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Gipuzkoa desperdicia 89 kilos de comida por persona al año, un 2% más que la media estatal

El 53% del total de la comida que se tira a la basura procede de los hogaresUna exposición de Prosalus viajará por el territorio buscando sensibilizar para evitar el despilfarro de alimentos

Gipuzkoa desperdicia 89 kilos de comida por persona al año, un 2% más que la media estatalJavi Colmenero

DONOSTIA - A diario tiramos mucha comida a la basura, una cantidad que sumada nos da un dato que invita a la reflexión. En Gipuzkoa, el 53% de la comida que se despilfarra procede de los hogares, según se extrae de un estudio realizado por la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Llevando esta cifra a términos absolutos, en los hogares del territorio se despilfarran 89,5 kilos de comida por habitante y año, una cantidad que supera en un 2% la media del Estado y se sitúa algo por debajo de la europea. En Gipuzkoa se consume un 4% más que la media de la CAV y de la estatal, hecho que quizá explique que se desaproveche más comida.

“Quizá este hecho responda a que a mayor nivel de vida corresponde mayor nivel de consumo y también un mayor nivel de despilfarro alimentario”, explica Ioana Osa, de la ONG Prosalus, promotora de una exposición que recorrerá distintos municipios de Gipuzkoa.

La muestra, estructurada en distintos paneles, pretende contribuir a la concienciación para evitar que cantidades incalculables de comida acaben en la basura. Y es que, según se recoge en la muestra, en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida al año, de las que 88 millones proceden de la Unión Europea y 7,7 millones, del Estado.

La realidad da razón a lo expresado por Osa ya que EEUU y Oceanía son los mayores productores de desechos de comida, seguidos por Europa. En la cola, el África subsahariana y el sur y sureste de Asia.

Pero parece que no hay una receta mágica para evitar que se tire tanta comida “de la que el 30% es aún aprovechable”. “Se tira mucho por varios motivos: porque tenemos un nivel de consumo excesivo y porque no hacemos la compra de forma consciente. Son razones diferentes, pero lo que está claro es que valoran la comida quienes menos la tienen y dejamos de valorar los que la tenemos en abundancia”, añade la representante de Prosalus.

El estudio de la Diputación habla de “malos hábitos a la hora de planificar y hacer la compra”, así como de una “gestión inadecuada de los alimentos”. Además, según se constata en dicho trabajo, también contribuye al desperdicio de alimentos en los hogares “la falta de comprensión de la información indicada en las etiquetas”.

Pero también en la restauración se desperdicia gran cantidad de alimentos, en cocinas y barras, punto este último al que Diputación propone prestar especial atención, ya que se trabaja con productos con una vida útil muy corta, de ahí que se retiren cantidades muy altas que deberían de reducirse.

En la muestra se indica que el 87,5% de los productos que se tiran son sin elaborar, situándose en primer lugar las verduras y las legumbres, seguidas por las frutas y los lácteos. Entre los productos cocinados que más se tiran se encuentran los guisos de legumbres, los de carne y las sopas, cremas y purés. Pero también tienen un importante peso entre los alimentos que acaban en la basura la comida y bebida preparada que se echa, entre otros motivos, porque está caducada.

Entre los alimentos que menos se desperdician se hallan los cereales, el pan, las galletas, la confitería y la bollería, además de carnes y pescados.

La exposición que Prosalus ha organizado, con la ayuda de fondos europeos, pretende incidir en “la concienciación”. Lo subraya IoanaOsa: “Rl despilfarro alimentario tienen una incidencia muy amplia” y afecta negativamente a la consecución de los objetivos para la erradicación de la pobreza y el hambre aprobados en 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas.

Para reducir en cierta medida el volumen de desechos caseros, en la muestra se dan algunos consejos: planificar el menú y ajustar las raciones cuando se cocina, comprar de forma responsable revisando la nevera y utilizando productos de temporada, conservar los alimentos de forma adecuada y consumir antes lo más perecedero, cocinar nuevos platos con sobras y, si se come en un restaurante, pedir que preparen para llevar lo que quedé del menú.

sin desperdicio Prosalus, además, ha activado una plataforma, con una aplicación que se puede descargar en el móvil, cuyo nombre lo dice todo: yonodesperdicio.org.

¿Cómo funciona? Cuando la persona usuaria se registra puede subir a la misma la imagen y la oferta de lo que quiere “donar de forma gratuita”. “Se puede ofrecer cualquier alimento que sabes que no vas a comer porque has comprado o cocinado demasiada cantidad o porque te vas de vacaciones” . Vale todo tipo de comida con la única condición de “saber que está en buen estado”. No importa si es envasada, fresca, elaborada o no.

Después, solo quedaría cerrar la cita para llevar a la persona interesada el alimento que se dona. “Es una plataforma de intercambio, está más dirigida a un grupo de personas concienciadas con el medio ambiente, no está especialmente dirigido a personas con necesidad”.

“Somos responsables del producto que hemos comprado y nos olvidamos de todos los recursos que se gastan para que ese alimento llegue a nuestra casa. Cuando lo tiras a la basura vuelves a utilizar más recursos naturales”, asegura. “Ayudamos a no dañar más el medio ambiente y a que otra persona se pueda beneficiar de lo que dejas”.

Pero el problema de esta propuesta radica, especialmente, en la falta de educación en esta materia. “La exposición pretende incidir en eso, en sensibilizar”. “Proponemos una solución, esta iniciativa, aunque hay otras”, apunta la representante de Prosalus.

Porque, de momento, parece que nos queda bastante para se enraice en los guipuzcoanos esta cultura de donar comida. Por ejemplo, “en Alemania este tipo de aplicaciones son muy utilizadas, porque la gente tiene conciencia de no tirar comida y de coger lo que a otras personas les sobra. Tienen asumida su responsabilidad sobre los alimentos que adquieren”, afirma Osa.

“Con la muestra queremos que la población se dé cuenta del daño que provocan nuestros desperdicios y que se enfrente a unos datos que colisionan con otra realidad: que en el mundo hay 821 millones de personas afectadas por la malnutrición”, constata .

Y más cerca, en Gipuzkoa, según el informe de Eustat elaborado entre 2014 y 2016, hay 28.700 personas en situación de pobreza real, más sensibles al hambre.

A nivel mundial. Se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida al año.

En Europa y el Estado. 88 millones de toneladas de comida desechada proceden de Europa y 7,7 millones, del Estado

Malnutrición. 821 millones de personas sufren malnutrición.

Irun. Espacio Cultural Carlos Blanco Aguinaga. 10-21 de septiembre.

Hernani. Centro Cultural Biteri. 24 de septiembre-7 de octubre

Errenteria. Centro Comercial Niessen. Fechas por confirmar

Tolosa. polideportivo Usabal. Del 22 al 31 de octubre.