El Consejo Económico y Social Vasco (CES) emitió ayer un informe sobre el anteproyecto de Ley de Educación de la CAV en el que señala que “echa en falta un debate previo sobre la necesaria o no laicidad” de los centros escolares que vayan a recibir financiación pública.

En su dictamen, el CES considera adecuada la tramitación de la norma y apela a que el desarrollo de la misma se efectúe a través del diálogo y el consenso entre agentes educativos y sociales, y con la visión y colaboración empresarial.

Sin embargo advierte de que el texto puede resultar ambiguo o abstracto en algunos aspectos, bien porque, o no han sido recogidos, o si lo han sido, no están lo suficientemente desarrollados.

En concreto, menciona que “es un derecho constitucional que la formación que reciba el alumnado no tiene que ser obligatoriamente religiosa”.

Teniendo en consideración esta premisa, el órgano consultivo vasco “echa en falta un debate previo sobre la necesaria o no laicidad de los centros que vayan a recibir financiación pública”.

El CES considera además “necesario y pertinente” mencionar de forma explícita al colectivo LGTBI+ en la normativa, concretamente, en las listas que enumeran los diferentes supuestos de no discriminación.

En cuanto a las consideraciones efectuadas, subraya la importancia de reforzar la orientación educativa y profesional para obtener un conocimiento temprano de las salidas profesionales y laborales.

También desarrollar una cultura económica y de valores de interés social y empresarial en las aulas, para una mayor conexión entre la realidad de la economía vasca, la realidad empresarial y los futuros trabajadores.

Además, el órgano consultivo considera necesario formar al profesorado en temas socio-económicos y empresariales; avanzar en una mayor adecuación de los conocimientos y competencias a las necesidades socio-económicas y empresariales; y buscar sinergias que sirvan de vínculo continuo entre las escuelas y el entorno productivo.

En ese sentido, el CES observa que las vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) tienden a descender entre los jóvenes, siendo estos perfiles cada vez más necesarios en el tejido empresarial.