donostia - Tras el colapso del vertedero de Zaldibar y la consiguiente crisis de residuos que se ha generado en Euskadi, parece que todas las miradas están puestas en el vertedero industrial de Epele, cerrado desde el año 2018 pero con 350.000 metros cúbicos de capacidad para albergar residuos. Esta instalación es la escogida por las administraciones como la mejor opción para albergar los residuos que ya no pueden depositarse en el derrumbado vertedero vizcaino. La propia Diputación de Gipuzkoa, aunque no es competente en esta materia, ve con buenos ojos la opción de la instalación de Bergara y apela a la "solidaridad" en un "momento difícil". Sin embargo, en la Mancomunidad de Debagoiena no quieren tomar una decisión a la ligera.

Según informó ayer la presidenta de Debagoiena, Maite Anton, a este periódico, la mancomunidad rehusa convertir Epele en el vertedero industrial de Euskadi, pero la junta de Gobierno acordó ayer encargar a los técnicos de la misma que realicen un estudio técnico y económico sobre las opciones de reabrir el vertedero y acoger vertidos industriales no peligrosos, a fin de que la decisión última sea adoptada "con todas las garantías". "Cuando tengamos esa documentación y podamos estudiarla, en un par de semanas se celebrará una Junta extraordinaria en la que se tomará la decisión" sobre la reapertura, explicó, al tiempo que añadió: "Epele se creó para dar respuesta a las empresas de la comarca, no a toda Euskadi".

De esta forma, Anton desmintió las informaciones publicadas por el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa en las que se aseguraba que la mancomunidad había dado su "visto bueno" a reabrir Epele.

De hecho, Anton insistió en que "no existe ninguna posibilidad" de acoger los residuos de Zaldibar, ya que se ha demostrado que estos contenían materiales peligrosos como amianto. "El vertedero no está preparado para eso. Si recibiéramos algo serían residuos industriales no peligrosos", insistió Anton.

El Gobierno Vasco urge a los vertederos públicos de Euskadi que den una respuesta en un par de días, pero desde Debagoiena advierten de que "no es algo que podamos responder tan pronto". Además, recuerdan que, en el caso de que la mancomunidad acordase la reapertura de Epele, el vertedero requeriría de una obra civil para adecuar sus instalaciones, lo que retrasaría su reapertura "un mínimo de nueve meses". "Hay que llevar a cabo todo el proceso: la licitación, redactar el proyecto, redactar un plan de seguridad, hacer la obra...", recordó Anton. Sin embargo, fuentes consultadas por este periódico informan de que en un caso de urgencia como el que se plantea ahora, estos plazos habituales de la Administración "podrían acortarse".

el visto bueno de la diputación La opción de reabrir Epele para dar servicio al tejido industrial vasco ha sido acogida con buenos ojos por la Diputación de Gipuzkoa.

La portavoz foral, Eider Mendoza, consideró que la opción bergararra es la "principal solución" para dar respuesta a la "delicada situación" de ciertas empresas, que pueden ver amenazada su actividad si no se encauza el problema de manera rápida. "Estamos en una situación objetivamente difícil en lo que tiene que ver con los residuos industriales. Zaldibar no puede recibir más y las empresas necesitan una alternativa que hoy no tienen. Tenemos Epele y la Diputación está dispuesta en ayudar en todo lo que haga falta", señaló. "Hay una situación a la que hay que dar respuesta y tenemos que todos tenemos que arrimar el hombro", aseveró Mendoza.

En los mismos términos se expresó el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, quien consideró que la situación "nos interpela a todos. No podemos ponernos de perfil porque si no nos ponemos al servicio de la industria, la actividad económica se puede parar y las consecuencias económicas y en el empleo serían muy graves".

A juicio de Asensio, tras largos años como territorio "mendigando" instalaciones donde tratar nuestros residuos urbanos, "es el momento de arrimar el hombro y exigir a las mancomunidades que tienen capacidad que sean responsables".

en corto

350

Mil metros cúbicos. Es la capacidad disponible que tiene el vertedero de Epele, en Bergara, una superficie equivalente a prácticamente otras tantas toneladas. Teniendo en cuenta que el pasado año se enviaron a Zaldibar 500.000 toneladas, este recurso resulta insuficiente para solventar la situación.

15

Días. Es el periodo que tendrán los técnicos de Debagoiena para elaborar los informes técnicos y económicos. La mancomunidad no quiere convertir Epele en el vertedero industrial de Euskadi y dice que no tomará una decisión antes de disponer de estos estudios.