donostia - El fundador de la Nanocar Race es Christian Joachim, director de Investigación en el grupo de Nanociencia CEMES/CNRS en Toulouse y desde 2008 profesor adjunto de física cuántica en ISAE-Sup’Aero. Ganador del IBM France Prize de 1991, el Feynman Prize de 1997, el French Nanotechnology Prize de 1999, la Medalla de Plata en Química del CNRS de 2001 y el Feynman Prize de 2005, entró en el Guinness de 2011 al crear el motor molecular más pequeño del mundo en funcionamiento.

A pesar de todos los premios obtenidos, la idea de crear la carrera de coches más pequeña del mundo empezó medio en broma. “En el año 2002 diseñamos la primera molécula con dos piernas, como una carretilla. Varios años después empezamos a trabajar con moléculas con una especie de ruedas. A mi grupo y a mí nos pidieron que escribiéramos un texto explicando todo este tema de la nanotecnología: cómo son las nuevas ruedas de las moléculas, cuáles son las mejores? Cuando terminamos de escribir el documento de cinco páginas pensamos que nadie iba a leerlo. Entonces, dije: “¡Vamos a organizar una carrera de nanocoches!”, solo para divertirnos”, explica a NOTICIAS DE GIPUZKOA Joachim, que esta semana ha visitado en Donostia al equipo local para ofrecer una charla sobre los nanocoches.

Aquel documento de cinco páginas llegó a las manos del periódico francés Le Monde y un periodista se puso en contacto con esta nanoeminencia para que le explicara qué era lo que estaba ocurriendo. “Tuvimos un largo debate y a los dos días Le Monde publicó una página entera en la que decía que íbamos a organizar una carrera de nanocoches. Entonces no podíamos poner excusas, lo teníamos que hacer sí o sí. Empezamos a organizarlo oficialmente, contactando con gente de todo el mundo para ver con quién podríamos competir. Al final conseguimos seis equipos y la carrera se realizó en Toulouse en abril de 2017”, precisó Joachim.

En este momento, el investigador realiza viajes alrededor del mundo para contactar con los participantes de la segunda edición. - S.I.