Donostia – Que los electrodomésticos cada vez duran menos años lo saben en casi todos los hogares. También que su puesta en funcionamiento es más costosa debido al disparatado precio de la energía. Ahora, la UPV/EHU ha analizado la vida útil óptima de lavadoras, microondas y lavavajillas para saber cómo se puede reducir su impacto ambiental. El estudio de la UPV/EHU demuestra que resulta más eficiente invertir en energías renovables que en planes renove como los que impulsan los gobiernos, ya que la fabricación también conlleva gasto de energía; no parece el mejor camino.

“Estamos en una sociedad del consumo e intentamos reducir consumiendo, eso es un oxímoron, carpintería metálica; no se puede reducir consumiendo y los planes renove son un ejemplo más”, afirma el profesor Ortzi Akizu-Gardoki. “Resulta que quiero reducir el consumo de energía y me compro una lavadora nueva, ya desde el punto de partida es irónico”, añade.

Entonces, ¿hasta qué punto tienen sentido los planes renove para sustituir los electrodomésticos por equipos nuevos más eficientes?, se preguntan Carlos Alejandre, alumno del máster de Gestión de Proyectos, y los profesores Ortzi Akizu-Gardoki y Erlantz Lizundia. La conclusión es que el uso de energías renovables en electrodomésticos retrasaría la necesidad de cambiarlos por razones ambientales hasta los 30 años en uso.

Medir el consumo

De partida, a los investigadores les parecía irónica la contradicción de consumir más para reducir. Su inquietud fue entonces medir el consumo mediante una metodología denominada análisis de ciclo de vida, que permite medir cuánta energía se necesita para fabricar un electrodoméstico y cuánta para su uso. “Si adquirimos una lavadora porque es mucho más eficiente desde el punto de vista del consumo energético, necesitamos fabricar otra nueva y ahí ya estamos invirtiendo más energía en la producción y en el transporte; nos interesa porque hace viable el sistema económico que tenemos, pero desde un punto de vista ambiental, no tiene sentido”, argumenta.

“Medioambientalmente tendría sentido en el caso de que se estropee y la lavadora deje de funcionar; en ese caso, obviamente es mejor comprar una de clase A; claro que tiene sentido fabricar lavadoras de muy bajo consumo, pero no utilizarlo como excusa y usar los planes renove argumentando que vamos a tener electrodomésticos de menor consumo y los viejos los vamos a reciclar. Pueden existir planes renove, pero necesitamos un análisis más profundo”.

¿Qué pasaría si alimentásemos la lavadora vieja con energías renovables? Los investigadores de la UPV/EHU también han estudiado este escenario y concluyen que se reducen muchísimo las emisiones.

“Existen compañías eléctricas que proporcionan energías renovables al cien por cien; la idea sería que los gobiernos activasen ayudas económicas para los consumidores, no para sustituir una lavadora por otra sino para cambiar de compañía eléctrica y contratar a otra que abastezca de energías renovables, incluso hacer un esfuerzo económico para instalar sistemas de energías renovables en edificios y comunidades de vecinos; avanzar hacia una producción más limpia en lugar de hacia un cambio en la flota de electrodomésticos”, propone. l