonas donde se introdujo este mal hace aproximadamente un mes, esta enfermedad “probablemente ha tocado techo”, pero reconocen que se expande ya por todo el territorio y que los contagios aumentan de manera importante, casi exponencial, hacia Donostialdea y Bidasoa. 

En la reunión que este lunes mantuvo la Diputación con el sector ganadero en Fraisoro (Zizurkil), los responsables forales ofrecieron los datos confirmados hasta la fecha. Un total de 278 vacas enfermas en 132 explotaciones. Los animales muertos confirmados hasta entonces, según las mismas fuentes, serían 14, pero la cifra podría estar ya en torno a la centena.  

La Diputación sigue mostrando su predisposición a establecer nuevas líneas de ayudas, más allá del abono de los medicamentos que pueden aliviar algo los síntomas del animal. La próxima reunión se ha convocado para el martes siguiente. 

La situación, admiten fuentes veterinarias, “es bastante inquietante, igual que ocurre con la lengua azul, que también es trasmitida por mosquitos y en este momento, por ejemplo, tiene 450 focos que afectan a ovinos, bovinos y caprinos. 

Cada vez más al norte

La EHE ya forma parte de la nueva realidad ganadera guipuzcoana. El virus ha circulado históricamente en América del Norte, Australia, Asia y África, pero se detectó por primera vez en el Estado español el 18 de noviembre de 2022 en dos explotaciones de bovino andaluzas. Y desde entonces, la escalada continúa hacia el norte y el este de la península.

En Francia también se han detectado los primeros casos. La enfermedad, n todo caso, sigue escalando hacia latitudes más al norte. Desde el Ministerio de Agricultura de Francia, se informó hace ya dos semanas de que su laboratorio nacional de referencia en sanidad animal ha confirmado la presencia del virus en bovinos de tres explotaciones en los departamentos de Pirineos Atlánticos y Altos Pirineos, que hacen frontera con el Estado español.

En Europa, hasta ahora, además de en Francia, se ha detectado la enfermedad en Italia (Cerdeña y Sicilia), Portugal y España, donde ya se han detectado focos en Aragón y Cantabria al norte, además de Gipuzkoa, que se unen a otras como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Murcia, Extremadura, Madrid, Valencia y Asturias.

El virus sólo se transmite a los animales a través de un mosquito que se adapta perfectamente a los calores de este mes en Gipuzkoa

En Euskal Herria, Gipuzkoa es el foco principal. La expansión de la enfermedad aquí está siendo “rápida”, mientras que en Bizkaia se están refiriendo varios casos ya en Lea-Artibai; y unos pocos en Navarra, casi testimoniales.

En declaraciones al programa de Euskadi Irratia Goizak Gaur, Iñaki Goenaga, el presidente de la organización agraria Enba, aseguró que aún no sabemos cuáles van a ser las consecuencias. En todo caso, las organizaciones agrarias Ehne y Enba reconocen que el daño “es enorme” en un sector ya “tocado” y recomiendan a los ganaderos que hagan seguimiento de cada cabeza a lo largo de las próximas semanas y en el futuro, para ver si después de pasar la enfermedad, sufren abortos, fallecen o se les detectan otros problemas. Y luego ya “llegará el momento de pedir ayudas”.

La EHE, según recoge la ficha técnica de la enfermedad, no es una zoonosis, con lo que no afecta al ser humano y, tampoco representa un riesgo para la salud pública, pero su comunicación a la autoridad, en este caso a la Diputación de Gipuzkoa y los veterinarios, es obligada.  

Está causada por un virus ARN de la familia Reoviridae, género Orbivirus y afecta a rumiantes domésticos y salvajes y también puede infectar al ganado ovino, aunque la enfermedad clínica y sus molestias no se manifiestan apenas. Y el ganado caprino, por su parte, es poco susceptible a la infección en sí. 

El virus también afecta gravemente a los ciervos, y puede afectar también a gamos y corzos. Es una de las enfermedades más importantes del venado en América del Norte, principalmente al ciervo de cola blanca. 

La Diputación de "poner a su disposición todos los medios necesarios para hacer frente a esta enfermedad" y ya ha adelantado que se aprobarán ayudas económicas que permitan "hacer frente a las pérdidas económicas que pueda generar la pérdida de estos animales y para que se puedan dotar de los medios sanitarios oportunos" para enfrentar la enfermedad.