- Gipuzkoa amaneció ayer todavía sobresaltada tras una noche con una rachas de viento que en algunos puntos superaron los 150 kilómetros por hora.

En las zonas altas pero también en la costa dormir resultó complicado. Tejas, macetas y tendederos volando; cristales rotos, árboles caídos, contenedores e, incluso, caravanas volcadas. Pocos puntos del territorio quedaron libres de daños, aunque algunos municipios tardarán unos días en calcular la cuantía de los desperfectos.

Tampoco hubo descanso para los bomberos de Gipuzkoa, ya que la del martes al miércoles fue la noche con más salidas del año: 111 en total.

La mayor parte correspondieron a la retirada de árboles y distintos objetos derribados por las rachas de viento que, en muchos casos, cayeron sobre la calzada entorpeciendo el tráfico o causando daños en vehículos estacionados.

No hubo tregua para los bomberos y una de las intervenciones más complicadas fue la que tuvieron que realizar en Tolosaldea, en el municipio de Orendain, donde el viento se llevó el tejado y la cristalera que protegía la última planta de la casa de cultura.

En Orendain, según explicó su alcalde, Miguel Ángel Arsuaga, la situación vivida toda la noche se resume en una sola palabra: "Un caos".

En torno a las 1.00 horas de la madrugada el viento se llevó la última planta de la casa de cultura y, pese a que se avisó con rapidez a los bomberos, estos no pudieron llegar hasta cerca de las 3.00, porque los accesos al municipio estaban cortados por la caída se árboles y otros objetos.

"Hay pocas casas en el pueblo que no hayan sufrido daños y no hemos dormido nada. El ruido era terrible, el del viento y las cosas que se rompían, los niños llorando... Hasta que no ha amanecido no hemos sido conscientes de los daños", explicó Arsuaga.

Toca ahora, con la ayuda de los peritos, evaluar la cuantía de los daños y planificar las reparaciones. "No queremos hacer las cosas corriendo, si no bien", añadió el primer edil de Orendain, que informó que en la casa de cultura se han visto afectados servicios como la biblioteca, el gimnasio o la guardería. Sobre esta, que se halla en el piso inferior, todavía no se sabe cómo ni dónde reanudara su actividad.

En Debagoiena, la caída de árboles hizo que por unas horas tuvieran que cerrarse al tráfico en Kanpazar, al igual que en Urraki, en Urola Erdia, donde recuperaron la normalidad tras la retirada de los troncos.

Entre los incidentes habidos en la zona destacan los importantes daños que la caída de un pino de buen porte provocó en un caserío de Goiatz.

En Debagoiena, la jornada amaneció complicada, con numerosas incidencias. El viento se llevó la cristalera del polideportivo Musakola de Arrasate, por lo que las piscinas permanecerán cerradas sin que se pueda adelantar la fecha de reapertura.

En Oñati, el campanario de la parroquia sufrió también daños de envergadura así como el tejado de la empresa Juan de Garay.

En Aretxabaleta, el tejado de una nave cercana cayó sobre el campo de fútbol Ibarra y en Bergara la caída de un árbol provocó el cierre del bidegorri en la zona de Labegaraieta.

El inicio de la jornada del 21 de octubre tampoco resultó sencillo en Urola Kosta. Los habitantes de Aia pasaron la mañana sin luz y con cortes en los dos accesos al municipio por caída de árboles.

En Zarautz, la actividad de las brigadas municipales, los bomberos y la Policía Local fue constante para despejar las vías sobre las que cayeron 26 árboles, algunos de los cualesa se desplomaron sobre vehículos y uno de ellos destrozó un balcón en la calle Nafarroa.

En Donostia, entre otras intervenciones, los bomberos tuvieron que acordonar el perímetro del edificio de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, donde una contraventana metálica situada en uno de los pisos superiores quedó suspendida y en riesgo de desprenderse.

Además, la caída de ramas en la vía provocó que la línea de Euskotren entre Usurbil y Elgoibar se viera interrumpida y los viajeros tuvieron que seguir su ruta en autobús.

En definitiva, todo el territorio se vio afectado en mayor o menor medida y los bomberos de ocho parques tuvieron que multiplicarse para atender las llamadas, reforzando sus dispositivos. Por comarcas, los parques de Zubillaga y Bidasoa fueron los que más salidas tuvieron con 26, seguidos de Tolosa (15), Zarautz (14), Ordizia (12), Azpeitia (8), Legazpi (7) y Eibar (3). Por municipios, Irun y Arrasate fueron los más afectados, con 15 y 12 intervenciones respectivamente.

En Euskadi, el servicio de emergencias de SOS Deiak realizó entre las 15.00 horas del martes y las 6.00 horas del miércoles 1.044 actuaciones, siendo Gipuzkoa el territorio más afectado por el viento donde se llevaron a cabo 526 actuaciones, seguido de Bizkaia, con 357, y Araba, con 161.

Tranquilidad. El responsable meteorológico de Euskalmet, José Antonio Aranda, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad: "Lo malo ya ha pasado". En los próximos días las situación se prevé tranquila y las ráfagas de viento, que tendrán carácter puntual, afectarán sobre todo a los puntos más altos del territorio y no superarán los 70-80 kilómetros por hora. El fin de semana se presenta muy agradable. No es este un episodio extraordinario en esta época del año. Según Aranda, las previsiones ya indicaban que la fuerza del viento sería importante, de ahí la alerta naranja, aunque si se cumplen los modelos, el periodo de retorno de episodios tan fuertes sería de un año.

Mediciones. Las estaciones de Euskalmet midieron en la madrugada del miércoles ráfagas de 118,5 kilómetros hora en Bidania, 105,1 en Miramon, 150,7 en Jaizkibel, 120,7 en Zarautz, 109,7 en Zizurkil y 114,7 en la isla Santa Clara.