Once días después de que estallara la crisis en la OSI Donostialdea, comienzan a vislumbrarse espacios de entendimiento entre jefes de servicio del Hospital Donostia y la dirección de Osakidetza. Muestra de ello es la decisión de posponer al viernes las concentraciones diarias de protesta que viene protagonizando el personal médico frente al hospital desde que se conocieron los ceses del equipo directivo del centro sanitario.

Tras las palabras conciliadoras del lehendakari, Iñigo Urkullu, que ha reiterado su predisposición al diálogo para reconducir la crisis, los responsables sanitarios que han levantado la voz en Gipuzkoa se han dado un plazo de dos días, tras un compás de espera en la búsqueda de adhesiones de otros hospitales vascos que no se ha materializado. El "gesto de distensión" sirve para calmar los ánimos tras unos ceses “abruptos” que fueron interpretados por los jefes de servicio “como un varapalo” a la línea de trabajo que venía siguiendo el hospital.

Una crisis sin precedentes que, para no cerrarse en falso, necesita del concurso de la Atención Primaria, tan aquejada de sus propios males, y con cuyos responsables se ha reunido este martes la cúpula del Hospital Universitario Donostia. La nueva dirección les ha trasladado el desbloqueo de la tensa situación que se estaba viviendo estos días atrás. La gerencia les ha agradecido haberse mantenido al margen de la protesta, que paulatinamente parece reconducirse.

Una quincena de responsables de las unidades de medicina de familia de todo el territorio, en representación de los 31 centros de salud de la OSI Donostialdea, han podido conocer hoy al nuevo gerente, Agustín Aguirrre, la directora médica del centro santario, Ana Bustinduy, y el director de Integración, Carlos Barriuso, cuya dimisión -previa a esta crisis- se hará efectiva en enero.

Establecer una estrategia de resolución a medio y largo plazo pasa por dar voz a esta primera puerta de entrada del sistema sanitario, que acusa un desgaste desde hace años, con unas consultas sobrecargadas de pacientes en las que es complejo garantizar la calidad de la atención, algo que las personas usuarias vienen percibiendo desde hace tiempo.

Prioridades de responsables médicos

Los jefes de unidad de la Atención Primaria de la OSI Donostialdea -conocidos como JUAP- se reunieron el lunes con responsables de servicio del Hospital Donostia. Este martes han vuelto a hacerlo para analizar las demandas expresadas por los jefes de servicio del centro sanitario de referencia en Gipuzkoa. Ambas partes están obligadas a entenderse, aunque las urgencias y las prioridades de unos y otros no siempre son coincidentes. En el marco de estos encuentros, jefes de servicio del hospital han trasladado que uno los principales problemas que se plantea a partir de ahora es el encaje de Onkologikoa, en fase de integración a Osakidetza y en el foco mediático durante los últimos meses.

Los facultativos de Atención Primaria trasladan su entera disposición a trabajar en favor de los pacientes, pero en este cauce de diálogo abierto no pueden ocultar sus propias dolencias. Entre ellas, las dificultades que encuentran en su práctica diaria a la hora de solicitar consultas de atención especializada, con listas de espera hospitalarias e intervenciones quirúrgicas que en algunas ocasiones llega a dejarles cierta sensación de indefensión.

Los médicos del hospital ponen el acento en la falta de recursos humanos, especialmente en áreas de alta sofisticación. Un problema que en Atención Primaria tiene otra perspectiva: la falta de relevo generacional y personal de sustitución para cubrir bajas y periodos vacacionales. Un estrés que se combate a diario. Una situación compleja que multiplica el trabajo en un contexto de población muy mayor con mucha patología crónica, y sin recursos intermedios.

Como signo evidente de la necesidad de tender puentes y de estrechar lazos entre las distintas áreas sanitarias, un dato. El Consejo Clínico Asistencial de la OSI solo ha mantenido una reunión este año, muestra elocuente de la situación teniendo en cuenta que se trata del órgano consultivo de asesoramiento técnico y de participación de las y los profesionales asistenciales en la gestión de la organización. El consejo se reúne el viernes.

Gesto de "distensión"

“Tenemos que trabajar con las cuestiones que nos han trasladado en Atención Primaria para no constituirnos en voz de ellos, sino darles su propia voz”, ha indicado este martes Adolfo López de Munain, portavoz de los jefes de servicio del Hospital Donostia, que se han vuelto a concentrar este martes en señal de protesta por los ceses de las directivas de la OSI Donostialdea.

El viernes se retoman las concentraciones, después de dos días que se convierten en “un gesto de distensión” -según ha expresado el neurólogo- para que las partes interpreten bien los mensajes que estos días se trasladan. Dar cabida a contactos formales e informales para que todas las partes implicadas -señalan los médicos críticos- entiendan que no se trata de una reivindicación retributiva sino que es “una llamada de atención sobre problemas que no pueden esperar”.

El detonante han sido los ceses, pero el malestar en el hospital se venía gestando desde tiempo atrás. Los jefes médicos piden que se les escuche, por los límites técnicos que suscitan muchas de las cuestiones que están sobre la mesa. “Es importante escuchar a muchos de los profesionales que han dedicado décadas de su vida a la organización y han sido parte activa de la construcción de Osakidetza, merecen ser oídos. Eso va a redundar en la mejora del servicio”, señala López de Munain.

Los jefes de servicio del hospital también señalan el problema de los recursos humanos, cuya resolución es tan compleja como prioritaria. Entienden que el sistema público se debe regir por las leyes públicas, por el principio de mérito, capacidad y libre concurrencia. Pero inciden en que algo no se está haciendo bien cuando profesionales con trayectorias académicas y asistenciales llegan a los 45 años en situación de interinidad. Creen que es preciso revisar los procesos de selección, y establecer comparativas con otros procedimientos de selección de otros países públicos de la UE.

Evitar de esta manera, que profesionales muy cualificados se vean obligados a renovar sus contratos reiteradamente, lo que les impide vincularse con proyectos de largo alcance en la sanidad vasca y, lo que puede ser más preocupante, “marcharse a la mínima ocasión”. Todo ello en un momento crítico en el que hay que renovar al 30% de médicos de Osakidetza en los próximos cinco años.