Este pasado miércoles arrancó la 7ª edición de la iniciativa Emakumeak Zientzian, que busca visibilizar la actividad de las féminas en el sector, así como impulsar el interés de las niñas por las profesiones de diversos ámbitos científicos.

Desde el día 8, cuando tuvo lugar el acto de apertura en la Casa de Cultura del barrio donostiarra de Intxaurrondo, y hasta el próximo 17 de febrero se celebrarán 80 actividades en distintos puntos de la CAV y Navarra, teniendo lugar 56 de ellos en Gipuzkoa (55 en Donostia y una en Beasain). Un programa de lo más variado que incluye charlas, proyecciones, talleres y hasta visitas escolares a centros científicos de referencia.

Emakumeak Zientzian es un proyecto que sigue siendo necesario a día de hoy. Y es que, si bien la representación y las oportunidades para las mujeres en la ciencia han ido mejorando a lo largo de los años, todavía hacen falta más nombres femeninos en puestos de responsabilidad y hay ciertas carreras universitarias, en especial aquellas que se engloban en las siglas STEM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

Este periódico ha hablado con tres científicas que narran su experiencia personal y hacen balance de la situación del sector. La investigadora en Nanociencia del Centro de Física de Materiales, asociado al CSIC y a la UPV-EHU, Celia Rogero Blanco; la estudiante de doctorado en Nanociencia del CIC nanoGUNE, María Barra Burillo; y la investigadora en Neurociencia y Lingüística del BCBL, Marina Kalashnikova, coinciden en que las situaciones de desigualdad, a su juicio, se dan mayoritariamente de manera inconsciente y en que la financiación para la investigación, aunque sea mejorable, goza de una salud considerablemente mejor en la CAV respecto al resto del Estado.