donostia - Aprendió a volar desde bien pequeña, sumergiéndose en aquellas historias que se impregnaron en su infancia con textos de escritoras francesas. Con humildad y ternura reconocía ayer que incluso aquella niña que fue solía esconderse para abrir el enésimo libro. Su madre, cansada de verla ensimismada, le regañaba de tanto leer. Así forjó su manera de ser y de ver la vida Arantxa Urretabizkaia (Donostia, 1947), creadora iconoclasta, que recibió ayer el Premio Abbadia de manos del diputado general, Markel Olano, quien destacó de ella haber “renovado la presencia y el imaginario de la mujer en la literatura vasca”.
El jurado ha basado su decisión en la contribución de Urretabizkaia para introducir el euskera en la era moderna. Ella, sonriente y emocionada, dijo en primer lugar que lo suyo ha sido más bien aprender de los demás. “En realidad, mi trabajo en este ámbito ha sido muy humilde. Apenas sabía nada de literatura vasca cuando entré en contacto con la creación en euskera”.
Y continuó haciendo gala de esa misma humildad. “El euskera nada me debe. Soy yo la que tengo mucho que agradecer a la lengua vasca”, admitió frente a un centenar de representantes institucionales y agentes ligados al mundo euskaldun, que le arroparon en la entrega del galardón en vísperas del Día Internacional del Euskera que hoy se celebra.
el destino Agradeció la contribución y el magisterio de destacados lingüistas y escritores, como Koldo Mitxelena o Ramón Saizarbitoria y admitió, eso sí, que siempre le gustó volar por libre. “Aprendí a nadar a contracorriente, es el destino que nos tocó, pero siempre con humildad. Éramos jóvenes y rebeldes y lo que sí puedo decir es que el tiempo ha acabado por dar la razón a quienes defendíamos la importancia del euskera batua”.
Olano agradeció la “libertad y la naturalidad” con la que Urretabizkaia ha acabado por influir en otras generaciones. “Son muchas las escritoras y creadoras que se han adentrado en esa senda creativa siguiendo esos pasos. Gracias a ello, la mirada de esas creadoras le han dado mucho al euskera, a las letras vascas y a nuestro pueblo”, subrayó.
En el transcurso del acto se leyeron extractos de tres obras que han marcado la trayectoria de la premiada, como Zergatik panpox (1979), ese diálogo interno tan adelantado a su tiempo de una mujer separada, a solas con su criatura. “En realidad, cuando la escribí nadie me dijo que era un personaje tan vanguardista en la literatura euskaldun. De haberlo sabido, quizá no la habría escrito, quién sabe”, lanzó, para defender a renglón seguido la rebeldía como filosofía de vida.
Su aportación trasciende la literatura. Urretabizkaia ha explorado otros muchos caminos, como guionista de cine, columnista, tertuliana en radio y escritora de ensayo. La homenajeada recibió una obra de arte realizada por la artista azkoitiarra Udane Juaristi.
Durante el acto también hubo espacio para un coloquio entre tres mujeres que bien le conocen, como la escritora Yolanda Arrieta y Uxue Alberdi, así como la experta en literatura vasca Mari Jose Olaziregi.