La exploración forense se suele realizar el mismo día de la denuncia, entre otras razones, para detectar posibles vestigios biológicos. Nada de ello ha ocurrido en este caso. El niño de nueve años que comunicó a la Ertzaintza haber sido víctima de agresiones sexuales en un piso de Donostia por parte de un familiar ha tenido que esperar casi un mes. Es el tiempo transcurrido desde el 9 de enero, cuando se personó con su madre en comisaría, hasta que este lunes por fin se ha autorizado el examen del forense de guardia.

El protocolo marca un plazo de quince días que no se ha cumplido. ¿Por qué tanto tiempo? Esa misma pregunta se hace Beatriz Rodríguez Aparicio, la abogada del menor, quien traslada a este periódico su sorpresa por la demora con la que se ha actuado. “No lo sé. Lo pedí en la Ertzaintza y me comunicaron que la jueza había dicho que no. También lo pedí en el juzgado, y la madre lo solicitó su vez en Urgencias, donde la jueza dijo que no”, expone la letrada.

La denuncia policial detalla hechos que se habrían repetido en varias ocasiones a lo largo de los dos últimos años en los que el investigado aprovechaba, al parecer, los momentos en los que se quedaba al cuidado del menor en un piso de Donostia para agredirlo sexualmente mientras su madre acudía a trabajar.

La abogada denunció públicamente la semana pasada el largo compás de espera al que se estaba viendo sometido el menor para poder ser sometido a la revisión forense. El juzgado ha accedido finalmente a esta petición en una providencia notificada este lunes, en la que ordena que el reconocimiento médico forense del menor se realice “en los términos solicitados" por la letrada que representa al menor y a la madre de éste.

"La magistrada decía que no"

Rodríguez Aparicio, que actúa de oficio en este caso, advierte que ni mucho menos se puede dar por solucionado el problema debido al excesivo tiempo transcurrido “desde la última exposición del menor al investigado”, lo que dificulta la detección de posibles rastros biológicos. “Cada vez que hemos cursado la solicitud nos han dicho que la magistrada decía que no. A partir de ahí no hemos tenido más explicaciones porque no existía ninguna resolución al respecto. Simplemente, se omitía”, explica la abogada.

El último de los hechos denunciados, según la denuncia interpuesta por la familia, habría ocurrido durante la pasada Nochebuena, si bien el menor no le dijo nada a su madre hasta el 8 de enero, al parecer, porque el supuesto agresor le habría amenazado con romperle la videoconsola si revelaba lo sucedido.

"Cada vez que hemos cursado la solicitud nos han dicho que la magistrada decía que no"

Al día siguiente de contárselo a su madre, la víctima y su progenitora acudieron ante la Ertzaintza para denunciar las presuntas agresiones sexuales a las que el menor habría sido sometido por parte de un familiar. La jueza de instrucción decretó el pasado 10 de enero medidas cautelares. El hombre permanece en libertad provisional. El auto aclara -según ha informado la agencia efe- que "el último acceso" al niño por parte del presunto agresor "debió ser el 29 de diciembre" si bien, según contó el menor a su madre, en aquel momento él se habría apartado del investigado.

La instructora ordenó ese mismo 10 de enero tomar declaración tanto al acusado como a la víctima. También solicitó al equipo psicosocial de los juzgados "un informe de credibilidad y afectación psicológica" del menor, pero sin llegar a practicar una prueba de exploración forense como solicitó la abogada del menor.

Solicitud hecha "en plazo"

En la práctica habitual, ante este tipo de procedimientos, se suele llegar a acuerdos cuando se solicita al juzgado la práctica de diligencias de prueba. Algo que en este caso no ha ocurrido. “Es importante denunciar, es fundamental que se proteja a la víctima, y mucho más cuando se trata de un menor”, subraya la letrada del niño, quien insiste en que “solicitó en plazo” que el niño fuera visto por un forense para verificar un posible forzamiento, la existencia de vestigios biológicos así como posibles infecciones de transmisión sexual. “Lo hemos pedido desde el minuto cero, y posteriormente a través de escritos. La madre del menor también lo hizo en Urgencias”, insiste la abogada.

Al menos, en cuatro ocasiones han solicitado la práctica de esta prueba forense que no fue autorizada por el juzgado hasta el pasado lunes, y de la que no se había determinado hasta este lunes una fecha concreta para que el menor fuera explorado. “Es importante trasladar el mensaje sobre la importancia de denunciar para que las instituciones te protejan. Pero de la misma manera -añade la letrada- hay que dar un paso al frente cuando algo no funciona”. Una prueba que finalmente ha sido posible conforme a las peticiones de los reiterados escritos presentados por la abogada del menor.