- Las pruebas PCR, que en los primeros compases de la pandemia escasearon y en las últimas semanas se hacen de forma masiva (alrededor de 10.000 diarios en Euskadi), darán paso dentro de unos días -el Departamento de Salud del Gobierno Vasco habló de la próxima semana, aunque aún no hay confirmación al respecto- a los test de antígenos, otra prueba para detectar el COVID-19 que, según los expertos, es más rápida que la PCR, ya que los resultados se pueden conocer en apenas un cuarto de hora sin pasar por el laboratorio, y bastante más barata, con todas las ventajas que estos dos aspectos conllevan. Eso sí, advierten de que puede resultar "menos fiable" que las PCR a la hora de hacer cribados masivos, que es la táctica que está poniendo en práctica el Departamento de Salud para cercar el virus.

"La PCR es muy buena, muy sensible para detectar el virus, mientras que los antígenos, que se basan en detectar proteínas, necesitan que haya una concentración bastante alta de proteínas en el virus para que la prueba salga positiva", señala a este periódico Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología de la UPV, que explica que los test de antígenos serán especialmente eficaces para encontrar a las personas que están "en la fase más aguda de la enfermedad". Es decir, a los que más posibilidades tienen de contagiar a los demás.

La "facilidad" para hacer la prueba y la rapidez a la hora de conocer el resultado otorga una clara ventaja, según el catedrático: "Vamos a poder rastrear más rápidamente. Si para saber el resultado de una PCR podemos tardar 24 horas en Euskadi, más en otras comunidades donde tardan hasta cuatro o cinco días en dar el resultado, ahora como mucho en 15 o 20 minutos vamos a poder dar el resultado a los rastreadores y a partir de ahí identificar a los contactos y hacerles el test también a ellos".

Otro aspecto a tener en cuenta es que los test de antígenos rebajarán "la saturación en los laboratorios, que están trabajando 24 horas al día", ya que el test de antígenos no hace falta mandarlo al laboratorio para saber el resultado". Añade Guillermo Quindós que, si hubiera dudas con el diagnóstico, "siempre se puede pedir una PCR".

Se está trabajando para validar los test de antígenos con saliva, lo cual facilitaría aún más la labor de tomar muestras: "No sé cuándo se podría hacer con saliva, me gustaría que pronto, pero no puedo dar una fecha concreta. Esto permitiría que se hicieran por ejemplo en atención primaria, reforzándola, claro. O cada uno en su casa, aunque en este caso habría que tener en cuenta que hay que dar los datos a los rastreadores para que estos puedan trazar la correspondiente red de contactos".

Quindós explica que "una prueba PCR puede costar entre 80 y 150 euros", mientras que un test de antígenos puede valer "10 o 20 euros". Pero, además del precio, el catedrático deja claro que las ventajas principales son "la rapidez diagnóstica y la descongestión en los laboratorios y la sanidad, que se encuentran en esta pandemia con mucha carga de trabajo".

Eso sí, insiste en que hay que tener en cuenta que es "menos fiable que la PCR": "Imagina que estás incubando la infección, igual ese test da negativo y puedes perder ese dato. Las pruebas de antígenos hay que orientarlas a quién se las hacemos. Si las hacemos de forma masiva, habrá problemas de falsos positivos y negativos. Eso también puede suceder en cribados masivos con la PCR, pero con el test de antígenos es más fácil errar. Eso sí, te va a permitir jugar con un tiempo que en el otro caso no lo tienes".

También se refería a esta menor fiabilidad de los test de antígenos la semana pasada otro especialista como es el epidemiólogo Nacho de Blas: "Todos los positivos detectados serían infectados y la mayoría de negativos es posible que fueran negativos, aunque algunos podrían ser falsos negativos (por encontrarse al principio de la enfermedad o ya al final, con poca carga vírica ) y esto es lo que nos da miedo a los epidemiólogos, que haya individuos infectados a los que no se les detecta la enfermedad".

Mila Berruete, responsable de laboratorio de la Policlínica Gipuzkoa, destaca también "la rapidez, el fácil manejo, su sencilla interpretación y el bajo coste" como las mayores ventajas del test de antígenos de COVID-19 y, al igual que Guillermo Quindós, avisa de que "no está indicado para el cribado masivo de la población".

La especialista en análisis clínicos de la Policlínica considera que la fiabilidad de este test es "similar a la de la PCR en cuanto a sensibilidad y especificidad, pero en pacientes sintomáticos. El test requiere de una carga viral más alta para el organismo, por lo que en los primeros cinco días un positivo es similar a un positivo de la PCR. En cambio, no está indicado para practicar un cribado masivo de la población", ya que puede dar lugar a más errores en los diagnósticos. Asegura, por tanto, que "la PCR es la mejor prueba dada su elevada sensibilidad y especificidad".

Euskadi ha participado en la validación de estos test. Ignacio Garitano, habitual portavoz del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, también se refirió esta pasada semana a los test de antígenos, aunque no puso una fecha definitiva para ponerlos en marcha en Euskadi: "Las ventajas que tienen es que son más económicos y que aplicados en gente que tiene síntomas son prácticamente equivalentes a las pruebas PCR. Cuando vayamos a implementarlos no necesitamos hacer una prueba piloto ni nada, hemos participado en su validación a nivel estatal".