El motín es ya todo un órdago a grande. El mensaje fue claro: las elecciones están a la vuelta de la esquina y “el Gobierno que soporta a esta consejera (de Salud)" tendrá que hacer balance y exponerse a que la ciudadanía le pase factura en las próximas elecciones municipales y forales de mayo si no se sienta a negociar y el problema no se zanja. No dialogar sería “suicida” para el Gobierno que “sostiene a la consejera”, han dicho; y aseguran que no van a parar. Además, alertan de que ya están en marcha iniciativas ciudadanas para tomar el relevo de este malestar. Iniciativas que ellos afirman no haber alentado, pero de las que tienen conocimiento.

Descartan la convocatoria de paros en la OSI Donostialdea, porque estos finalmente terminan “generando problemas a los pacientes”, pero añaden que “buscarán fórmulas” para mostrar su “malestar creciente”. “Las cosas no se están haciendo de forma correcta”, han insistido en una rueda de prensa ofrecida esta tarde del miércoles en el Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa, donde han estado presentes al menos una treintena de jefes de ser vicio y sección del Hospital Donostia.

La cúpula médica del Hospital Donostia se hace fuerte. El motín desatado el pasado lunes con la publicación de una carta firmada por 28 de los 48 jefes de servicio de la OSI Donostialdea sigue cogiendo cuerpo, según sus impulsores. A día de hoy, aseguran tener el apoyo de 42 de estos jefes de servicio y confían en que la próxima semana puedan mostrar apoyo a sus reivindicaciones otros jefes de sección (un escalón por debajo) y más profesionales que están organizándose.

Aceptan la nueva gerencia, pero piden "restituir al menos el honor" de la gerente y la directora médica cesadas

Quizás todos no suscriban la dura carta enviada el lunes a un medio de comunicación, pero sí comparten, ha dicho Adolfo López de Munain, portavoz de este colectivo y Jefe de Neurología, la preocupación por una serie de “problemas estructurales que afectan a la sanidad”.

También se han referido a los Jefes de Unidad de Atención Primaria, una quincena de responsables de ambulatorios que dependen de la OSI Donostialdea y que, según ha podido saber este periódico, han declinado tomar parte en la rueda de prensa de esta tarde del miércoles, a las que se les invitó el martes. La Atención Primaria se siente sin voz. Ninguneada también por parte de la dirección de la OSI. Tratados como “médicos de segunda” incluso, aseguran a este periódico fuentes de los médicos de familia.

López de Munain ha reconocido que “apenas había habido tiempo” para hablar con ellos, que se iniciaron los contactos el martes, pero ha insistido en que son “la piedra angular del sistema” y que viajan en el mismo barco, aunque también reconoce que suele haber tiranteces entre el hospital y la atención primaria.

Sin líneas rojas”

Sí hay un avance en esta crisis. Los portavoces de los jefes médicos críticos han dicho que están dispuestos a negociar “sin ninguna línea roja”. Es decir, la restitución de la exgerente y la exdirectora médica no es ya una condición sine qua non, tal y como han reconocido, pero sí estarán vigilantes y exigirán en esas negociaciones “una restitución al menos del honor” de Itziar Pérez e Idoia Gurrutxaga, respectivamente, a las que creen que se ha cesado “sin ningún motivo”. O al menos sin dar explicaciones convincentes. López de Munain ha calificado de insuficiente el argumento dado por Osakidetza sobre la “falta de confianza”.

“Lo único que hacen estos ceses es inflamar un territorio que está en riesgo de incendio”

Adolfo López de Munain - Jefe del Servicio de Neurología

También piden que se les dé una salida adecuada a los subdirectores que han dimitido en apoyo a ellas. Por su parte, la cúpula médica sublevada ha dado carta de legitimidad al nuevo gerente designado por Osakidetza este mismo lunes, Agustín Agirre, que hoy mismo, han asegurado los médicos críticos, ha tenido varias reuniones con algunos jefes de servicio. Aún así, creen que la gerencia no tiene las soluciones para los problemas que afectan a la OSI Donostialdea, inmersa en un “conflicto que va variando día a día” y por el momento no tiene visos de extinguirse.

La suya no es una reivindicación de jefes, “de casta”, sino de “profesionales” que “tienen familia” y están “preocupados” por la deriva de la organización sanitaria “más grande de Euskadi”, han dicho. “Corremos el riesgo de que si no tomamos medidas antes, se nos caiga el edificio”. Al menos quieren advertirlo.

Los Jefes de Unidad de Atención Primaria declinaron unirse a esta reivindicación como colectivo

Hablan de la derivación de servicios sanitarios de calidad a Bizkaia en los últimos años. “La lista es larga”, ha llegado a decir López de Munain, jefe de servicio de Neurología. Precisan que la OSI Donostialdea tiene una “infradotación del 20% o 25%” con respecto a otras zonas sanitarias. Y alertan de una pérdida de atractivo que hace que los jóvenes médicos prefieran irse fuera de Euskadi, donde en cinco años se jubilará una gran parte de profesionales. Un 30% en el Hospital Universitario de Donostia, el centro de referencia de Gipuzkoa.

“Muchos de nosotros somos conscientes de cómo se ha ido levantando este hospital a lo largo de 40 años y cómo todo se puede ir al traste por una decisión técnica mal enfocada”, como es la “voladura de toda la jerarquía del hospital”, ha dicho Munain.

El colectivo de jefes de servicio ha estado apoyado también por algunos jefes de sección, un escalón por debajo de los jefes de servicio. Es el caso de Miren Telleria, jefa de Cardiología; y Jon Zabaleta, Jefe de Cirugía Torácica, que asumieron la portavocía en euskera.

Explosión ante las "puertas cerradas"

Aseguran que hay muchas cosas en las que mayoritariamente podemos estar de acuerdo con la cúpula de Osakidetza, que “el covid nos ha sacado las costuras”, han admitido, pero ahora “tenemos una oportunidad” de alzar la voz y reivindicar sus demandas, han instado al resto de profesionales.

López de Munain ha asegurado que la “sanidad española está en llamas o en alto riesgo de incendio. Y lo único que hacen estos ceses es inflamar un territorio que está en riesgo de incendio”.

El colectivo de médicos críticos explica que han explotado ahora, acudiendo a los medios de comunicación, porque “se nos han ido cerrando puertas” y no han visto otra salida. Insisten en que el Hospital Donostia era “una pequeña residencia y a lo largo de estos 40 años ha sabido evolucionar y ha experimentado un crecimiento importante”, y que hay que defender el “caudal de conocimiento” con el que cuenta y las especialidades que lo han convertido en referencia en determinados ámbitos.

“Servicios sanitarios del país que estaban por detrás del nuestro hace no tanto tiempo, están tomando medidas y nos están pasando por la derecha y por la izquierda; y atraen al personal, que se nos está yendo. O nos ponemos las pilas, o tenemos un problema a muy corto plazo”, ha zanjado Munain.