El sector del ocio nocturno no quiere que cale el mensaje del miedo tras el asesinato en pleno centro de Donostia del joven Lukas Agirre. “Hay quien pregunta: ¿pero qué clase de personas andan por la calle de noche? Yo les digo que todo es mucho más normal de lo que pueda parecer estos días, pero con un caso que ocurra la alarma social es importante”, lamenta Rafael Díaz, de la Discoteca Friends de Donostia.

La gente puede salir tranquila de noche. Yo lo hago y no me encuentro con problemas. Son hechos puntuales, aunque habría que preguntarse por qué hay gente que lleva una navaja en el bolsillo”, señala. La secuencia habitual cuando dos personas tienen un encontronazo al calor de la noche, se sucede normalmente bajo otros parámetros. “Una cosa es que se enganchen, que se peguen y que cada uno se vaya a su casa a la espera de verse las caras en el juzgado. Pero no es lo mismo eso que sacarte una navaja y cortarte el cuello”, indican profesionales del sector consultados.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, ha explicado esta semana que se han adoptado "medidas de seguridad" para los policías ante el creciente uso ilegal de armas blancas, que "implica mayor peligrosidad para los propios agentes" en sus actuaciones. Goia juzga, en todo caso, de "incomprensible" que se asista "con cierta naturalidad" a comportamientos de este tipo cuando "son contrarios a la ley" y "tienen consecuencias".

Yaneris Peña, propietaria del Tropical Disco Donostia, reconoce que “hay muchas personas que ni siquiera respetan a los porteros de discoteca. Hay quienes no respetan nada, que solo salen a buscar problemas. Se ponen muy pesados, les dices que tienen que abandonar el local, y al final te ves obligada a llamar a la policía”.

Al responsable de la Discoteca Friends de Donostia le comentaron hace unos días que el trágico desenlace, “al menos”, no ha ocurrido al lado de su local. “Le respondí que estaba equivocado. La pena es que ha ocurrido, porque supone una pérdida irreparable para la familia, y un perjuicio para todo el ocio. La gente puede empezar a pensar que a ver qué está pasando en la noche”. E insiste: “Queremos creer que es algo puntual, y que va a seguir siendo puntual. Yo mismo soy padre, y les digo a mis hijas que tengan cuidado, y que si ven una bronca no se metan para nada”.

Respecto a la necesidad de redoblar las medidas de seguridad, el propietario de este local de ocio nocturno reconoce que las plantillas de trabajadores son "ajustadas", y resulta "imposible" establecer controles de armas blancas. "No hay forma de saber si una persona ha entrado con una navaja al local. Por lo que vemos, es algo que se da en la gente más joven. No sé si ahora parte de la juventud lleva ahora otro rollo en la cabeza. No lo sé, me pierdo, como todos”.