“A dos euros ya es imposible que un camión se mueva”. A estos precios, asegura Alberto Núñez, portavoz del sindicato de transportistas autónomos Hiru, trabajar con un camión “no es viable”. En Euskadi no está sobre la mesa actualmente un paro del transporte, una huelga como la que puso en jaque al transporte de mercancías en marzo.

Pero la situación es dificilísima, “con unos precios del gasoil absolutamente disparados” que, eso sí, invitan a muchos profesionales a hacer una “parada técnica” en breve y adelantar sus vacaciones, aunque haya demanda. “Mucha gente te va a parar”, adelanta Núñez.

En esta ocasión, la Plataforma Nacional para la Defensa del Transporte, la organización que convocó el paro de marzo, no cuenta, a priori, con el respaldo de otras organizaciones de transportistas como Hiru y Tradisna en Euskal Herria, ni tampoco con otras a nivel estatal, que fueron las que dieron peso a la movilización de los camiones.

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Núñez reconoce que aunque la Plataforma Nacional para la Defensa del Transporte va a llevar otra propuesta de paro a las asambleas provinciales que realizará este fin de semana, actualmente esta no cuenta con el apoyo de otras organizaciones sectoriales. Se podría convocar un paro a nivel estatal a partir del 30 de junio, pero Hiru no está en esa clave a día de hoy. Desde esta central, califican de “rumores” sin base el que el transporte vaya a parar el 27 de junio. “Es un bulo total”.

La situación, con todo, es desesperante para muchos transportistas. Un síntoma evidente de ello es que “se han multiplicado por dos y tres las solicitudes” para prejubilarse de forma anticipada.

Núñez afirma que los transportistas trabajan a día de hoy “adelantando costes”, y que a pesar de las medidas que se lograron con el paro de marzo, “faltan mecanismos” que garanticen su aplicación. Y es por eso, añade, que hay compañeros que no han podido repercutir esos costes añadidos, bien “por miedo a que le quiten un cliente” o por “presiones”, en algunos casos.

“Si el sistema funcionase de un modo ideal y pudiéramos repercutir el precio directamente, estaríamos en una inflación muy superior a la actual y el consumo caería totalmente”, asegura Núñez. Según el portavoz de Hiru, los transportistas “estamos en la puerta de la cadena, con que no podemos comprar el gasoil al precio que sea”.

Explica que actualmente el gasoil “sobrepasa el 50% de los costes de explotación” de los transportistas y que con este escenario, las “ayudas directas fruto de los acuerdos del paro, como fue la reducción de los 20 céntimos por litro, ha servido de muy poco para frenar el precio de los combustibles”.

“Las petroleras están marcando los precios y no están dando ninguna justificación, más allá de hablar de los costes de refino, la divisa y el dólar”, lamenta, pero lo cierto es que el barril de crudo está a precios que ya ha estado en otras veces, y el combustible, sin embargo, vale mucho más.

“Son cuatro los que manejan el carburante hasta que llega a la gasolinera y son ellos los que están marcando los precios. Los 20 céntimos de descuento han sido 20 céntimos de subvención a esta gente, porque se lo han embolsado”, critica.