Miles de personas asistieron ayer por la tarde, en la Plaza de la Virgen Blanca de Vitoria a la Bajada del Celedón, el tradicional acto de inicio de las fiestas que no se celebraba desde 2019 debido a las medidas preventivas establecidas frente a la pandemia del covid-19.
La ceremonia comenzó a las seis de la tarde con el lanzamiento del txupinazo, que este año corrió a cargo de cinco mujeres: las deportistas Elena Loyo y Ruth Brito, la hostelera María José Sáez de Cortazar, la comerciante Jaione Prado, y la investigadora Arantza Navarro.
Al igual que en las últimas ediciones de la ceremonia de inicio de las fiestas de Vitoria, se prohibió la introducción de envases de vidrio en la Plaza de la Virgen Blanca, con el objetivo de evitar los cortes y heridas.
Como cada año, el muñeco del Celedón descendió desde la torre de San Miguel, ataviado con el traje de aldeano y con el tradicional paraguas.
Una vez que el muñeco alcanzó el otro extremo de la Plaza de la Virgen Blanca, Gorka Ortiz de Urbina, que encarna a este personaje desde 2001, inició el recorrido desde la plaza hasta la balconada de San Miguel, entre vítores y empujones de las miles de personas congregadas en la zona.
Cuando llegó a la balconada de San Miguel con la txapela en la mano, Ortiz de Urbina puso el pañuelo de fiestas al alcalde, Gorka Urtaran.
“Os echaba de menos”
En una breve intervención con la que se dirigió a las personas presentes en la plaza, Ortiz de Urbina se refirió a los tres años transcurridos desde el último txupinazo. “Os echaba de menos”, afirmó, tras lo que dedicó un recuerdo a “los que no pueden estar aquí con nosotros”. Asimismo, y en un momento de especial preocupación por los pinchazos y las prácticas de sumisión química contra las mujeres, lanzó un mensaje contra la violencia machista. De esa forma, hizo un llamamiento a que estas sean “unas fiestas seguras” para las mujeres, y recordó el lema de “no es no”.
Por su parte, el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran, afirmó que los vitorianos “se merecían” disfrutar de sus fiestas después de tres años, y se mostró “emocionadísimo”. Además, en la misma línea que Ortiz de Urbina, invitó a “disfrutar de las fiestas a tope, pero siempre desde el respeto” a las mujeres, al colectivo LGTBI y a todas las personas, con independencia de su ideología o creencias religiosas.