El descubrimiento de la Mano de Irulegi supuso un hito en la arqueología de Euskal Herria y un hallazgo excepcional para saber más del origen del euskera. Pero el poblado de la Edad del Hierro de Irulegi tiene un potencial arqueológico aun mayor, y seguir excavándolo es crucial para entender mejor las sociedades vasconas de hace más de 2000 años.

Desde el 19 de junio, un equipo de arqueólogos y arqueólogas de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha estado excavando el poblado con la ayuda de casi 100 personas voluntarias. El objetivo de esta campaña ha sido conocer mejor el urbanismo de Irulegi y su configuración. Por un lado, se ha excavado la parte este de la calle principal que articula el núcleo urbano. Y es que, en las exploraciones geofísicas de 2010 y 2018, y que se han repetido este año, ya se observaban signos de combustión menos evidentes.

La excavación arqueológica de 2023 ha demostrado que la zona este también fue atacada y abandonada en la misma época, al aflorar indicios de combustión muy notables. Asimismo, se ha constatado que nos encontramos ante un contexto de ataque, al igual que en años anteriores, debido al gran número de armas recuperadas.

Además, la tercera vivienda que se ha abierto en su totalidad este año presenta características especiales. Esta casa tuvo dos fases principales, comenzando por una planta rectangular más pequeña, que fue posteriormente ampliada, duplicando su tamaño. Esta ampliación y reforma de la casa destaca por un elemento único: se han encontrado las escaleras de piedra en su entrada desde la calle principal. Estas escaleras son las únicas de este tipo recuperadas en un poblado de la Edad del Hierro en todo el Pirineo Occidental, y destaca su la buena conservación de sus siete peldaños.

La campaña del 2023 es la decimoquinta que ha realizado Aranzadi en este yacimiento y la más larga de todas ellas, con una duración de tres meses. En los trabajos realizados hasta la fecha se han identificado y fechado al menos cuatro fases del poblado. El monte Irulegi estuvo poblado desde hace unos 3200 años hasta hace 2100 C. hasta el siglo I a.C. Este último poblado fue atacado e incendiado en las Guerras Sertorianas. Todos los elementos de la vida cotidiana del poblado quedaron sepultados por los escombros generados al incendiarse los tejados de paja, las estructuras de madera y los desprendimientos de ladrillos de adobe de las viviendas. Así, los recipientes cerámicos, otros elementos para la vida cotidiana e incluso objetos singulares como la Mano de Irulegi, pudieron conservarse hasta hoy.

No en vano, en 2023, como en años anteriores, el equipo de Aranzadi ha recuperado miles de fragmentos de cerámica, huesos de animales, enseres domésticos, armas, etc. Todo este material demuestra que estos últimos vascones de finales de la Edad del Hierro tenían contacto con los romanos y su romanización fue más compleja y menos brusca de lo que se pensaba. También se consolida la tesis de que el poblado de Irulegi fue atacado y abandonado en el contexto de una guerra civil romana (Guerras Sertorianas), en la década de los 70 del siglo I a.C.

Más de 2000 visitantes han pasado por Irulegi este verano

La investigación arqueológica de Irulegi ha tenido un año más un fuerte impulso social. Guiados por arqueólogas de Aranzadi, durante todo el verano más de 2000 personas han visitado el yacimiento con el objetivo de conocer más sobre los vascones y el trabajo arqueológico.

Además, el Ayuntamiento del Valle de Aranguren ha habilitado nuevos itinerarios y accesos al monte Irulegi, con una nueva señalética y un aparcamiento para 150 vehículos en Ilundain. De esta manera, el Ayuntamiento ha querido ofrecer la posibilidad de visitar el yacimiento de una forma más sostenible y organizada.