La Asociaciación Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), al frente del barco 'Aita Mari', trabaja estos días para responder dentro del plazo de alegaciones al proceso administrativo abierto tras la notificación de un expediente de sanción por varias infracciones detectadas en una inspección del buque hace casi tres años. 

Es precisamente el tiempo transcurrido lo que más llama la atención de expertos como Javier Sáenz de Pipaon, que ha intervenido en numerosos procedimientos de naturaleza penal, y cuenta con amplia experiencia en el ámbito de los Derechos Humanos. “Desde luego que resulta un tanto extraño y parece bastante irregular que se notifique un expediente sancionador casi tres años después”, opina el letrado. 

Se trata de un proceso administrativo ordinario derivado de la inspección a la que fue sometida el barco en Palermo en 2020, tras el bloqueo al que fue sometido durante 49 días en el puerto siciliano tras recibir la autorización para desembarcar a las 44 personas que había rescatado.

Como resultado de la inspección, la ONG explica que se inmovilizó el barco en el marco de una campaña del gobierno italiano para detener los barcos de salvamento de la flota civil de rescate. Una operación “más política” que realmente concerniente a la seguridad. De ahí deriva este proceso sancionador. “Hasta el jueves pasado no habíamos tenido ningún conocimiento del expediente. Hubo una serie de deficiencias que fueron corregidas en Palermo. Otras se realizaron en Pasaia. Después de aquello el barco ha pasado varias inspecciones en Italia y en España, y no ha habido objeción alguna”, explica Mikel San Sebastián, coordinador de comunicación de la Asociación Salvamento Marítimo Humanitario (SMH).

De hecho, según recalca, “antes del bloqueo de Palermo hubo otras inspecciones y llegaron a felicitar al Aita Mari por las condiciones en las que se encontraba el barco. Claramente, es una decisión política para frenar toda actividad humanitaria”, denuncia San Sebastián.

A pesar de que la Guardia costera italiana realiza también numerosos rescates en su área de intervención, “sigue habiendo un vacío de aguas en la que es necesario intervenir. La pretensión es que no haya testigos, y que se haga el máximo de devoluciones posible. Se trata, en todo caso, de una situación que no tiene nada que ver con el despacho del barco, que es independiente y separado y cuya inspección se realizará este martes.