La EBAU, la prueba de acceso a la universidad se queda como está. El Ministerio de Educación en funciones aparca, rozando el larguero del inicio de curso, la aprobación de la reforma de la selectividad debido a la situación de interinidad en La Moncloa. El próximo mes de junio, por tanto, los exámenes mantendrán el formato actual y cualquier cambio quedará en manos del Gobierno español que salga de las elecciones generales del 23 de julio, si es que sale y no se va a unas nuevas elecciones en enero. 

La decisión ha sido bienvenida por universidades, comunidades como Euskadi, profesorado y familias, al coincidir en que la implantación de la nueva EBAU en 2024 habría sido muy precipitada ya que los institutos no han tenido el rodaje necesario para adaptar sus proyectos curriculares a la Lomloe. Además, la normativa contenía muchos defectos técnicos –como la duración de los exámenes, la composición de los tribunales, proceso de reclamación, etc– que fueron contestados de forma unánime por todas las universidades con un texto de alegaciones en el que destacaban “los efectos perniciosos” de algunos pilares del borrador de Real Decreto para un proceso en el que el alumnado se juega buena parte de su futuro.

POR FIN, CERTIDUMBRE

Los más aliviados por la paralización de la nueva EBAU, sin duda, han sido los estudiantes de segundo de Bachillerato. Y no porque se vayan a librar de la temida prueba, sino porque al menos encararán el curso con la certeza de saber cómo será. Algo que la ministra Pilar Alegría había dejado en el aire en mayo, cuando congeló el Real Decreto de la prueba debido al adelanto electoral y se negó a aplicar la moratoria de un año que exigía la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), dando traslado de la “preocupación” expresada previamente por el profesorado de Bachillerato, orientadores y armonizadores de las materias. 

El Ministerio de Educación ha comunicado su decisión a las comunidades autónomas y a la CRUE en sendas reuniones telemáticas celebradas por la mañana. El Ministerio ha justificado la decisión porque la aprobación de la norma –lista y metida en el cajón– "excedería las competencias de un Gobierno en funciones, generando confrontación con las administraciones autonómicas". Además, atiende a la petición de la moratoria por parte de las instancias universitarias y "rebaja la incertidumbre de docentes, alumnos y familias".

Al margen de las consideraciones jurídicas y técnicas para sacar adelante la nueva normativa, el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, ha destacado que "lo más importante era transmitir tranquilidad, certidumbre, confianza, a los chicos que se tienen que examinar en junio de este año" y que no les caiga "una normativa nueva a mitad de curso que cambie las reglas del juego". 

LAS UNIVERSIDADES APLAUDEN LA DECISIÓN

La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) "aplaude" el aplazamiento por un año de la reforma de la selectividad. Pero más allá del gesto de aprobación, la CRUE también ha dejado claro que las universidades siguen donde estaban, en que la EBAU propuesta por el Gobierno de Pedro Sánchez no es la más acorde a los nuevos tiempos y que aún queda terreno para cerrar una normativa consensuada.

En este sentido, la presidenta de la CRUE, Eva Alcón, ha abogado por aprovechar este curso para trabajar "de la mano" la CRUE, la Sectorial de Estudiantes y los ministerios de Educación y Universidades "para ofrecer una prueba que dé garantías". "Tenemos la experiencia de muchísimos especialistas que llevan años trabajando sobre el tipo de modelo, la duración del examen... Esa experiencia no la podemos perder y eso es lo que la CRUE podemos aportar", ha indicado.

EUSKADI: “NO ES MOMENTO DE REFORMAS”

Euskadi se ha unido también al coro de voces que respiran tranquilas ante la renuncia del Ministerio a implantar nueva prueba en junio de 2024. Además, el Gobierno vasco observa en este curso de transición una ventana de oportunidad para negociar una normativa que respete el contexto de la escuela vasca frente a la corriente homogeneizadora de selectividad única que alimentan las comunidades gobernadas por el Partido Popular. 

El Departamento vasco de Educación opina que es necesario analizar con el Ministerio cualquier modificación de la prueba de acceso a la universidad antes de su aprobación porque Euskadi cuenta con competencias educativas y cualquier evaluación "tiene que respetar la idiosincrasia del contexto a evaluar y del lugar en el que se realiza la misma". Asimismo, fuentes del Departamento de Educación reiteran el mensaje que avanzaron la víspera de la reunión telemática con el Secretario de Estado: “No es momento de modificar la EBAU”.