El obispo de Donostia, Fernando Prado Ayuso, pide perdón a las víctimas de abusos sexuales, aunque reconoce que le “sorprende” la “imagen fija” que vincula a la Iglesia con la pederastia, cuando “el mayor número de casos” se produce en el ámbito familiar. Entiende que enfocar esta realidad solo en el ámbito eclesiástico es desviar la atención ante un problema social. “Siento vergüenza porque hemos tenido a menores a los que no hemos sabido cuidar, ¿pero qué pasa con la sociedad?”, se ha preguntado este martes durante un desayuno informativo en el que ha hecho balance de sus cien primeros días como obispo.

La Diócesis descarta por el momento celebrar una ceremonia pública como la llevada a cabo la semana pasada por la Iglesia de Bizkaia, la primera que se realiza en el Estado, en la que se escucharon testimonios durísimos de las víctimas. “Gracias al llamamiento que hizo el anterior obispo ante un caso muy notorio –señala Prado, en alusión velada al sacerdote Juan Kruz Mendizabal, Kakux– afloraron otras denuncias”. El obispo de Donostia entiende que la Iglesia ha avanzado en el reconocimiento de estos casos, a pesar de la “imagen fija” que se tiene de ella.

Tras realizar la consulta en los archivos, el prelado cifra en seis las denuncias por abusos sexuales de las que ha tenido conocimiento la Diócesis en los últimos cincuenta años, junto a otros dos casos que han conocido a través de la investigación del diario El País. “Pido perdón por todos ellas”, insiste el prelado, quien no oculta que pueda haber más casos. El propio obispo ha tenido ocasión de hablar con algunas de las víctimas. “El caso más grave se refiere a tocamientos, algo terrible, aunque no es lo mismo un tocamiento que una agresión con violencia”, argumenta.

Mirar "con lupa" un problema social

Entiende, en cualquier caso, que hay que mirar “con lupa” un problema social durante tantos años silenciado, y anima a las víctimas a denunciar. “Que vayan a Fiscalía, ante los jueces, o vengan a nosotros cuando se trate de abusos de la Iglesia”, sugiere, reconociendo que el 99% de las denuncias son creíbles. 

“Creo que aquí en Gipuzkoa si algo han hecho los antecesores ha sido pedir perdón por todo”, aseguró, para remarcar que están realizando “muchos esfuerzos” para abordar esta realidad. Así lo acredita, a su entender, la apertura de una oficina interdiocesana para lograr “una mayor coordinación” en este campo. Por todo ello Prado considera que poner un “foco tan grave” únicamente en la Iglesia es “profundamente injusto” y puede hacer que se esté “velando la verdad”, que a su juicio es la existencia de un “problema social muy grave”. 

Como botón de muestra señala que Gipuzkoa tiene previsto abrir tres centros de atención urgente a víctimas de agresiones sexuales. ¿Tan enfermos estamos como sociedad? Pues parece que sí, y la diócesis forma parte de ella”, lamenta. “Se están dando muchos pasos para que no se vuelva a repetir, pero persiste esa imagen fija Iglesia-pederastia. Nos lo tenemos que hacer mirar. Sin quitar nada de importancia a cada caso, ojalá otras instituciones hicieran el mismo esfuerzo”, señala el obispo donostiarra, que mantiene “todos los canales de la Diócesis abiertos” a nuevas denuncias.