donostia - Hay quienes ya se han quitado la vida y es un familiar el que descuelga el aparato para aliviar su tormento. Otros cogen el teléfono porque están al borde de cometer la locura. “En realidad, nadie quiere morir, pero necesitan aliviar tanto sufrimiento”, observa Maribel Pizarro, directora del Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa, una asociación que ha detectado un preocupante incremento de tentativas de suicidio en los últimos meses. La prevención se antoja crucial. Convencidas de que es mucho lo que se puede hacer antes de que el desenlace sea fatal, el equipo responsable de la asociación recorrerá la semana que viene diferentes municipios del territorio. “Todavía muchas personas no saben cómo trabajamos, lo que puede ser un impedimento para que nos llamen”, advierten desde este servicio.

El hecho de que salgan a la luz pasajes familiares tan oscuros y silenciados como tratar de quitarse deliberadamente la propia vida tiene paradójicamente una lectura positiva. Demuestra que, paulatinamente, el tabú va cayendo frente a una realidad que siempre ha existido, impregnada de un terrible sufrimiento emocional interno que solo conocen quienes lo han vivido. Así lo entiende Pizarro.

Sostiene que el incremento de casos atendidos puede tener relación con la Estrategia autonómica de prevención que presentó hace unos meses el Gobierno Vasco, que incluye actuaciones centradas en reducir precisamente el impacto a través de la prevención y campañas de sensibilización. “Las personas necesitan ser escuchadas, especialmente cuando están atravesando una difícil situación vital en soledad”, remarca la directora del Teléfono de la Esperanza.

La asociación cuenta ya con más de tres décadas de andadura. El teléfono recibe anualmente 3.000 llamadas. En 2018 atendió a 250 nuevos usuarios, pero el servicio sigue siendo un perfecto desconocido para buena parte de la población guipuzcoana, y la asociación se ha propuesto seguir creciendo y llegar al mayor número de personas.

Bajo el lema, ¿Necesitas que te escuchen? ¡Acércate y descúbrenos!, una autocaravana arrancará el lunes y recorrerá hasta el viernes los municipios de Irun, Elgoibar, Azpeitia, Oñati, Eibar, Arrasate, Zarautz, Hernani y Legazpi. “Queremos acercarnos a zonas rurales en las que también hay mucha soledad. Pretendemos llegar a las personas de una manera más cercana y que nos vean como un recurso accesible que realmente les puede ayudar a aliviar el sufrimiento en los momentos complicados”, explica Pizarro.

soledad, eterna compañera Una de cada cuatro personas que descuelga el teléfono lo hace para aliviar el peso de la dichosa soledad. Es una compañera de vida indeseada para el 25% de los usuarios del servicio. Hay quienes conviven con ella de manera habitual. Pero también está presente en otras situaciones coyunturales “y más complicadas, como pueden ser los duelos ante la pérdida de un ser querido, las adicciones y los conflictos familiares”. Como dice Pizarro, el sentimiento de culpa, siempre tan dañino, sobrevuela al otro lado del hilo telefónico.

En ese deseo de acercarse al dolor y de paliar mal que bien la soledad, el Teléfono de la Esperanza observa que la necesidad de ayuda se presenta en edades cada vez más tempranas. Conforme pasan los años, el perfil de usuario se ha ido moldeando y nada tiene que ver con el de tres décadas atrás.

Cuando el Teléfono de la Esperanza estrenó el servicio, atender a personas mayores de 70 años era el quehacer diario. Ahora, según detalla la directora, la franja de edad se sitúa entre los 50 y 65 años, y la edad baja notablemente entre las personas atendidas en el servicio de asesoramiento psicológico, que ofrece la posibilidad de escucha presencial en la sede, o bien se les deriva a otros recursos especializados. “Aquí ya hablamos de personas entre 18 y 35 años cuyo número no deja de aumentar. De hecho, durante el primer semestre ya habían sido atendidos 38 usuarios, los mismos que durante todo el año pasado”, recalca Pizarro.

Además de las ideas suicidas, las adicciones están muy presentes en las conversaciones telefónicas. “Quizá no sean cifras muy elevadas. Cuantitativamente puede que no sea relevante, pero tenemos contacto directo con realidades que pocas veces trascienden, como puede ser el caso de mujeres adictas a las compras e Internet. Son problemas que de otra manera no afloran, de los que tenemos conocimiento gracias al anonimato que siempre está garantizado”.

El Teléfono de la Esperanza trabaja en coordinación con otros muchos servicios e instituciones. No obstante, la directora subraya que hay realidades complejas que afectan especialmente a mujeres, para las cuales entiende que hace falta habilitar recursos específicos. “No hay más que ver lo que ocurre a la hora de ponerse en tratamiento ante el alcoholismo. Las mujeres siempre acuden a la terapia mucho más tarde que los hombres. Hay mucha vergüenza y soledad. Es muy habitual que un varón acuda a la primera sesión de terapia acompañado por su pareja, pero las mujeres viven la adicción en soledad. El estigma social está muy presente. Los motivos que le han llevado a consumir son diferentes, y vive una realidad familiar compleja, con unos hijos a los que atender que pueden complicar su asistencia a la terapia”. Dice que existen programas de atención, pero insiste en que hace falta un enfoque más dirigido a estos perfiles.

compras compulsivas Esa soledad y ese sentimiento de no pertenencia desemboca con frecuencia en compras compulsivas, un problema que durante el último año ha detectado el Teléfono de la Esperanza. “También tenemos constancia de otras realidades que pocas veces afloran, como los casos de esoterismo y mafias que se aprovechan de la vulnerabilidad de personas”. La directora del servicio relata que personas “con unas dependencias emocionales enormes” llegan a buscar a la desesperada soluciones en donde no encuentran más que la ruina económica. “Hemos tenido constancia de dos casos muy graves. Nuevamente, volvemos a la misma situación. Cuantitativamente puede que no sea muy reseñable, pero son situaciones sangrantes”, lamenta.

Las personas mayores también se ponen en contacto habitualmente. Necesitan hablar de su malestar por la falta de comprensión. “Ponen palabras a su soledad, nos dicen que nadie se preocupa por ellos”. Hay quien habla de ello de manera puntual. Otros llaman tan insistentemente que acaba siendo necesario pautar el servicio, y se establece contacto con ellos dos o tres veces por semana, ante el peligro de que se cronifique una relación telefónica que puede llegar a ser contraproducente. Siendo además, tan necesario, llegar al mayor número de gente. Es algo que subraya Maite González, coordinadora del Teléfono de la Esperanza, “Muchos tienen problemas y no saben por dónde empezar, queremos que sientan que realmente podemos ayudarles y que pierdan el miedo a llamarnos”.

La campaña que arranca la semana que viene cuenta con la colaboración de la Caixa, la Diputación Foral de Gipuzkoa y los ayuntamientos en los que se va a llevar a cabo la actividad: Irun, Elgoibar, Azpeitia, Oñati, Eibar, Arrasate, Zarautz, Hernani y Legazpi.

900 840 845. Es un teléfono gratuito y el servicio más demandado. La duración de la escucha ha de ser la que realmente se necesite para poder ayudar a la persona, sin prolongarse de forma innecesaria. Estas llamadas son atendidas por el grupo de voluntarias y voluntarios en activo del Teléfono de la Esperanza, durante los 365 días del año.

Horarios de atención. Lunes a viernes: 9.30 h - 13.00h

16.00 - 21.00h

Sábados: 9.30 h -13.00h 17.00 h- 20.00h

Domingos-festivos: 17.00 - 20.00h

Lunes. 10.30-13.00h (Irun). Plaza del Ensanche

17.00-20.00 (Elgoibar)

Martes. 9.00-12.00. Azpeitia

15.00-19.00 Oñati (calle Kalebarria).

Miércoles.

10.00-13.00 Eibar (Plaza Unzaga)

17.00-20.00 Arrasate (Plaza Altube)

Jueves. 11.00-14.00. Zarautz (Plaza de los Fueros)

15.00-19:00 Hernani (Calle Urbieta)

Viernes. 10.00-13.30 horas Legazpi (Plaza Euskal Herria).xxx

Si se quiere más información sobre la presencia de la caravana, se puede consultar en la página web telesgi.org/ o a través de Facebook: https://www.facebook.com/TelefonoEsperanzaGipuzkoa/