- “Existe una necesidad imperiosa que no se está cubriendo”, aseguran fuentes acreditadas en la gestión de residuos a este periódico. “Ni en suelos industriales”, ni con el beneplácito de las políticas europeas relativas a economía circular es posible sacar adelante muchos proyectos en los que ya están interesados numerosas empresas privadas en Euskadi y el conjunto del Estado.

El derrumbe del vertedero de Zaldibar ha acelerado un proceso que ya estaba en ciernes, el del tratamiento de los residuos industriales, los que generan las empresas vascas en la fabricación de sus productos y en sus instalaciones. Las políticas medioambientales pretenden impulsar precisamente la valorización de los residuos en estas plantas, frente al vertido, pero existe un rechazo social a este tipo de infraestructuras” en el ámbito puramente local, municipal, vecinal. Y “no es exclusivo de Gipuzkoa”, dicen.

El caso de Bergara es significativo. La idea de integrar el tratamiento y la gestión de los residuos de la industria papelera ya se recoge, de hecho, en el plan estratégico 2021-2025 del clúster vasco del papel, una asociación que engloba a 34 empresas de toda la cadena de valor, con una facturación anual de 1.079 millones de euros y 2.675 empleos directos; empleos de calidad, dicen las empresas, de los mejor remunerados: un 16% más que la media de la industria manufacturera (medido en costes por trabajador, Eustat).

El ejemplo de Valogreene es claro. La empresa alicantina se ha aliado con más de 30 empresas del Estado, entre ellas varias del clúster vasco del papel, para emprender un “macroproyecto” llamado Greene y que aspira a conseguir financiación de los Fondos Next Generation de la Unión Europea.

El proyecto supone una inversión de 722,8 millones de euros dentro de dos líneas: por un lado, el fomento de la economía circular en el ámbito de la empresa (la planta de Bergara encajaría aquí), y por otro, el de las energías renovables, ambas incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado por el Gobierno para reactivar la economía frente a la pandemia del covid-19.

Según Valogreene, se evitará la deposición en vertedero de más de 2,5 millones de toneladas de residuos en todo el Estado, generando más de un millón de toneladas de biocrudo y aceite pirolítico a partir de los residuos generados por las empresas socias de cada uno de los subproyectos, ubicados en doce comunidades autónomas, incluida Euskadi.