Se prevé una campaña de Navidad complicada para el sector de la repostería y la panadería. La subida en el precio de materias primas básicas como la mantequilla, el azúcar y la harina y, sobre todo, el elevado coste de la energía, han llevado a los obradores a ser especialmente precavidos de cara a estas fiestas y no producir más de lo necesario. “De lo primero que te quitas siempre son de los vicios, así que hay miedo de que la gente este año no compre”, aseguran.

En unos pocos meses, las materias primas de los obradores han subido de media un 30%. La mantequilla, por ejemplo, el principal producto para el sector, ha pasado de costar 4 euros escasos el kilo a superar los 7 euros. “Nunca había visto una subida como esta. Primero fue la mantequilla, pero han venido todas detrás. El valor de la harina ha llegado a duplicarse”, cuenta Imanol Unanue, propietario del Obrador Imanol, situado en Andoain.

El último producto en tener un crecimiento similar ha sido el azúcar, que ha subido en hasta un 40%, poniendo en serio riesgo la producción de bollería a poco más de un mes de arrancar la Navidad. En el Obrador Imanol, por ejemplo, estos días se encuentran decidiendo cuánto género elaborar ante el temor de que la gente decida no consumir dulces este año. “El turrón, por ejemplo, se ha puesto a 60 euros el kilo. De lo primero que te quitas siempre son de los vicios, así que hay miedo de que la gente no compre estas Navidades y prefiera gastárselo en otras cosas”, afirma Unanue.

“Han subido las materias primas y ha subido todo. Notamos cómo se ha encarecido todo, pero principalmente la electricidad”

“Han subido las materias primas y ha subido todo. Notamos cómo se ha encarecido todo, pero principalmente la electricidad”, afirma Ricardo Postigo, gerente de Ogi Berri, para quien ahí está la respuesta a tal encarecimiento de los materiales. “La luz vale muchísimo más que antes y no tenemos forma de adaptarnos a la situación. Siempre hemos trabajado de noche, así que no hay mucho más que hacer”, cuenta resignado.

Con una subida energética tan alta, buscar las franjas horarias de menos coste, como las noches, es la única herramienta al alcance de los obradores para tratar de combatir la inflación. También la de producir más en ese tiempo y valerse de las cámaras frigoríficas, donde conservar los productos “más tiempo del que solían estar” confiando en que el coste de los materiales vaya bajando.

Dudas antes de Navidad

No obstante, estas acciones no son suficientes, más teniendo en cuenta que la electricidad y las materias primas no son los únicos elementos que se han disparado. “Cualquier cosa que puedas pensar, como el cartón y el plástico para el embalaje, ha subido. El transporte también, porque la gasolina lo ha hecho, así que son gastos por todos los lados”, explica Unanue, quien asegura que a la hora de repartir el género ha tenido que “pelear” con los clientes. “Nosotros hacemos las entregas y llevamos el producto a los sitios, pero en muchos ya nos han dicho que tanto no pueden asumir”, apunta.

Para poder hacer frente a la inflación, en Obrador Imanol han tenido que subir dos veces el precio de sus productos en lo que va de año, cuando lo normal es hacerlo únicamente una vez. En Ogi Berri también se han tenido que adaptar a la situación y han ajustado el importe al coste al no haber “otra solución posible” para seguir siendo rentables. “Hay obradores que tenemos que estar adelantando un dinero que no sabemos si vamos a recuperar”, revelan.

"De lo primero que te quitas siempre son de los vicios, así que hay miedo de que la gente no compre estas Navidades"

Con tal aumento en los precios, la campaña navideña de este año puede ser menos beneficiosa que nunca. “Va a ser una Navidad complicada. La gente si antes se tomaba un café con cruasán, ahora solo se tomará el café. Tenemos muchas dudas sobre lo que va a pasar”, explica Unanue, al tiempo de que duda de que el consumo regrese a partir de enero.

La previsión tampoco es nada halagüeña en Ogi Berri, donde esperan que la situación de cara al próximo año “se normalice” y los precios poco a poco vuelvan a su cauce. Hasta entonces, será tiempo de “sobrevivir” tratando de seguir haciendo una Navidad lo más dulce posible. “Esperemos que algo del espíritu navideño se mantenga”, confían.