Donostia – Los juguetes sexuales son cada vez más habituales entre mujeres y hombres. Cerca de un tercio de los hombres y mujeres, exactamente un 32%, los utiliza (en solitario o en pareja) para alcanzar el orgasmo. Y lo hacen de dos a tres veces por semana, seguido de un 28% que los usa menos de una vez a la semana, según recoge el Estudio sobre uso de juguetes eróticos 2023, que ha encuestado a más de 5.000 personas. Sin embargo, ahora se han encendido las alarmas porque recientemente se ha advertido sobre los peligros de uno de los más populares, el succionador de clítoris, ya que algunos expertos desaconsejan su uso.

De hecho, un curso de la Universidad de Cantabria sobre la aplicación de la fisioterapia en los trastornos sexuales, alertó sobre los efectos adversos de estos artilugios. El primer succionador de clítoris vio la luz en 2014, hace casi diez años. Su inventor, Michael Lenke, lo desarrolló tras conocer, a través de un artículo, las dificultades que tienen algunas mujeres para conseguir un orgasmo.

Hasta entonces, el vibrador era el juguete sexual por excelencia, pero este producto cambió la manera de usar estos dispositivos. Prácticamente una década más tarde, el succionador ha mutado en diferentes formas, colores y es la estrella de las ventas. Solo el famoso Satisfyer ha facturado casi 200.000 millones de euros. No obstante, en el curso impartido en la Universidad de Cantabria se mostraron las inconveniencias de la utilización del succionador, así como de otros productos.

“No es bueno para el cuerpo”

“El succionador de clítoris hace que lleguemos al orgasmo muy rápido y es corto en el tiempo, pero lo que nosotros intentamos es llegar a un orgasmo duradero”, apunta Concepción Pérez Castro, fisioterapeuta. Así, señala que un orgasmo rápido “no es bueno para el cuerpo” y, por tanto, tampoco lo es el succionador. Pero contraviniendo estas tesis, han surgido defensores de los juguetes sexuales rebatiendo estos argumentos, Por ejemplo, la sexóloga Rosa Navarro, asegura que “además del propio placer que proporcionan, nos ayudan a conocer más nuestra anatomía. Saber en qué consiste nuestra respuesta sexual, qué necesitamos para excitarnos y cuáles son las sensaciones que nos produce cada una de las etapas por las que pasamos, nos permitirá un mayor autoconocimiento de nuestro cuerpo y erótica”.

Desde LELO, una de las principales firmas de juguetería erótica, se asegura que los datos de sus investigaciones dejan claro que estos juguetes en general mejoran el orgasmo, pero también la satisfacción sexual o el deseo. Además no sustituyen a las parejas sexuales, sino que “son herramientas que refuerzan el acercamiento, la confianza, la comunicación y la dinámica erótica en pareja”.