Cristina Pérez es incansable y, pese a que el COVID-19 todo lo trastoca, no ha querido renunciar a llevar a cabo su especial de Navidad, el séptimo. Inasequible al desaliento, con su más y menos y los días buenos y malos, como todas y todos los que intentan salir adelante en plena pandemia. Pérez se ha puesto manos a la obra para homenajear este año a mujeres que han estado en primera línea plantando cara ante el virus, bien porque han trabajado o bien porque han sufrido las consecuencias de la pandemia que tan terrible estela está dejando tras de sí.
La voluntad de Cris Pérez con esta iniciativa es poner un contrapunto de esperanza, de ilusión, un haz de luz en un túnel largo y engañoso del que, hasta la fecha, se sale para entrar en otro. Y esa es la luz que iluminó la sesión fotográfica de ayer, anómala, por la obligación de adoptar medidas de prevención.
Pese a su inquebrantable entusiasmo, Cris Pérez estuvo a punto de tirar la toalla y dejar pasar este año sin el especial navideño. Pero no fue así. Su entorno le animó y se decidió a dar el paso y dedicar este especial a esas mujeres a las que el covid ha afectado de forma directa en su día a día: una enfermera, una cajera, una limpiadora, una autónoma que ha tenido que echar la persiana a su negocio por culpa del virus y otra que ha luchado contra el bicho y ha ganado la batalla, esta última una luchadora que también ha plantado cara al cáncer. De ahí que Pérez haya hecho una excepción, ya que Feli también participó en el especial del pasado año, dedicado a mujeres que habían peleado contra el cáncer de mama.
El caso de Feli de Castro es excepcional. Es el de una luchadora con letras mayúsculas a la que Pérez ha querido hacer sonreír y disfrutar porque se lo merece. Cuenta de Castro su historia con el covid, que comenzó con unos dolores de cabeza y tos. No le dio mayor importancia, pero le subió la fiebre, le hicieron la prueba y dio positivo. Su marido le llevó al hospital y le ingresaron "con más de 40 de fiebre. No había números en el termómetro para la fiebre, me decían los médicos". "Me pusieron un tratamiento experimental pero me empeoró. Me bajaron a la UCI y me intubaron, me indujeron un coma y estuve 25 días así, aunque en la UCI estuve 40 días", explica. Su marido recibía las llamadas a diario, subidas y bajadas, esperanza y desesperanza. También él dio positivo, al igual que su hijo, aunque apenas sufrieron por los síntomas.
Una infección interna, bacterias, un trombo en la parte izquierda que le ha producido una cojera y sigue andando con muletas. Feli de Castro seguía ahí, luchando, y cuando se le subió a la planta covid, continuó dando positivo, le costó negativizar más de lo que es habitual. Llegó luego la rehabilitación. "Tuve que aprender a andar y a hablar con la logopeda. Me han quedado secuelas en el corazón y el hígado", señala. Y es que Feli de Castro llegaba tocada al covid. En enero le habían operado de nuevo a causa de su cáncer de mama y la cuarentena la pasó en el oncológico.
"Los médicos no contaban con que saliera adelante tras el coronavirus", evoca. Pero es esta una mujer que planta cara a lo que le llegue, incluso a los casi dos meses y medio de ingreso. "Todos me decían al salir de allí que soy una superviviente y una luchadora impresionante. Cuando me dicen que igual lo puedo volver a pasar, no lo quiero ni pensar".
Pero tras la tormenta llega la calma y la ilusión, en este caso de la mano del especial de Navidad. Cristina Pérez supo siempre de la evolución de Feli de Castro. Había visto sus fotos con 18 kilos menos y, sabiendo que la experiencia del año anterior había supuesto un revulsivo para ella, decidió hacer la excepción de repetir modelo. De Castro no puede estar más feliz. "Si el año pasado iba ideal, el vestido de este año no puede ser más bonito", asegura. Peluquería y maquillaje hicieron el resto. "Me han dicho que venga en bata y zapatillas para hacerme la transformación y estoy encantada del resultado", asegura esta modelo excepcional. Tras un año para olvidar, esta experiencia le ayuda a levantar el ánimo. Se le notaba feliz, deseosa de gozar, de vivir otra vez una experiencia que le ayuda a olvidar.
Feli de Castro y el resto de modelos pasaron ayer la mañana con las maquilladoras y peluqueras en el Palacio Murgia de Astigarraga. La cita era temprano y la sesión se prolongó varias horas. Una mañana diferente, con magia, una oportunidad para olvidar por unas horas la dureza de esta pelea de la mano de Presumidabykris, nombre en las redes de Cristina Pérez, para quien la elección del escenario ha supuesto un quebradero de cabeza que ha resuelto, como acostumbra, con buen ánimo. Cristina Pérez lo tenía claro: necesitaba un espacio que permitiera respetar las distancias, que facilitara sacar las fotografías sin tener que cruzarse con nadie que, en definitiva, hiciera posible adoptar todas las medidas de prevención anticovid. Lo demás lo han puesto las modelos, la que cada año se vuelve artífice de la magia navideña, Cris Pérez, y el equipo con el que trabaja hombro con hombro para que el especial de Navidad, que toma forma de calendario, se haga realidad.
El COVID-19 no ha podido con la séptima edición del especial de navideño de Presumidabykris, que en ediciones anteriores ha colaborado con Why Not, Atzegi, Elkartu y AECC Gipuzkoa. Llega, como siempre, cargado de ilusión, como la que expresa Nerea Nolasco, que seguía en las redes a la promotora de la iniciativa hace tiempo y que siempre había querido participar en alguna de las iniciativas que lidera. Nolasco durante el confinamiento, y también después, salía cada mañana de casa "muy temprano", mientras las calles estaban vacías y pocas eran las personas que podían acudir a sus puestos de trabajo. Ella lo hacía día tras día, como profesional de la limpieza que es. Recuerda los días en los que "cruzarse con alguien en un portal y que te saludara, era una excepción". Pese a todo, añade, se sentía una privilegiada, porque seguía trabajando.
Nolasco es otro espíritu positivo para una propuesta cargada de alegría y acudió ayer a Astigarraga rebosando ilusión. Cuando Cristina Pérez subió a las redes el vídeo de la convocatoria, explicando qué es lo que quería hacer, no lo dudó. Contactó con ella y resultó elegida, porque su perfil coincidía. Madre de dos hijos de corta edad y trabajadora, Nolasco reconoce no tener "ni cinco minutos" para ella, por lo que el especial es un regalo del que está disfrutando a tope, aunque este año no se hayan podido realizar las pruebas y citas en grupo de ediciones anteriores. La sesión de ayer todo lo compensaba aunque, según explicó Cris Pérez, no pudo tener el colofón de otras ediciones, un buffet que reunía a las modelos y a quienes habían participado en la sesión: Ainara, de Peluquería Traxx; Sarai, de Apropos MakeUp; Mikel, de Dock Studio; Iker Campo; Izaskun, de Izaskun creativa; Nekane, de Lore Denda; y Sonia Rodríguez. Un equipo que en todo momento ha creído que sacar adelante el proyecto era posible. Pese a todo, Pienso en Dulce se encargó de realizar almuerzos para el personal y las modelos, almuerzos personalizados e individuales. El buen ambiente se palpaba.
Los trajes, a diferencia del año pasado, no los han hecho diseñadoras vascas. "No nos atrevíamos a encargarles que hicieran algo con el grado de incertidumbre que hay", explica Pérez. Por ello contactó con Atelier Nupcial, Alex Vallejo Joyeros y el resultado no ha podido ser mejor.
"Me ha hecho una ilusión tremenda trabajar con Cris, porque el proyecto del especial siempre me ha parecido una idea estupenda y estoy como una niña con zapatos nuevos", añade Nolasco. Antes de la cita de ayer solo pudo hacerse una prueba, pero el entusiasmo no disminuyó pese a las trabas obligadas por la pandemia. Nerea Nolasco se muestra encantada con el resultado y con la elección de Cristina Pérez para el modelo a lucir y, sobre todo, con la forma en la que les mima y les trata. "Dos palabras para definir esta experiencia: genial e inolvidable. He podido salir de mi rutina y esto ha sido un sueño. Además, con cariño, el que le pone Cristina y cómo nos cuida, todo sale bien", apunta.
La sesión de ayer tuvo como remate la foto de grupo con la que Presumidabykris felicita el año a sus seguidoras y que quiere mantener, de momento, en secreto. Cris Pérez, fiel a su voluntad de analizar la situación con un espíritu positivo, también lo ha hecho en esta ocasión. "Otros años hemos andado más apresurados y la sesión de fotografía se ha hecho más tarde. Este año, por las precauciones y por ser el especial más sencillo, con menos mujeres, lo hemos podido adelantar y andamos más tranquilas". Lo que ayer se respiraba en el Palacio Murgia no era tranquilidad, sino muchas ganas de disfrutar también en tiempos de covid.
"Esta jornada, dedicada enteramente a ellas, tiene como principal objetivo olvidarnos por un momento de la situación, regalarles una bonita experiencia y, sobre todo, generar ilusión y esperanza, que es una de las cosas que comienzan a escasear tras esta prolongada situación", señalaba Pérez.