El Ministerio de Sanidad ha dado la voz de alarma sobre varios casos sospechosos de sufrir la viruela del mono, una enfermedad rara que, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS), se transmite a las personas por diversos animales salvajes, como roedores y primates, pero tiene una propagación limitada de persona a persona.

La llamada viruela símica se da principalmente en las zonas remotas de África central y occidental, cerca de las selvas tropicales, y tiene una tasa de letalidad entre el 1 y el 10%. Aunque no existe tratamiento ni vacuna para esta patología, la OMS asegura que "la vacunación antivariólica previa ha resultado muy eficaz para prevenirla".

Transmisión

Este tipo de viruela se detectó por primera vez en seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo en un niño de nueve años, en una región en la que la viruela se había erradicado en 1968.

El contacto estrecho con otros pacientes constituye el factor de riesgo más importante de infección. "En los casos iniciales, la infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados. En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados", explica la OMS.

"La transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión. La transmisión se produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente, lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección. La infección se transmite asimismo por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita). Hasta la fecha no se ha podido demostrar que la transmisión de persona a persona por sí sola pueda sostener la infección por el virus de la viruela símica en los seres humanos", añade la agencia sanitaria.

Síntomas

El periodo de incubación de la viruela símica suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días. La OMS apunta que la infección, que provoca intensas molestias, puede dividirse en dos periodos: el periodo de invasión (entre los días 0 y 5), caracterizado por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía); y el periodo de erupción cutánea o exantema (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre), cuando aparecen las distintas fases del exantema, que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos).

Los síntoma duran de 14 a 21 días. "Los casos graves se producen con mayor frecuencia entre los niños y su evolución depende del grado de exposición al virus, el estado de salud del paciente y la gravedad de las complicaciones", precisa la OMS.

Tratamiento y vacuna

De momento no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la enfermedad. Sin embargo, la OMS advierte de que "la vacuna ya no está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial de la viruela. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve". Por lo general, remite en la mayoría de los casos tras dos o tres semanas.

Las medidas de vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos.