Los dermatólogos ponen los lunares en el punto de mira
Advierten de que los casos de cáncer de piel se han duplicado y que el más grave, el melanoma, permanece disparadoAlertan del error de identificar bronceado y salud cuando la medicina dice todo lo contrario
donostia - “No tenemos que volvernos paranoicos con los lunares pero sí saber detectar signos de alerta”, dice contundente la doctora Yolanda Gilaberte, apelando a la concienciación ciudadana para prevenir el melanoma. Sin querer criminalizar el sol, los dermatólogos advierten de que hay ya el doble de casos de piel que hace 30 años. El más peligroso de ellos, el melanoma, no ha dejado de crecer en el último cuarto de siglo. Y lo que es más grave, se espera que siga aumentando. En 20 años, el número de diagnósticos se habrá duplicado, calcula la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).
“No queremos demonizar al sol. Al contrario, nuestro objetivo es que la población tenga un mayor conocimiento de sus beneficios, pero también de sus riesgos. Lo que vemos en las consultas es que no hay conciencia de que el bronceado es una señal de daño en la piel. Estar moreno se vinculó hace décadas con un estatus de riqueza y, por ende, de bienestar. Sin embargo, la medicina dice todo lo contrario: la piel reacciona ante un daño solar produciendo melanina, bronceándose, y eso desencadena una serie de procesos que terminan pasando factura en la salud de la piel”, asegura Agustín Buendía, coordinador nacional de la campaña Euromelanoma para detener la propagación de este tumor.
Buendía señala que hay tres factores que explican el incremento de casos de melanoma: el mayor tiempo que se pasa al sol, la reducción de la capa de ozono y el envejecimiento de la población. Las dos últimas escapan del control de cada uno, pero no así el primero. Por eso, una de las claves es que los niños no tomen el sol porque la piel tiene memoria y cuántas más quemaduras se haya tenido de pequeño, más probabilidades de riesgo de desarrollar de adulto un cáncer de piel. “El 80% de la radiación se recibe antes de los 18 años”, sentencia. También recomienda no broncearse en las horas de más intensidad “cuando la sombra de nuestra propia silueta es menor que el cuerpo”, ejemplifica, y usar adecuadamente el protector solar.
Síntomas de alerta Una persona debe estar vigilante ante cualquier cambio que se produzca en la piel de su cuerpo. Los síntomas de alerta son, tal y como explica la dermatóloga Yolanda Gilaberte, lunares asimétricos, con bordes o colores irregulares y con diámetros superiores a los 6 milímetros que hayan experimentado cambios. Aunque existe una regla nemotécnica para determinar cuándo una mancha es sospechosa, no todos los melanomas la cumplen. Los nodulares, una de las formas más agresivas, no siguen esta regla. Por ello, quien tenga dudas, debe acudir a una revisión con un especialista.
Sin embargo, tres de cada diez encuestados reconocen que no vigilan los lunares de su piel y un 50,5% nunca ha revisado los de su pareja. Además, casi el 80% no ha ido nunca al dermatólogo para que le evalúe algún lunar sospechoso, según los datos de una encuesta realizada para la Fundación Piel Sana.
Y es que el sol aporta grandes beneficios para la salud: ayuda a la producción de vitamina D, fundamental para la salud ósea, y a liberar endorfinas, lo que genera un bienestar mental. Sin embargo, tomado en exceso aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de piel, una enfermedad que afecta a 4.000 personas cada año en el Estado, en el caso del melanoma (el cáncer con peor pronóstico) y más de 74.000 desarrollan otro tipo de cáncer cutáneo.
“El cáncer de piel es el cáncer más prevenible de todos y eso es algo que no se suele tener en cuenta porque, como nos dicen los estudios, los casos no dejan de aumentar. La prevención con una detección temprana de las lesiones, como la que se facilitará en la semana de cribado entre el 11 y el 18 de junio pueden suponer un gran alivio para muchos y un ahorro para el sistema sanitario”, indica Pedro Jaén, presidente de la AEDV y de la Fundación Piel Sana.
Tal y como explica el doctor Eduardo Nagore, “la visita al dermatólogo y la autoexploración de la piel es fundamental. Para realizar una buena vigilancia de los signos de sospecha de melanoma, necesitamos hacer una evaluación de la piel varias veces al año y, como no tenemos ojos en la espalda, debemos pedir a nuestra pareja, familia o amigos que nos ayuden a revisar aquellas zonas donde no llegan nuestros ojos”.
Lugares insólitos Los melanomas y otros tumores de la piel no tienen por qué aparecer sobre los lunares ya existentes. De hecho, solo 1 de cada 4 melanomas aparece junto a un lunar del cuerpo, mientras que el 75% restante puede aparecer en cualquier zona de la piel. Por eso, Gilaberte, coordinadora también de la campaña, aclara que “es importante que nuestra pareja o familiar nos vigile los lunares de la espalda. Pero no solo ahí puede aparecer un melanoma, en realidad, puede surgir en sitios como las uñas, el cuero cabelludo, la planta de los pies... Es lo que llamamos el patito feo, un lunar o una lesión que no nos gusta y que debe generar la sospecha de que algo ocurre y que debemos consultar”. La especialista advierte además sobre las manchas de color rosado, úlceras que no curan o lesiones que crecen, cambian de color o pican.
Los expertos ponen además el acento sobre las cabinas de bronceado y alertan sobre su uso. Según el doctor Leandro Martínez, el riesgo de estas cabinas es mayor a partir de la décima sesión y no disminuye con los nuevos aparatos. “Igual que las cajetillas llevan una advertencia sobre que causan cáncer, las cabinas deberían llevarla”, asegura Buendía. No en vano, para los médicos, la moda del bronceado juega en su contra. “Ojalá llegue un momento en que, igual que se ha prohibido que en televisión salgan personas fumando, no salgan excesivamente bronceadas”, añade este experto.
En este sentido, Jaén comenta que en Australia, el país líder en melanoma “se han prohibido radicalmente las cabinas, y afirman que ha bajado un 30% el cáncer cutáneo”. Los dermatólogos no olvidan que el sol es beneficioso, pero sostienen que con el que se recibe en la vida diaria es suficiente.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer cutáneo es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo y la incidencia de melanoma se está incrementando más rápidamente que cualquier otro cáncer. El aumento de la esperanza de vida y la excesiva exposición al sol por la búsqueda de un bronceado están contribuyendo a ese aumento. El melanoma cutáneo representa el 10% de las neoplasias cutáneas, pero es el responsable de más del 90% de las muertes por cáncer de piel.
melanoma. Casi ocho de cada diez ciudadanos en edad adulta nunca han acudido al dermatólogo para revisar sus lunares y poder descartar de esta forma posibles melanomas.
‘in crescendo’. El melanoma está aumentando en todo el mundo de manera continua en los últimos 25 años. Y, en el Estado, se espera que siga creciendo al menos otros 20.
tumor. Cada año 4.000 personas en el Estado son diagnosticadas de melanoma (el cáncer de piel con peor pronóstico), y más de 74.000 desarrollan otro tipo de tumor cutáneo.
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