Reducir la contaminación es uno de los firmes propósitos de la UE para 2030 en todos los ámbitos de nuestra sociedad, incidiendo tanto en los sistemas de producción como en la modificación de hábitos y costumbres. Sin lugar a dudas, el sector de la construcción también debe afrontar este reto como un deber, un cambio necesario hacia un modelo más sostenible basado en la industrialización.

De esta manera, la construcción industrializada se presenta como una gran alternativa a la construcción tradicional que todos conocemos y está llamada a revolucionar el mundo de la edificación. No se trata de una tendencia actual, sino una propuesta firme hacia los nuevos estándares de futuro.

La construcción industrializada se presenta como una gran alternativa a la construcción tradicional que todos conocemos y está llamada a revolucionar el mundo de la edificación

En países como Holanda o Suecia está altamente implantada; de hecho, casi la totalidad de las obras suecas se realizan a través de este sistema. Sin embargo, este nuevo sector todavía está intentando abrirse paso en nuestro territorio y empezar a aproximarse a nuestros vecinos europeos. 

Diseño y producción automatizada

La construcción industrializada ofrece múltiples beneficios respecto a la construcción tradicional. En primer lugar, se basa en la automatización y optimización de procesos gracias al uso de la digitalización, de las nuevas tecnologías y de la mano de obra especializada. En este nuevo modelo, las piezas se construyen en una fábrica y se ensamblan en la obra, por lo que permite un abaratamiento de los costes y mayor rapidez a la hora de construir edificios, algo que favorece la sostenibilidad.

Cadena de montaje de módulos de viviendas industrializadas en fabricación para AEDAS Homes. AEDAS Homes

A largo plazo, igual que ocurrió con el sector de la automoción, la industrialización en el sector permitirá construir más viviendas, serán más eficientes y se reducirán tiempos y costes. Necesariamente, este proceso va a tener su impacto sobre las nuevas ciudades; en los centros urbanos cada vez está más limitado el uso del coche, por lo que las ciudades no se construirán en torno a las carreteras y vías, sino alrededor de edificios (ya sea porque se han construido de forma industrial o bien porque se han rehabilitado conforme los criterios de eficiencia y sostenibilidad).

Es decir, que el propósito principal de la construcción industrializada, la tecnología, la arquitectura ya no gira en torno al edificio sino a las personas que los habitan haciendo su día a día más cómodo, minimizando la huella de carbono, y reduciendo gastos inherentes a la vivienda. 

Asimismo, en la Guía de Construcción Industrializada Sostenible del País Vasco editada por Ihobe (Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco) se resaltan las propiedades de este tipo de producción. Por una parte, ofrece la reducción de más del 70% del tiempo necesario para la construcción. La posibilidad de ceñirse a periodos concretos en las obras, es el factor que ha sido determinante hasta el momento en muchos proyectos basados en el sistema industrializado.

Por otra parte, da cabida a la filosofía “cradle to cradle” con cierre total de ciclos de materiales en el proceso y que promueve la economía circular. Es decir, ofrece una reducción del 90 % en la generación de residuos respecto a la construcción tradicional, y la posibilidad de sistematizar y garantizar la reutilización de materiales y componentes. 

La construcción industrializada favorece la economía circular. Pexels

Igualmente, la construcción industrializada favorece la incorporación de la eficiencia energética con mejoras de más del 85 %, alarga la vida útil del edificio a través de diseño para uso flexible que minimiza la necesidad de rehabilitaciones. 

Este modelo de construcción favorece la eficiencia energética con mejoras de más del 85%

Las bondades no terminan aquí. El hecho de producir en una fábrica y sus exhaustivos controles de calidad durante todo el proceso, evita las incidencias en la fase de obra, algo que también repercute en que no haya desajustes del presupuesto entre el proyecto y la ejecución final. 

Otro apartado a tener en cuenta es el factor humano. Actualmente, los obreros y todo el personal que se dedica a la construcción lo hacen bajo las condiciones climáticas del lugar (ya sean bajo el sol radiante de verano o las lluvias intensas o frío del invierno), subiendo y bajando andamios, colocando ladrillos, utilizando herramientas… Según el informe del Ministerio de Trabajo y Economía Social del Gobierno de España, en 2021 tuvieron lugar 81.005 accidentes de trabajo en el sector de la construcción, de los cuales 125 fueron mortales. Sin embargo, la construcción industrializada favorece una práctica eliminación de los accidentes en la obra, ofreciendo más seguridad a los trabajadores y mejores condiciones ambientales.  

Edificios descarbonizados

La Comisión Europea publicó en 2020 su Estrategia ‘Renovation Wave‘ (ola de rehabilitación) para mejorar la eficiencia energética de los edificios. El objetivo era como mínimo duplicar la tasa de rehabilitación en los próximos diez años y asegurarse de que las rehabilitaciones conlleven a una mayor eficiencia energética y de recursos. 

Parece probable, pues, que en unos años se generen nuevas directivas y reglamentos desde Europa en el que se vayan limitando el coste ambiental que tienen los edificios, premiando a aquellos cuya huella ambiental sea reducida, del mismo modo que ocurre con muchos productos que se comercializan. 

Será en ese marco, donde los edificios industrializados serán favorecidos, impulsando su expansión y asentamiento. Es la mejor respuesta que puede ofrecer el sector a la emergencia climática y una oportunidad para transformar su tradicional carácter artesanal y costoso.