Con el incremento en la factura de gas que han sufrido en los últimos meses, Oihana Rueda, vecina de Astigarraga que vive en un edificio con calefacción central, se planteó cambiar a un sistema individual. “Se lo he dicho a mi marido: me da igual gastarme 200 o 300 euros en una caldera, si luego mi factura va a ser menor”, afirma tajante, pero “no sé si podría hacerlo”, admite.

Javier Montero, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava (CAFGUIAL), indica que el proceso no es tan sencillo y advierte de de su elevado coste, que “prácticamente no te sale a cuenta”. y es que hay que eliminar la sala de calderas, instalar individuales en cada vivienda, llevar las tuberías, que hasta el momento iban al espacio con la caldera comunitaria a cada domicilio, pasando por las zonas comunes y “conectar a las tuberías de distribución que hay dentro de la vivienda”.

Una de las comunidades que gestiona Montero se planteó este cambio, pero lo acabó desestimando “porque la inversión era prácticamente tener que tirar la casa”, habida cuenta que requería trabajos de fontanería, albañilería, pintura e incluso carpintería.

No es necesario que toda la comunidad acuerde pasarse a calefacción individual; lo puede hacer un solo vecino o vecina motu proprio, pero ha de tener en cuenta que seguirá “pagando el servicio de la caldera comunitaria”, puntualiza el presidente de CAFGUIAL. “Solo pagarás disponibilidad, porque no vas a tener consumo, pero seguirás pagando una parte a la sala de calderas comunitaria”, advierte.