“Esperanza e incertidumbre”. Con esas dos palabras se define el sentir de las personas que integran Chernobil Ekartea desde que saben que “los rusos han dejado las aldeas donde viven nuestros niños y niñas”.

Esta retirada ha hecho posible que se haya podido restablecer el contacto con algunas aldeas, aunque todavía sean pocas.

“La situación ha cambiado porque los rusos se han ido y ahora están mucho más libres, sin ataques ni disparos”, explica a NOTICIAS DE GIPUZKOA Marian Izagirre, presidenta de Chernobil Elkartea. “La guerra no se ha terminado y nos preocupa esa sensación de cierta paz que tienen. Pero a su vez nos alegra que puedan salir a la calle sin que les pase nada, sin que les disparen”, añade.

La realidad con la que se han encontrado en muchos casos es terrible, los hogares que abandonaron para ir a zonas más seguras “a veces ya no existen o han sido destrozados”.

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“La mayoría de nuestros niños han perdido la casa, algunos entera y otros el contenido porque les han robado todo, les han roto la tele, les han cortado la ropa... “, explica Izagirre.

La comunicación se va recuperando “poco a poco y con algunos”. “La conexión con antena no se ha restablecido pero en aquellos sitios en los que antes funcionaban pero no se podían acercar porque estaban los rusos o existían inhibidores, ahora lo pueden hacer”, apunta.

Pero moverse no es sencillo porque “están en toque de queda”. “En teoría no podrían desplazarse por ningún sitio pero les han dicho que por carretera un poco pueden andar, y así lo hacen para acercarse a puntos con cobertura desde donde llamar”.

De momento, calcula Izagirre, se ha establecido contacto con “alrededor de 15 niños de los 200 que vienen. Los que han escrito son solo de dos o tres pueblos”, aunque Chernobil Elkartea confía en que los próximos días esta cifra aumente.

Hasta el día 5 de abril a las 7.00 horas el toque de queda seguirá en vigor. “Ahora, lo que no sabemos es si para entonces se habrán restablecido las comunicaciones y abierto algunas carreteras o si hasta ese momento no se hará nada para quitar las minas y realizar otras actuaciones”, abunda Izagirre. En el segundo supuesto, habría que esperar hasta esa fecha para poder recuperar las comunicaciones.

Pero una vez se logre esto y “tengan vía libre para andar” la incertidumbre no se habrá despejado porque “hay muchos caminos cortados y no nos podemos plantear hacer llegar un autobús”.

De momento, lo primero es restablecer las comunicaciones “para saber cómo están, aunque es verdad que nos sentimos algo más tranquilos”, señala Izagirre.

Será tras hablar con las familias será cuando Chernobil Elkartea pueda saber “cuáles pueden o quieren salir”. saber “cuáles pueden o quieren salir”.“De momento no se puede avanzar nada. Hay muchas cosas que cuadrar para saber qué posibilidades hay con lo que tenemos y lo que se puede”, subraya la presidenta de la asociación.

Hemos visto que hay muchas infraestructuras destruidas pero hasta la fecha no hemos podido saber cómo ha quedado todo, ni tan siquiera cómo están sus familiares”, concluye Izagirre.