- El Gobierno Vasco y la Comunidad de Iparralde escenificaron ayer en Irun la existencia de una hoja de ruta conjunta en materia de migración, personas refugiadas y crisis humanitarias provocadas por la guerra o la pobreza. En una ofrenda floral en el puente de Santiago, quisieron homenajear y recordar a quienes huyen de Ucrania por la invasión rusa y a los migrantes ahogados en el Bidasoa en los últimos meses en un intento desesperado de cruzar al otro lado de la muga. También a los conocidos como niños de la guerra y que se exiliaron a muy corta edad en 1936, por la Guerra Civil que fue antesala de las casi cuatro décadas de dictadura franquista en el Estado.

En una comparecencia previa ante los medios, representantes institucionales y responsables de diversas asociaciones, el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Comunidad de Iparralde, Jean-René Etchegaray, reafirmaron el "compromiso humanitario" que ya manifestaron el pasado noviembre, ante la crisis migratoria que se vive en la muga, y que se ha visto agudizada por la guerra en Ucrania.

El acto coincidió con el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, marcado en la agenda el 11 de marzo desde los atentados de Madrid del año 2004. Así, Urkullu quiso aprovechar la ocasión para mostrar "nuestro recuerdo, reconocimiento y solidaridad con las víctimas del terrorismo, en Euskadi y en toda Europa".

Asimismo, afirmó tener "muy presente" lo que calificó como "invasión unilateral" de Ucrania por parte de Rusia, donde el ejército a órdenes de Putin "ataca a personas inocentes" y "provoca la huida de miles de personas" que buscan "auxilio, refugio y acogida". Lo dijo en presencia de dos mujeres ucranianas residentes en la CAV.

Urkullu también apeló al pasado migrante del pueblo euskaldun por conflictos bélicos. "Sabemos lo que representa una guerra, que de repente altera el presente y el futuro" afirmo, al tiempo que recordaba que el puente de Santiago fue "testigo de huidas y exilios forzados.", muchos de ellos de niños y niñas que escaparon de la Guerra Civil. Es el caso de Jose Luis Etxebarria Santamarina y Begoña Legarreta-Etxebarria, que asistieron al acto.

Además, el lehendakari recordó "con dolor" que en el cercano río Bidasoa "pierden la vida personas que intentan alcanzar su oportunidad de vida", en referencia a los tres migrantes africanos que murieron el año pasado ahogados cuando trataban de cruzar a nado de Gipuzkoa a Lapurdi. En representación a este diverso colectivo de múltiples nacionalidades que huyen, a veces de guerras, a veces del hambre y la pobreza y muchas veces de todo a la vez, se hallaban allí dos hombres de dicho continente, acogidos en el centro de Oñati gestionado por Zehar-Errefuxiatuekin, que Urkullu dijo que solicitaban "protección internacional".

En este contexto de drama humanitario de múltiples caras, el lehendakari ahondó en la necesidad de "una Euskadi diversa, justa y solidaria" que se convierta en "una tierra de oportunidades y esperanza". Y volvió a insistir en el cambio de tornas. "Nos acogieron cuando nos tocó salir; ahora, para Euskadi es el momento de recibir, arropar, ayudar e integrar a quienes huyen del horror, la desigualdad y la injusticia", señaló Urkullu.

Un llamamiento a la solidaridad con los migrantes en tránsito que hicieron de forma conjunta Urkullu y Etchegaray. Este último, por su parte, abogó por el "no" despojar a estas personas de los derechos "relacionados con la dignidad humana y el respeto a la ley", al tiempo que recordaba que en julio de 2018, el estado francés estableció la fraternidad "como un derecho constitucional".

Etchegaray incidió en la memoria como elemento necesario para evitar "revivir situaciones trágicas" como las que se conmemoraron ayer. "La humanidad no debe por cobarde pasividad, olvidarse de sí misma. Olvidarnos de los valores morales nos llevaría al debilitamiento de nuestra convivencia", añadió.

Tras la comparecencia, en ese "simbólico" puente de Santiago al que ambos dirigentes hicieron referencia en sus discursos, se realizó un ofrenda floral en recuerdo y reconocimiento a los tres colectivos de personas refugiadas nombradas. Con la música de una banda de txistularis de fondo, tanto las autoridades como las seis personas que han estado presentes en el encuentro previo han homenajeado a las personas refugiadas procedentes de Ucrania y diversos países de África del presente, así como a los niños y niñas de la guerra que huyeron de la CAV en el pasado.

Tras ello, Urkullu, Etchegaray y el resto de la comitiva institucional tuvieron la oportunidad de conocer el nuevo recurso de acogida para migrantes en tránsito de Irun. Este espacio, llamado Pabellón 55, está a pocos metros de Hilanderas que, con sus 100 plazas, seguirá siendo el centro de referencia para estos casos.

El nuevo espacio, gestionado también por Cruz Roja, está provisto de 150 plazas y compuesto por espacios como dos dormitorios, comedor, baños y duchas. Pretende ser un complemento o refuerzo, para cuando Hilanderas tenga una ocupación completa o se dé alguna situación de emergencia que requiera dar una respuesta con celeridad.

En la situación actual, se prevé que personas provenientes de Ucrania pasen por el Pabellón 55 "en una primera instancia", al llegar a la CAV, antes de ser "derivadas a otros centros de acogida".

"No miremos al diferente con miedo; construyamos una Euskadi acogedora y con memoria"

Lehendakari