¿Cómo estamos en inversión a la investigación?

Pues ahora mismo, bien, porque hay todos estos fondos especiales europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Si son capaces de mantener este nivel de inversión, yo creo que bien.

Usted es profesor Ikerbasque. ¿Es tan maravillosa como la pintan? Hábleme de la investigación científica en Euskadi.

Todo es relativo. Ikerbasque es maravilloso porque ofrece muchas oportunidades y sin duda el efecto que ha tenido en el entorno científico de Euskadi ha sido impresionante. Eso es así. ¿Qué podía ser mejor? Pues sí. Si miras a Cataluña, es otro orden de magnitud. Primero, porque de partida tenía un entorno científico mucho más consolidado que el de Euskadi y empezaban de otro nivel. Este es un sitio mucho más pequeño y las universidades son mucho más jóvenes. ¿Sin Ikerbasque yo estaría aquí? Probablemente sí, porque CIC BiomaGUNE tenía una dotación importante que le permitía contratar sin tener necesidad de Ikerbasque. Pero mucha otra gente, no. Y además Ikerbasque ofrece unas condiciones relativamente flexibles que no se encuentran en los centros públicos.

Con todo lo que sabe hoy, a nivel personal, ¿le da más miedo el futuro o está más tranquilo que hace diez o 20 años?

Desde el punto de vista personal, veo que me quedan unos diez años de trabajar y que más o menos tengo la vida solucionada, que hay que tener cuidado con las enfermedades, y de hecho, llegan cada vez más temprano.

¿Y por qué es?

Pues posiblemente por el entorno, porque cada vez hay más contaminación, las condiciones son menos saludables y eso afecta también a los procesos del cuerpo. Yo no soy médico, esto lo digo intuitivamente.

¿Lo que permite que la esperanza de vida sea tan alta es las soluciones que estamos hallando?

A mí eso me tranquiliza también, porque los progresos en investigación médica son espectaculares. La terapia génica, la terapia inmune, esto ofrece muchísima más esperanza de la que teníamos hace nada y eso también me da tranquilidad y quizás el problema es que la sanidad pública está como está. E igual aquí todavía tenemos suerte, pero en muchos sitios, el acceso a la sanidad implica esperar meses o años para que te puedan tratar. Digamos que hay que confiar en que los tratamientos se democraticen cada vez más también. Nosotros tenemos mucha suerte de vivir donde vivimos.