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Alberto Errandonea, un grande de sanfermines, el rugby y las vajillas

Guipuzcoano de nacimiento y navarro de acogida, lleva 50 años acudiendo a las fiestas de Iruñea.

Alberto Errandonea, un grande de sanfermines, el rugby y las vajillas

Dicen que tenía 16 años cuando salió de Donostia a celebrar las fiestas de San Fermín de Pamplona por primera vez. Le debieron gustar tanto que no ha perdonado ni un solo año desde entonces. Era 1969 y, por tanto, se cumplen 50 años de la presencia en las calles, restaurantes y sociedades festivas del donostiarra Alberto Errandonea Unzurrunzaga. Nacido en Donostia el día de San Alberto Magno (no podía ser menos) y koskero, vivió con sus padres y hermanos (Juan Ignacio y Luis) en Aldamar para después formar su familia con Isabel Ibargoiti y su hijo Iñigo en la calle Legazpi. Estudió en los Marianistas (Aldapeta) y Empresariales en la UPV.

Cada julio, alojado en el hotel Maisonnave, Mendi o en casas de amigos, Alberto -Txikitin para los allegados- ha conocido lo mejor de los sanfermines y también a lo más granado de la ciudad. En los últimos años, y dada su amistad con Josiko García, -“sí, sí el de los huevos”, como le conocen en el mundo de la hostelería y el negocio de la alimentación-, Alberto ha incorporado a su periplo festivo nuevas cuadrillas, nuevas sedes y probablemente nuevas aficiones. Desde Irache a Pamplona pasando por Estella, la huella de Txikitin, como la sombra del ciprés, es alargada.

reconocido en el mundo del rugby Este hombretón, grande en tamaño y simpatía, ha sido un reconocido jugador de rugby que llegó a integrar la selección española y hoy fomenta este juego entre los más jóvenes. Su paso por el equipo le hizo granjearse la amistad de una tanda de compañeros, cuyos orígenes salpican la piel de toro y las islas Canarias, y forma una gran cuadrilla que no pierde comba. Dicen que el rugby es deporte noble que engarza cadenas de amistades tan fuertes que, como las de Alberto, perduran en el tiempo. El objetivo de este deporte es conseguir el máximo de puntos, que se pueden obtener con la mano, pasando el balón hacia atrás o con el pie. Y así, con la mano, con los pases o con los pies, Alberto sigue subiendo tantos al marcador. Siempre ha practicado deporte pero en 1969 optó por el rugby.

Su trayectoria deportiva es prolija. Fichó por el Atlético de San Sebastián (ATSS) y fue campeón de España junior, se hizo con la entonces “Copa del Generalísimo”, fue campeón de liga e internacional junior subcampeón de Europa. Internacional sub-23 e internacional absoluto, en 1975 fichó por el equipo de Primera División de San Juan de Luz Olympique. Jugó seis temporadas y volvió a Donostia como entrenador y jugador del Zaharrean, más adelante, Fortuna. En ese tiempo (noviembre de 1975), junto con otros amigos miembros del ATSS, fundaron la Asociación de Veteranos OPLA, que sigue en activo. Recuerdan sus amigos -entre ellos Miguel Gozalo, Gotxa- que “con mucha salud acudía a los eventos de rugby del mundo, como espectador y como jugador veterano; y fue en esas fechas cuando se produjo su idilio con San Fermín”. Con amigos como Miguel Gozalo, Gabriel Zapiain, Iñako Sesé, Alfonso Feijóo, etc. y ante el éxito de las visitas a Iruñea; fue ampliando los días de estancia en las fiestas de San Fermín. Y siguen acudiendo Alberto y Gotxa y se juntan con amigos de Madrid del CAU de Rugby, rivales pero compañeros en la selección como Fernando Manero, Juantxo Santana, Carlos Romero, Carlos Sanz, Carlos Oteo, Mariano Mur o Joshetxo, quien, por cierto, es un gran entendido de toros y participaba en las tertulias del hotel Maisonnave, donde se hospedaban entonces.

En esa época, Alberto y su cuadrilla eran atendidos -comida y cena- en el restaurante Otano, “con un esmero especial de la familia Otano”, asegura Gotxa. Ya en los años 80, se amplió el grupo con los pamploneses Martín Larumbe (q.e.p.d.), José Luis Apesteguía, José Luis López y Luis Fernando Nicolau, buenos anfitriones de las fiestas en su versión diurna y de las populares verbenas de Larraina.

Aunque esta crónica sobre el homenaje a Alberto Errandonea está adquiriendo categoría de listín telefónico, aun a riesgo de dejar algunos nombres en el tintero, no se pueden pasar por alto gentes que han disfrutado de los sanfermines junto a Txikitin. En los 90, los fijos junto a Alberto eran Joaquín Argal, el riojano Juanjo Martínez Loza, los madrileños Carlos Oteo y Carlos Romero, y Miguel Gozalo. La lista suma y sigue con el lanzaroteño Juan Peña, el vigués José Antonio Fernández Abeijón... y las mesas de Rodero, Europa, San Ignacio, Casa Manolo, El Mosquito, Enekorri, entre otros, pueden dar cuenta de su buen yantar.

homenaje en pamplona Que quede claro que Alberto también ha trabajado. Industrial de la plaza donostiarra, es el consejero delegado del negocio familiar Gamecho & Errandonea, fundado en el año 1932 y del que es socio con sus hermanos. Es una empresa especializada en la equipación para hostelería. De porcelanas, cristal, cuberterías, mantelerías, baterías de cocina, menaje, cuchillería, orfebrería, mobiliario, carros, etc. Txikitin sabe un rato. Evidentemente, esto de contribuir a la mesa bien puesta ha marcado otra de las aficiones de este popular donostiarra: la gastronomía. El buen comer y el buen beber son soportes irrenunciables y exigibles en todo jatorra.

Desde hace unos diez años, la cadena de Errandonea tiene nuevos eslabones que se han encargado de engarzar Josiko García, Maribel, Asti y Maricarmen, Fortún Díaz, Kutxita, Iñaki, Anabel, Fidel, las Lolas, Joseba, Jokiñe, Iñaki, Nati, etc. El comando Iruña que cada septiembre acude a las regatas de Donostia respondiendo a la llamada del patrón Javier Iraregui. En este contexto marítimo, la cadena de Alberto suma otro importante eslabón: el comando Donibane Pasajes de San Juan, con el que mantener el intercambio cultural y gastronómico: Augusto Andonegui, Patxi Arribillaga, Patxi Moreno, Mikel Otaegui, Ángel Trecet, Luis María Lasurtegui, Manolo Martín...

Este año, Alberto Errandonea cumple 50 años acudiendo a Pamplona por San Fermín y, con este motivo, una nutrida representación de su amplio círculo de amistades decidió homenajearle. A la fiesta en el Txoko del Carnicero se sumaron ayer jugadores de rugby, carreristas del MK Mendebaldea, remeros de San Juan, Juanita Quesada (delegada de la cuadrilla en Málaga), amigos de las regatas, la ristra de admiradores locales y, por supuesto, su querida Isabel.

Con la imposición del pañuelo, una nutrida mesa y el excelente humor de los comensales, Errandonea recibió una sonada ovación, participó en la ola y disfrutó una vez más de los sanfermines. De nuevo, sus puntos subieron al marcador. Zorionak!