Síguenos en redes sociales:

Las estalagmitas rojas, espías del clima

Las estalagmitas rojas, espías del clima

l color rojo que caracteriza a las estalagmitas de la cueva de Goikoetxe, ubicada en Buzturia, Bizkaia, responde a la presencia de “sustancias orgánicas derivadas de la descomposición de la cobertura vegetal de los suelos situados encima de la cavidad”.

Así lo determina un estudio llevado a cabo por el departamento de Mineralogía y Petrología de UPV/EHU, que deja en evidencia que la tonalidad de las estalagmitas sirve de registro para determinar cambios climáticos.

Virginia Martínez Pillado es investigadora de dicho departamento y principal autora de una investigación que indica que la lluvia característica de la cornisa cantábrica contribuye a la existencia de una profusa vegetación que configura una gran cobertura vegetal sobre la cueva. La degradación de esta capa vegetal genera sustancias orgánicas, fundamentalmente ácidos húmicos y fúlvicos, que “son arrastradas al interior de la cueva por el agua de lluvia y tiñen de rojo los espeleotemas al incorporarse a la red de la calcita que los forma”.

Así se explica el color rojo de las estalagmitas de la cavidad situada en la Reserva de Biosfera de Urdaibai, y no por la presencia de óxidos de hierro que suelen teñir minerales y roca.

Haciendo uso de distintas técnicas, como la datación radiométrica por series de uranio, los investigadores participantes en el estudio (que ha sido publicado en la revista Quaternary International) han determinado que en las estalagmitas rojas, y únicamente en las que son de este color, se evidencia que hay ciclos con mayor o menor aportación de substancias orgánicas, hecho que se relaciona con la densidad de la capa vegetal que, a su vez, se vincula a la precipitación: a más lluvia más capa vegetal.

Siendo esta relación algo que habrá que establecer y “estudiar más en profundidad”, en palabras de Martínez Pillado, lo que sí resulta claro es que “la cobertura vegetal y la producción de suelos es muchísimo más intensa en ciertos momentos que en otros en todo el Holoceno medio, entre hace 7.000 y 5.000 años, y esto está estrechamente ligado a las condiciones climáticas del exterior de la cavidad”.

Las estalagmitas de Goikoetxe son, en consecuencia, unas espías de los cambios paleoclimáticos ya que, según la investigadora de la UPV, “hasta ahora se desconocía que el color rojo pudiese indicar unos cambios climáticos o pudiese servir de registro para determinar cambios climáticos por sí mismo”.

Además, las conclusiones obtenidas en el estudio han permitido a sus artífices dar inicio a otros trabajos tendentes a reconstruir la evolución climática en la costa cantábrica en ese periodo de tiempo.