La conciliación laboral y familiar sigue siendo poco menos que una quimera para la cuarta parte de la población vasca ocupada. Al 28,1% de las personas que cuenta con un empleo en Euskadi no le dan las cuentas. O, mejor dicho, las horas. Confiesan atravesar “muchas dificultades” para compaginar el trabajo con el cuidado de los hijos e hijas menores, y tres de cada diez aseguran que ese mismo grado de dificultad se traslada a la hora de atender a las personas dependientes, según los datos elaborados por Eustat.
El mundo laboral de esta sociedad hiperconectada parece fagocitarlo todo, por lo que irrumpe con fuerza el debate en favor de una mayor flexibilidad laboral para que padres y madres puedan pasar más tiempo de calidad junto a sus hijos. Con todo, los problemas derivados de extenuantes jornadas no solo surgen a la hora de atender a la familia. Para el 24% de las personas ocupadas la apretada agenda también se entromete en sus planes personales, con mayores dificultades para ellas en el discurrir diario.
Según indica el estudio, las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos menores de quince años, cuando regresan al hogar destinan de media más de una hora diaria al cuidado de los suyos con respecto al tiempo invertido por los hombres que se encuentran en la misma situación. Ellas: 4,7 horas. Ellos: 3,6.
El mismo patrón se repite cuando se trata de atender al aita o la ama, o cualquier otro familiar dependiente. Las mujeres ocupadas dedican 2,3 horas, frente a las 1,7 de sus parejas. También resulta desigual el reparto de las tareas domésticas. Casi uno de cada ocho hombres -el 12,3%- invierten tres horas o más a esas tareas, mientras que en el caso de las mujeres el porcentaje se duplica, hasta el 26,7%.
Tomando como referencia la evolución de la última década, el estudio pone de manifesto que parece aumentar la concienciación de los varones a la hora de asumir las responsabilidades familiares. “Las diferencias entre hombres y mujeres por el tiempo diario dedicado a los cuidados y a las labores del hogar, alcanzan en 2022 sus valores mínimos”, señala el informe. Pese a todo, ellas siguiende dedicando 1,1 horas más en la atención de sus hijos.
Falta de colaborción: el malestar del 14% de mujeres
Y es precisamente ese desigual reparto de funciones en la realización de las tareas domésticas el que motiva que el 14% de las mujeres vascas ocupadas confiese estar “muy insatisfecha” con la colaboración que ofrece su cónyuge o pareja en el día a día. Ellos no dicen no lo mismo. El 76,5% se muestra “muy satisfecho” con el rol -y todo lo que conlleva- que desempeña su pareja.
La participación de la mujer en el mercado laboral ha aumentado en las últimas décadas hasta casi igualar a la de los hombres. Sin embargo, se constatan notables diferencias respecto a las condiciones: tienen más posibilidades de trabajar a tiempo parcial, tienen menos opciones de ser ascendidas o de entrar directamente en un puesto de responsabilidad y ganan, de media, hasta un 15% menos que sus colegas masculinos.
El temor a que pase factura solicitar una excedencia o una jornada reducida es mucho mayor entre las mujeres, un 31,3% frente al 24,2%
Basta otro dato aportado por Eustat para comprobar esas desigualdades. Si bien dice el 16,8% de los hombres ocupados que le resultaría “muy negativo” pedir un permiso de paternidad, el estudio pone de manifiesto que, en realidad, “sólo un 9,6%” opina que les podría afectar de manera sensible. Un porcentaje que en el caso de las mujeres ocupadas se eleva hasta el 26,1%, al considerar abiertamente que la maternidad “puede crear desigualdades de promoción”. El temor a que pase factura solicitar una excedencia o una jornada reducida es mucho mayor entre las mujeres, un 31,3% frente al 24,2%.
¿Jornada laboral de cuatro días?
En conjunto, el 16,8% de la población ocupada tiene que dedicar, de manera habitual, más horas de las establecidas o previstas en su trabajo. Otro 17,5% tiene que prolongar su jornada “algunas veces”. El Eustat ofrece la fotografía de una situación que solo tiempo dirá si está sujeta a cambios, ya que está previsto que el próximo la Mesa de Diálogo Social analice la posibilidad de implantar en Euskadi la jornada laboral de cuatro días, sin rebaja salarial.
A pesar de que ser una medida con la que no comulga la patronal vasca, el Gobierno Vasco y los sindicatos parecen decididos en buscar nuevas fórmulas de trabajo para hacer frente al reto demográfico al que se enfrenta una Euskadi envejecida y con problemas para atraer y retener talento.
La jornada laboral de cuatro días horas, hoy por hoy, ha sido ya experimentada en otros países con resultados positivos, ya que las empresas y trabajadores que participan en estas pruebas coinciden en destacar una mayor productividad, menor índice de bajas y enfermedades laborales, así como en la reducción de riesgos psicosociales.
Desde el Gobierno Vasco miran con gran interés hacia Reino Unido. Su ensayo se ha prolongado durante seis meses y ha concluido con una gran satisfacción por parte de empresas y empleados. De las 61 empresas participantes, la gran mayoría ha optado por prorrogar este esquema de trabajo; incluso algunas de las cuales han decidido adoptarlo de forma definitiva.
Horario flexible y teletrabajo
Por lo pronto, las personas encuestadas en Euskadi señalan que puestos a buscar soluciones intermedias en favor de la conciliación, las ausencias temporales del trabajo y la posibilidad de pedir días sin sueldo están al alcance de la mayoría de la población vasca ocupada, según los datos del Eustat. Además, prácticamente la mitad manifiesta que no entraña una mayor dificultad conseguir excedencias o reduciones de jornada. El horario flexible de salida también parece irse abriendo paso. Si en 2021 el porcentaje de personas que disfrutaban de esta medida que facilita la conciliación era del 47,1%, en 2022 sube hasta el 52,6%.
También figura el teletrabajo entre las medidas que pueden ayudar a la conciliación, aunque parece ir perdiendo fuelle. El porcentaje de personas que trabajan en esta modalidad, con mayor o menor intensidad, es del 17,8%, 9 décimas menos que en 2021.
La proporción de los que trabajan al menos la mitad de los días bajo esta modalidad se situó en el 6,7%, 1,7 puntos porcentuales menos que en 2021 y 4,1 puntos menos que en 2020, cuando se alcanzó el techo (10,8%), en plena pandemia. Cuando el trabajo en el propio domicilio se realiza ocasionalmente, el porcentaje alcanza el 11,1%, el mayor porcentaje desde que se realiza la encuesta, con una subida de 0,8 puntos porcentuales con respecto a 2021 y 3,8 respecto a 2020. Con respecto a los diferentes tipos de jornada, se percibe un descenso sostenido del porcentaje de personas que tienen jornada partida.