No era el día. El Camino de Santiago se le atragantó definitivamente a Laura. La joven británica de 27 años cubría este miércoles junto a una amiga el sendero que enlaza Sagüés con Pasaia, con tan mala suerte que sufrió una caída que ya desde un principio nada bueno auguraba. La excursionista se quejaba amargamente de su pierna derecha, que la dejó clavada en el lugar. Lo que no sabía Laura en ese momento era el amplio dispositivo policial que iba a ser necesario para dar con ella.

El accidente tuvo lugar poco antes de las 15.30 horas de ayer, miércoles, durante uno de esos días festivos que casi convierten en una romería el atractivo sendero de Ulia. De hecho, no parece aventurado señalar que este paraje figure entre los reclamos de las agencias de viajes, a juzgar por la cantidad excursionistas extranjeros que se dieron cita entre Gros y el Faro de la Plata.

Ese mismo recorrido cubría Laura con su amiga. Según ha podido saber este periódico, el accidente tuvo lugar a dos kilómetros de Sagüés, en un sendero a media ladera en el que apenas hay cobertura para telefonía móvil. De ahí que cualquier percance puede complicarse a la hora de dar la voz de alerta.

Existen hoy en día aplicaciones móviles para agilizar al máximo la asistencia en estos casos de emergencia, de tal modo que se pueda pedir ayuda sin necesidad de hablar. Basta con pulsar un par de iconos para que se active la llamada y el centro de operaciones del 112-SOS Deiak reciba al instante la localización por GPS del usuario. Nada de ello ocurrió en esta ocasión.

El primer diagnóstico del turista médico

Laura tuvo la suerte de que otro turista, médico de profesión, se encontrara por la zona, siendo el primero en socorrerle tras la aparatosa caída. El facultativo trataba de indicar por teléfono el lugar exacto del siniestro, pero la comunicación se cortaba, y él tampoco acertaba a dar las coordenadas del lugar.

Para entonces varias patrullas de la Ertzaintza ya habían sido alertadas de lo ocurrido. Comenzaron a cubrir a pie el sendero, tanto desde el merendero de Mendiola como desde el barrio de Gros.

Agentes de la Ertzaintza durante el operativo para localizar a la peregrina británica accidentada en Ulia. N.G.

“Se trata de su pie derecho, no puede caminar. Probablemente sea una fractura de tibia y peroné”, logró comunicar el médico en esos primeros instantes, tras realizar una primera evaluación del estado de la turista británica.

Tras caminar alrededor de una hora, una de las patrullas localizó el sinuoso camino en el que Laura quedó inmovilizada. De inmediato estos agentes de la Ertzaintza comunicaron a la comisaría de Donostia su posición GPS. Fueron varias patrullas las que poco después se personaron en el lugar.

La joven había quedado tendida en zona arbolada, por lo que fue necesario trasladarla a un paraje más despejado en el que pudiera intervenir el helicóptero de rescate. Bomberos de Donostia que aguardaban en el monte Ulia también se trasladaron al lugar con una camilla de extracción, especialmente diseñada para este tipo de casos, mediante el uso de arneses.

Los agentes de la Ertzaintza tuvieron que trasladar a la joven con sumo cuidado. Incluso trataron de calmarla contándole algún que otro chiste que ella respondía con media sonrisa. Pero el pie de la británica no estaba para muchas bromas. A la peregrina se le caían lagrimones de dolor cada vez que hacía un mal gesto.

Agentes de la Ertzaintza durante el rescate de una peregrina británica en Ulia.

Para esos momentos, cuatro ertzainas ya sobrevolaban la zona: el piloto, el copiloto, el operador de grúa y el rescatista, que fue quien descendió desde el helicóptero hasta establecer contacto directo con la accidentada. Mientras aseguraba bien la camilla, la aeronave tuvo que desplazarse de la línea debido al fuerte viento. Poco después, la joven fue evacuada hasta el aparcamiento del monte Ulía, desde donde una ambulancia le trasladó al Hospital Donostia.