donostia - La Fiscalía de Gipuzkoa pide penas que suman diez años de cárcel para un joven al que acusa de violar y maltratar a su exnovia en el piso de Errenteria en el que la chica residía, donde se introdujo en el momento en el que ella abrió la puerta de la casa tras esperarla en el rellano del ascensor.

Por su parte, la acusación particular, que ejerce la víctima, eleva su petición de condena hasta los once años y medio por un delito de agresión sexual y otro de maltrato no habitual.

El juicio por estos hechos tiene lugar en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa desde ayer hasta hoy, cuando está previsto que finalice con las conclusiones definitivas y los informes de las partes.

En la sesión de ayer, la víctima recordó que los hechos ocurrieron la noche del 28 de septiembre de 2017, cuando regresaba a su vivienda y se asustó al descubrir en el rellano de la escalera a su excompañero con el que había cortado su relación dos meses antes.

La joven explicó que, como “no tenía ya nada que hablar con él”, pidió al hombre que se marchara pero, al tratar de cerrar la puerta después de entrar en su casa, el acusado lo impidió poniendo su pie, tras lo que empujó y logró acceder al piso mientras le decía insistentemente que quería hablar con ella.

“Yo estaba muy enfadada y le pedía que se fuera, pero él insistía. Yo le empujaba para que se marchara, me agarró los brazos, forcejeamos y me tiró sobre el sofá”, recordó la chica quien, “muy asustada” comenzó a gritar, lo que el hombre intentó impedir poniéndole cojines sobre la cara, hasta que finalmente ella logró liberarse y salir a la escalera donde pidió “auxilio”.

No obstante, según el relato de la perjudicada, el inculpado volvió a introducirla en la casa, donde nuevamente la lanzó sobre el sofá, encendió la televisión para que el sonido tapara los gritos de la chica y repitió el mismo comportamiento, hasta que finalmente se tranquilizó y le pidió que se pusiera el pijama, a lo que ella, atemorizada, accedió.

La víctima volvió a pedirle entonces que se marchara a lo que él se negó y le dijo que se quedaría a dormir en su casa. Una vez en la cama, la mujer, intimidada, se situó en una de las esquinas, momento en el que el hombre la violó a pesar de que la joven, que estaba “muy asustada”, le expresó su negativa a mantener relaciones y le dijo que le hacía daño, algo que a él “no le importó”.

La víctima aprovechó un momento en el que el acusado fue a la cocina a beber agua para recuperar el móvil que él le había cogido, se refugió en el baño y mandó un mensaje de auxilio a un amigo, que este no vio hasta la mañana siguiente.

Al regresar de la cocina, el procesado comenzó a golpear la puerta del baño con mucha fuerza y, ante el miedo a que la derribara, la joven, que afirmó desconocer el número de la Policía, salió de la estancia, mientras el hombre revisaba el teléfono y empezó a mostrarse aún más “agresivo” y le agarró con fuerza del pelo y del cuello.

Por su parte, el procesado negó haber agredido a su exnovia, y explicó que aunque el vínculo sentimental entre ambos había terminado seguían viéndose y manteniendo relaciones. - Efe