Lo de entrar en una tienda o en una cafetería para escapar del calor de la calle se ha terminado. Desde este miércoles, las medidas del decreto del nuevo plan de ahorro energético estarán en marcha y los comercios, la hostelería, los espacios culturales y las estaciones están obligadas a fijar el aire acondicionado nunca por debajo de 27 grados. Además, desde las 00.00 horas los escaparates y el alumbrado de los edificios públicos deben estar apagados cuando no haya nadie en su interior. Aunque el Gobierno Vasco ya ha avisado que hará cumplir las medidas con flexibilidad, el decreto no convence a todo el mundo y en Euskadi, que no cuenta con episodios de calor tan pronunciados como en otros puntos del Estado, parece que los más perjudicados serán los establecimientos hosteleros.

“A 27 grados, los que peor lo van a pasar son los restaurantes grandes”, señalan desde la Pastelería Otaegui de Donostia. La hostelería parece estar una vez más en el punto de mira y es la que más disconforme se muestra ante el plan del Gobierno español. “Se va a notar mucho. En el fondo de la sala no va a entrar el aire”, apunta un camarero de un restaurante donostiarra, quien asegura que si los clientes iban a notar los grados, los trabajadores eran los que peor lo iban a pasar. “Va a hacer mucho calor”, pronostica.

Desde este miércoles, el aire acondicionado no puede ser inferior a los 27 grados y la humedad debe mantenerse entre el 30 y el 70%. En invierno esta medida se adaptará a una calefacción no superior a los 19 grados. Aunque las cocinas de los restaurantes, así como aquellos centros que no puedan cumplir los límites de temperatura por condiciones laborales, están exentos de la medida, muchos hosteleros de Gipuzkoa creen que las medidas podrían reducir la clientela. “La gente quiere estar cómoda y no tener más calor dentro que fuera”, comentan desde un conocido bar donostiarra que prefería mantenerse en el anonimato.

El ajuste del aire acondicionado no solo afecta a la hostelería, también a los edificios de uso administrativo, a los comercios –desde tiendas y supermercados a centros comerciales–, a los espacios culturales –cines, auditorios, salas de congresos...– y a aquellos relacionados con el transporte de personas como estaciones y aeropuertos. “No creo que en Euskadi nos afecte tanto porque no hace tanto calor. Hay muchos negocios sin aire acondicionado”, aseguran desde la tienda de ropa Ponpoxita, uno de los numerosos locales del territorio sin un aparato de este tipo.

Un negocio controla la temperatura del aire acondicionado del local. Ruben Plaza

“No pasamos tanto calor. Dejando las puertas abiertas se genera corriente y se está bien”, apuntan, por su parte, desde una franquicia de ropa situada en el centro comercial Niessen de Errenteria, donde confiesan desconocer si aumentarían o no los 25 grados habituales en el local. 

A la medida de controlar el termostato se le sumará, a partir del 30 de septiembre, la obligación de que los edificios cuenten con un sistema automático de cierre de puertas y evitar, así, que estén abiertas de par en par, haciendo salir el aire acondicionado al exterior. Un simple vistazo por cualquier municipio del territorio pone en evidencia que muy pocos establecimientos cuentan con unas puertas de este tipo. “Además, unas puertas cerradas es como decir al cliente que no hay nadie dentro”, afirman varios comerciantes preguntados por este periódico.

Los centros de formación, los hospitales y ambulatorios, las peluquerías y lavanderías, los gimnasios, los medios de transporte y las habitaciones de los hoteles quedan excluidos de las medidas, pero no así los obradores y las panaderías. “La mayoría de los que no tienen parte de cafetería no tiene aire porque el pan sufre con los ventiladores. El calor va a ser el mismo y el que va a notarlo soy yo”, apunta el panadero de uno de los locales que Ogiberri tiene en Errenteria.

Otras panaderías del territorio preguntadas dieron respuestas similares, como la pastelería Otaegui, donde aseguran que las medidas no han cambiado nada. “Tenemos las cámaras para conservar los pasteles y listo. No usamos nada más”, afirman.

Reunión con comerciantes

Con el objetivo de tranquilizar a los principales sectores afectados por las medidas, el consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco, Javier Hurtado, ha anunciado que se reunirá antes del día 25 con representantes de comercios, hostelería y turismo para la implantación del plan de contingencia energética en Euskadi.

Este anuncio se enmarca dentro de las declaraciones del Gobierno Vasco de los últimos días en las que aseguraba que, aunque cumplirá el decreto, lo hará con flexibilidad, ya que muchos negocios no están actualmente preparados para ponerlas en marcha.

“No creo que vayan a multar a nadie. Lo veo muy difícil”, predicen desde la tienda Ponpoxita de Donostia. De igual manera se pronuncian desde un local de una conocida marca deportiva, asegurando desconocer si apagarían o no el escaparate.

Aunque el decreto no recoge directamente las sanciones, señala que se aplicarán las establecidas en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). Es decir, hasta 60.000 euros para las infracciones leves, un máximo de seis millones para las graves y de cien millones para las muy graves. No obstante, las responsables de aplicarlas son las comunidades autónomas, por lo que no parece probable que, por el momento, en Euskadi, se vayan a perseguir.