La reintroducción del salmón en los ríos de Gipuzkoa se enfrenta a una amenaza de proporciones que aún desconocemos: el cambio climático. Las sequías y condiciones climáticas padecidas a lo largo de 2022, unida probablemente a otros factores, han provocado una inquietante reducción del 75% en la población de esta especie en las cuencas del Oria y el Urumea con respecto a la media de los últimos diez años. Incluso un 27% menos que el ya triste y mal 2021, que ya registró una reducción importante de población de salmones.  

El trabajo repoblador sigue, pero las preocupación aumenta. La Diputación de Gipuzkoa cumplirá este 2023 la nada desdeñable cifra de 30 años desde la entrada en funcionamiento del plan para la reintroducción de esta especie en las cuencas del Urumea y el Oria.  

La Diputación de Gipuzkoa puso en marcha un plan de recuperación del salmón en nuestros ríos en la década de los 90. Por eso está prohibida la pesca de estos peces en nuestro territorio. Y las condiciones para que pueda pescarse algún día no solo no se han dado, sino que se complican. 

El salmón atlántico (Salmo salar) fue una especie relativamente común en la vertiente cantábrica hasta el siglo XIX, no solo en Euskadi. En ríos como el Deba y el Leitzaran esta especie se considera extinguida a partir del siglo XIX, mientras que en otros ríos como el Oria y el Urumea se mantuvo hasta la década de 1940.  

La contaminación del agua y las presas construidas a lo largo del cauce de los ríos en el proceso de industrialización del territorio tuvieron la culpa. La única cuenca donde se ha mantenido hasta la actualidad es la del Bidasoa.  

“Situación generalizada” 

El cambio climático no entiende de fronteras administrativas. La alerta enviada esta semana por el Gobierno de Navarra en el río Bidasoa, donde este año se ha prohibido la pesca por la escasez de estos peces aguas arriba, ya auguraba un problema común, no solo navarro. 

“La situación es generalizada”, reconocen fuentes del servicio de Fauna y Flora Silvestre de la Diputación de Gipuzkoa. Las repoblaciones siguen. En 2022 se soltaron en los ríos Oria y Urumea un total de 30.000 alevines, pero las entradas registradas en los puntos de control situados en ambos ríos, evidencian una situación anómala. A peor. Lejos quedan ya los boyantes años 2014 y 2015 en los que la población del salmón en los ríos guipuzcoanos tocó techo. 

En 2022 se soltaron en los ríos Urumea y Oria un total de 30.000 alevines

Los resultados han “sido buenos” hasta 2020, según confirmaba en abril de ese año la directora de Montes y Medio Natural de la Diputación, Arantxa Ariztimuño. El Plan de Reintroducción iniciado en 1993 en el Urumea y dos años más tarde en el Oria daba sus frutos. 

Dentro de ese plan, se han liberado en el Urumea y en el Oria los alevines obtenidos con la cría de salmones del Bidasoa. Se investigan las poblaciones de salmón alevín en el río y se estudia la introducción de salmones adultos en Elorrabi (Urumea) y Orbeldi (Oria).  

Asimismo, también se ha mejorado el hábitat de los ríos desde el Departamento de Obras Hidráulcas de la Diputación, demoliendo escalas, presas y otros obstáculos para los peces, y garantizando el caudal de agua; y se ha acondicionado y mejorado la piscifactoría de Irun. Por otra parte, en los últimos años se está introduciendo también el salmón en el río Oiartzun y se ha repoblado esta cuenca con los alevines del vivero de Irun. 

El plan de reintroducción del Salmo salar se inició en 1993 en el Urumea y en 1995 en el río Oria

Pero el conteo ha entrado en una espiral negativa. Las capturas e salmones (posteriormente se sueltan) en los puntos de control de Elorrabi y Orbeldi son las que arrojan información sobre la populación y el tamaño de la misma y sus características.

Y esos datos son claros: en el periodo que va desde 2012 a 2022 (diez años) han entrado en el punto de control del río Urumea una media de 160 salmones. Este pasado año solo 37.

El escenario en el Oria es aún más preocupante. En el punto de control de Orbeldi se ha registrado una entrada media anual de 48 salmones en la última década. En 2022 han sido solo 12: En total son 60 en ambos ríos. En el año 2021, también muy malo, se contabilizaron 64 entradas en el Urumea y 19 en el Oria. 83 en total.

El caso del Oria fue más complicado. La contaminación de sus aguas, o la baja calidad, ha sido una asignatura pendiente durante todo este proceso. De esta forma los salmones adultos que remontaban el río Oria y que Plan de Reintroducción del salmón atlántico en Gipuzkoa, eran controlados en la estación de captura de Orbeldi (Ursurbil) se trasladaban a la subcuenca del Leitzaran, donde se reproducían con éxito.

Del máximo al mínimo, en 7 años

Los salmones adultos remontan el río Oria todos los años de forma ininterrumpida, con un total de 956 salmones adultos controlados en la estación de Orbeldi desde el año 1997. El registro máximo histórico se registró con la entrada de 112 salmones en 2015, una mejoría que coincidió con la mejora de la calidad del agua constatada tras la puesta en marcha de la planta de tratamiento de aguas residuales de Aduna en el año 2012.

Por otra parte, las acciones de permeabilización llevadas a cabo en la subcuenca del Leitzaran en el ámbito del proyecto Life Irekibai (demolición de los azudes de Truchas Erreka, Inturia y Oioki) supusieron otro hito en el plan de reintroducción de la especie en la cuenca, ya que permitirán el libre acceso de salmones adultos a este río de forma natural.

En el Oria, los salmones remontan hasta Irura, 32 kilómetros arriba de la desembocadura

En el ámbito del Libe Irekibai, en el año 2016 se puso en marcha un estudio de la migración de salmones adultos a lo largo del corredor río Oria-Leitzaran mediante técnicas de telemetría y radioseguimiento.

Los resultados muestran que los salmones remontan hasta la localidad de Irura en el río Oria, a 32 km de la desembocadura, y que logran acceder al río Leitzaran, sin embargo, la permeabilidad del corredor Oria-Leitzaran se encuentra aún condicionada por la presencia de azudes y la funcionalidad de sus dispositivos de paso.

En lo que respecta a la cuenca del Oiartzun, en los últimos años y hasta 2021 se ha detectado también la presencia espontánea de salmón, tanto juvenil como adulto. La permeabilización del antiguo azud de La Fanderia mediante una rampa ha permitido que los salmones adultos remonten el eje del Oiartzun, de esta forma se han detectado alevines de salmón de reproducción natural desde la parte baja del río Oiartzun hasta la cabecera e incluso en las regatas Karrika y Sarobe.  

Presencia esporádica en el Urola

Cabe destacar finalmente la presencia y reproducción esporádica de salmón en el curso bajo del río Urola, río cuya accesibilidad es mínima, de tan sólo 3 km fluviales debido a la presencia de dos azudes infranqueables cuya permeabilización se considera prioritaria.

La mejora de la calidad de los ríos contribuye a su vez a la consolidación de especies como el sábalo y la lamprea marina en la cuenca del Bidasoa y del Oria o la burtaina en el Bidasoa. También a mamíferos como el desmán ibérico y el visón europeo, o especies vegetales como las alisedas cantábricas. 

Ríos sin barreras

Gipuzkoa es uno de los territorios con mayor ratio de obstáculos por kilómetro de ríos y la Diputación de Gipuzkoa está inmersa en un plan de permeabilización que prevé actuar sobre 228 de estos obstáculos. Se esperan recuperar de este modo 423 kilómetros de navegabilidad piscícola en nuestras cuencas hasta 2035 con el fin de que nuestros ríos sean navegables para sábalos, truchas y otros peces. Una de las actuaciones más destacadas en este plan fue el derribo de la presa de Inturia entre 2013 y 2016, tras casi tres años de obras. Este muro de 12,9 metros de hormigón impedía el paso de los peces río arriba desde su construcción en 1913.