¿Quién se ocupa de quienes tienen una patología dual? ¿Quién se encarga de los que conviven con una enfermedad mental y una adicción? ¿Y si además son diabéticos, o tienen otra enfermedad crónica? ¿Quién les acompaña cuando sus familias, agotadas y desbordadas, ya no pueden más?
Mi hermano Aitor González Andrés, ciudadano de Arrasate-Mondragon acaba de fallecer. Tenía solo 32 años. Era un joven con toda una vida por delante. Vivía con una patología dual y también con diabetes. Luchó hasta donde pudo, y nosotros con él. Pero nunca fue suficiente, porque nunca tuvimos los medios, el apoyo, ni la ayuda real que necesitaba. No somos profesionales, solo éramos su familia. Lo queríamos, pero no sabíamos cómo salvarle.
Todo eran puertas giratorias, protocolos fríos, palabras vacías. Y al final, la muerte. Silenciosa. Injusta. Solitaria. ¿Por qué no existen centros especializados para estas personas? ¿Por qué seguimos ignorando esta realidad? ¿Cuántas muertes más hacen falta para que alguien diga: “Basta ya”?
¡Envía tu carta!
Si quieres enviar tu Carta al Director, no puede exceder las 30 líneas y debe ir firmada. Debe adjuntarse fotocopia del DNI del remitente y número de teléfono. NOTICIAS DE GIPUZKOA se reserva el derecho de publicarlos, así como el de resumirlos y extractarlos. La dirección de envío es cartas@noticiasdegipuzkoa.eus
Las familias nos sentimos culpables, no teniendo ninguna culpa. Nos quedamos con el vacío, con la sensación de haber llegado tarde, de no haber hecho lo suficiente, aunque lo dimos todo. Pero lo que más duele es pensar que esto se repetirá en otras casas, con otros nombres, con otras madres y hermanos preguntándose lo mismo que nosotros hoy.
Solo quiero que la muerte de mi hermano no sea en vano. Que sirva para despertar conciencias. Para que se revisen los protocolos, se escuchen las voces silenciadas y se creen espacios reales, humanos, preparados para cuidar de quienes no pueden cuidar de sí mismos.
Y a ti, hermano, desde lo más profundo: descansa. Descansa en paz. Ojalá el mundo que te negó una oportunidad empiece a cambiar, por ti, por tantos. Te quiero, hermano, te queremos mucho y muchos.