Entre la multitud que ayer se congregó en la plaza San Pedro del Vaticano hubo un protagonista muy destacado, Neo, un border collie de seis años que ha viajado hasta Roma con una misión: reivindicar ante el papa Francisco que los animales que como él recorren el Camino de Santiago reciban el reconocimiento oficial de la Iglesia.
Neo no es el primer can que ha sido invitado por el pontífice a una de sus audiencias. Antes de él, en la plaza más famosa y visitada de la ciudad eterna estuvieron otros perros y pequeñas “criaturas de Dios”. Pero la historia de Neo es bien diferente. Especial. Este espléndido animal, con instinto de buen pastor, no se ha dado a conocer por sus acciones heroicas, sino por ser el primer peRregrino acreditado en el Camino francés de Santiago.
La gran cita de ayer, sin embargo, no cumplió del todo con su objetivo. Su Santidad se dirigió a los feligreses, seguidores y curiosos que abarrotaron la plaza más relevante de la Iglesia Católica a bordo del papamóvil, y Neo, que acudió acompañado de su dueña, la aretxabaletarra Mari Carmen Astigarraga, no tuvo ocasión de saludar al pontífice y menos aún de hacerle llegar su petición. “En un primer momento el sentimiento ha sido de desilusión e, incluso, decepción. Es una pena que después del esfuerzo que hemos hecho y toda la ayuda recibida de mucha gente, no hayamos podido trasladarle al papa nuestra reivindicación, a pesar de haberlo tenido a medio metro”, manifestaba Astigarraga al otro lado del teléfono.
Desde las 5.00 horas hicieron cola a las puertas del Vaticano para ocupar un lugar estratégico en la audiencia general de los miércoles, que arrancó a las 10.00 horas. Y tras capear las exigencias de la guardia suiza que custodia a Su Santidad, Mari Carmen y su amigo peludo acabaron situándose en la segunda fila del público.
“Lo más difícil ya lo hemos hecho, que era llegar hasta aquí, así que no vamos a cejar en nuestro empeño y seguiremos adelante”, añadía Astigarraga, a la vez que recordaba los motivos por los que se han embarcado en esta aventura con el respaldo de Apaca, la asociación Protectora Animáis do Camiño. “Queremos lograr que los animales en el Camino de Santiago sean reconocidos de la misma manera que lo son los humanos, que tengan acceso a los albergues públicos y a los establecimientos habilitados para el resto de personas, y que a la llegada a Santiago sean bien recibidos, cosa que no ocurre ahora”, insistía esta aretxabaletarra, doctora en Filosofía y terapeuta animal.
un antes y un después Hasta la fecha, son muchos los perros que han peregrinado por los caminos de Compostela desde la época de la Edad Media a la vera de sus dueños. No obstante, el caso de Neo ha marcado un antes y un después. Es el primero que lo hizo con una credencial sellada etapa a etapa, que lleva por nombre PeRregrina y que expide, sin la bendición eclesial, Apaca, el colectivo que se ocupa de salvar a cientos de canes abandonados por las rutas jacobeas.
“En las iglesias pequeñas la acogida fue muy buena. El problema surgió al llegar a Santiago y solicitar la compostela, que nos la denegaron”, detallaba Astigarraga hace unos meses a este diario, a raíz de la experiencia que el pasado marzo vivió junto a su compañero de viaje. El citado título es otorgado por la Iglesia a las personas que completan a pie por lo menos 100 kilómetros hasta la ciudad gallega.
Ante la negativa, la aretxabaletarra se armó de valor y decidió tocar la puerta del jefe del catolicismo. Escribió, de este modo, una carta al Vaticano y la respuesta llegó rápida, en forma de invitación para una audiencia, la del 19 de septiembre.
Regalos al pontífice El pasado domingo perro y humana partieron rumbo a Roma acompañados de la familia, miembros de Apaca y amigos. “El papa no ha bajado de su vehículo para saludar a los presentes; ayer no era el día”, se consolaba Astigarraga, sin dejar por el camino ni un ápice de optimismo. “Para nada está todo perdido, seguiremos con nuestra lucha”, agregaba.
De momento, depositaron donde correspondía los regalos que llevaron al pontífice, entre ellos, un cordel de ciego, a imagen de los pliegos impresos con los que acompañaban sus coplas desde el Siglo de Oro los músicos callejeros, y que cuenta las peripecias de Neo en el Camino y el trabajo que desempeña Apaca. También incluyeron una carta pidiendo a Su Santidad una declaración en favor de los derechos de los animales, que permita que entren en los templos del Camino de Santiago y que solicite que le den la compostela a Neo.
“Hay que tener confianza”, apuntaba Astigarraga. Han recopilado algunos contactos que esperan que agilicen los pasos para “llegar al papa” y abrir la vía de una posible “recepción privada”. “Tenemos que gestionar el tema de otra manera para avanzar en nuestro objetivo”, consideraba esta amante de los animales y defensora de sus derechos.
En cualquier caso, el border collie negro y blanco, que ayer se portó como un campeón, ha abierto puertas. Tras él, 300 canes han recibido la PeRregrina. Y no solo eso. Con su viaje al centro neurálgico de la Iglesia Católica ha llevado su reivindicación al mundo, de la que ya han empezado a hacerse eco algunos canales de televisión de Roma. La historia de Neo, la que comparte con otros muchos colegas peludos, no ha terminado.