dONOSTIA - Un juzgado de Donostia ha archivado la denuncia del abogado Mario Díez Fernández contra el fotógrafo Kote Cabezudo, al que acusaba de intentar contratar desde la cárcel a un sicario para asesinarle. En un auto, el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital guipuzcoana, acuerda el sobreseimiento provisional de este asunto al entender que, de las diligencias practicadas, “no aparece suficientemente justificada la perpetración” de un delito de “conspiración para el asesinato”, como pretendía Mario Díez.

La denuncia del letrado es una parte colateral del denominado caso Kote Cabezudo, por el que este fotógrafo donostiarra (procesado por distintos delitos de índole sexual y estafa contra 21 de sus modelos, 16 de ellas representadas por Mario Díez), se encuentra en prisión provisional en la cárcel de Martutene desde el 4 de mayo de 2018. De este asunto, convertido en una intrincada maraña judicial, cuelgan numerosas causas menores desgajadas de la principal, en una de las cuales Cabezudo ya ha sido condenado a dos años y tres meses de cárcel por obstrucción a la justicia y coacciones a una víctima.

Tras el ingreso en prisión provisional de Cabezudo en mayo de 2018, el abogado de la acusación particular, Mario Díez Fernández, denunció al fotógrafo al conocer que “habría estado buscando información, preguntando a otros internos de la prisión, para contratar a un sicario” porque “quería dar matarile” a “un abogado” que le estaba “jodiendo”. Según el auto del Juzgado de Instrucción, para corroborar esta denuncia, Mario Díez aportó “copia de la grabación de una conversación telefónica” de dos hombres, entre los que no se encontraba Cabezudo, hablando “del tema del sicario” y de buscar a un “colombiano”.

No obstante, la resolución judicial archiva ahora la denuncia al entender que “no existen indicios suficientes de la comisión” de un delito de conspiración para el asesinato porque, para que este pueda entenderse como cometido, las pruebas deben situarse “más allá de la fase interna de las opiniones, deseos, ideas y aprobación de comportamientos ajenos” y “entrar de lleno en la fase de resolución manifestada”. - Efe