Disruptores endocrinos

Son una larga lista de productos químicos capaces de mimetizar nuestras hormonas y alterar el correcto funcionamiento corporal en niños y adolescentes, afectando negativamente a nuestra salud, presentes en muchos productos de uso cotidiano, juguetes, perfumes, cosméticos, aditivos alimentarios, botellas y tuppers de plástico, latas o tickets de la compra, por citar sólo algunos.

El DDT

El diclorodifeniltricloroetano, fue sintetizado en el laboratorio en 1874, por el químico austriaco Othmar Zeidler durante su tesis doctoral. Quedó relegado al olvido hasta 1939, cuando el químico suizo Paul Hermann Müller, -premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1948- de la empresa Geigy, pretendía encontrar el insecticida ideal, elaborado a partir de materias primas de bajo coste, rápido y fáciles de obtener, potente y que no causara daños, teóricamente, a plantas ni animales de sangre caliente. En esa búsqueda de la piedra filosofal plaguicida, redescubrió el DDT, que, ese mismo año, era probado con gran éxito en un ensayo masivo contra el escarabajo de la patata. En 1944, en Nápoles, se pudo detener por primera vez, una epidemia de tifus, destruyendo al mosquito difusor. Para ello, se espolvoreó con insecticida DDT, literalmente, a la práctica totalidad de napolitanos. Esta práctica fue habitual en la desinsectación de personas y ganados hasta los ochenta, acabando con las ladillas, por ejemplo. Ya se hacen una idea de la dirección del chorro, sin entrar en más detalles.

También se le atribuye el mérito de haber conseguido, casi, aniquilar a los vectores transmisores de enfermedades como el tifus, malaria, fiebre amarilla, o sea, mosquitos, piojos, pulgas, garrapatas o chinches. Se había descubierto la panacea universal. Un chollo.

Primavera silenciosa

El libro de Rachel Carson, el primero divulgativo sobre impacto ambiental, editado en 1962 en Estados Unidos y en 2005 en España, un clásico en su categoría, alertaba de los peligros del DDT y su metabolito derivado, el DDE. Las reacciones que desencadenó, motivaron que fuera prohibida su utilización en 1972 por la Agencia de Protección Ambiental de USA. Para entonces, ya había sido excluido de la relación de sustancias activas autorizadas para su uso en prevención de plagas en plantas, por sus propiedades cancerígenas, daños en el sistema nervioso e inmunitario, trastornos reproductivos y disrupción endocrina. La persistencia del DDT en el ambiente resultó ser superior a los cien años.

La medida fue contestada por científicos e incluso ecologistas, que recordaban las bondades del producto contra la malaria en espacios controlados y que su uso, había sido decisivo en la desaparición de la enfermedad, hasta entonces endémica en algunos países europeos y asiáticos. No faltaron las presiones por intereses económicos, debido a su bajo coste de fabricación. También se evidenció la aparición de cepas de insectos resistentes. España lo prohibió en 1994. Algunos países como México, Brasil, Colombia, Rusia o Rumanía, lo utilizaban en fechas recientes.

En la actualidad está ampliamente distribuido en la fauna terrestre y acuícola y se ha detectado su presencia en el Ártico y en toda la cadena trófica, por su efecto acumulativo en las células grasas. También en personas. Recuerdo un estudio que promovió la comisaria europea, la italiana Emma Bonino, muy dada a aparecer en los medios, sobre detección de DDT en personas, en el que ella también dio positivo. Hoy daríamos la mayoría, por su transmisión por la leche materna.

Diazinon

El estudio motivo de estas líneas es un pre-print, sin el control de evaluadores externos, publicado en Environmental Pollution, volumen 316 parte 2 de 1 enero de 2023, del que es autora la Dra. Carmen Freire Warden y su equipo de la Universidad de Granada, que cuentan en su haber, con una extensa producción investigadora en Toxicología.

Analizaron muestras de orina de 606 niñas y 933 niños, entre siete y once años, de distintas zonas urbanas y rurales de España, tomadas entre los años 2010 y 2016, para la detección de restos de cuatro plaguicidas, relacionando su posible presencia con el desarrollo puberal de las criaturas. “La exposición aumenta con el consumo de frutas y verduras frescas y crudas, más cuanto más próximo esté a la recolección”, advierte Freire. España es el mayor consumidor de pesticidas de la Unión Europea, por delante de Francia. Las administraciones competentes deberías promover modelos de producción agrícola menos dependientes de estas sustancias tóxicas y garantizar la inocuidad de los alimentos. 

Concluyen las investigadoras que, efectivamente, el plaguicida Diazinon puede causar alteraciones en el momento de la pubertad y evidencian que, se continúan utilizando plaguicidas de reconocidos efectos carcinógenos, prohibidos para su uso agrícola desde junio de 2007 y en los collares antipulgas de las mascotas, desde 2013 y que, además, lo habían ingerido recientemente. En este caso, no vale la excusa de que podían tratarse de frutas procedentes de países terceros, porque también debería haber sido detectado en los controles fronterizos, como en el caso de las sandías con metomilo.

Metomilo

Hace poco saltaba la alarma por la presencia de este insecticida -un carbamato- en una partida de sandías procedentes de Marruecos, en una proporción superior a la permitida en la UE. Se destruyó la partida. La ingesta de pesticidas, dependiendo como siempre de la dosis y de la estructura que adopta esa molécula, puede producir dolor de cabeza, mareos o vómitos entre otros síntomas.

Mientras tanto, solo nos queda pelar y lavar bien, frutas, verduras y hortalizas, incluido el tomate de la ensalada o recurrir a la producción ecológica pagando el suplemento correspondiente, para comer sin pesticidas.

Hoy, domingo

Marmitako. Ensalada verde. Fresas con helado de limón. Café. Petits fours. Txakoli Txomin Etxaniz y agua fresca del Añarbe.

Doctor en Veterinaria